sábado, 25 de agosto de 2012

La semana en pocas palabras



El Informe Económico Semanal del Banco Ciudad

La economía sigue operando por debajo de los niveles de un año atrás, pero en julio evidenció una parcial mejoría. Según el IGA de Ferreres, la actividad económica presentó una variación interanual negativa de 1%, pero se recuperó 0,9% con respecto al mes anterior (sin estacionalidad), en lo que fue su primera suba en 4 meses.
Aunque todavía es prematuro afirmarlo, el dato de julio podría estar anticipando una
recuperación de la actividad agregada en la segunda mitad del año, tras un primer semestre para el olvido (debe recordarse que, en junio, el IGA llegó a caer un 3,4% interanual, finalizando el segundo trimestre con una contracción del 2% en términos desestacionalizados).
Aún así, la posible recuperación del segundo semestre será más importante para determinar con qué impulso comienza la actividad económica el 2013, que para definir el crecimiento de 2012. Este último ya estaría prácticamente jugado, contándose con datos para los primeros 7 meses del año, en los cuales las mediciones privadas acumulan un crecimiento nulo con respecto a 2011.
A nivel sectorial, el principal responsable de la mejora de julio fue la industria, justamente una de las actividades más golpeadas en el primer semestre, junto con el agro, afectado por la sequía. Si bien la medición de la industria de Ferreres (IPI-OJF) se contrajo 2% en términos interanuales, capturó una expansión mensual de 2,1% desestacionalizada, tras cuatro meses de caídas consecutivas. La clave para esta performance fue el rebote de la industria automotriz, que alcanzó una producción de 66.000 unidades y redujo su tasa de caída interanual al 7%, tras contraerse 34% en junio.
Del lado del comercio exterior, también comienza a despejarse lentamente el horizonte. Los flujos comerciales se recuperaron en julio, con un alza de las exportaciones de 1% anual y una disminución de las importaciones del 4%, tras contraerse a tasas de dos dígitos en el segundo trimestre.
Por el lado de las exportaciones, la reapertura de los ROEs para el trigo y maíz fue crucial en julio, aunque su impacto sería temporario, dado que las autorizaciones fueron otorgadas para el remanente de la cosecha pasada (mientras que la producción de la presente campaña aún se ve afectada por los efectos de la sequía). En este marco, el dato más auspicioso provino del lado de las exportaciones industriales, que redujeron su ritmo de caída a la mitad (-5% a/a), gracias a cierta recomposición de las ventas a Brasil y una normalización de los despachos de metales preciosos, luego del traspié regulatorio para intentar acelerar los plazos de liquidación de divisas de la industria minera.
Paralelamente, se observó cierta relajación de las trabas a las importaciones que, combinada con una menor caída del nivel de actividad, se tradujo en una disminución menos marcada de las compras externas. En particular, se destacó la menor contracción de las importaciones de bienes de capital, que disminuyeron un 4% anual, tras derrumbarse 38% en junio.
En este marco, el sector externo se presenta como la principal apuesta oficial para la reactivación de 2013. La generación de agro-dólares del año próximo se vería apuntalada por la recuperación de la cosecha, tras la sequía de 2012. De cumplirse las previsiones del mercado (que apuntan a una cosecha de soja de 55 millones de toneladas, 37% superior a la última campaña), el complejo sojero generaría -por si sólo- exportaciones extra por cerca de USD 8.500 millones, a los que habría que adicionar las ventas industriales derivadas de la esperada recuperación brasileña. Esta mayor disponibilidad de divisas sería clave para que el gobierno relaje las restricciones a las importaciones, elemento que ayudaría dinamizar la economía, altamente dependiente de las compras externas.
Por último, según informó el INDEC esta semana, la caída del nivel de actividad del primer semestre se tradujo –hasta ahora- en un incremento más marcado del subempleo (subió 1 punto, al 9,4%) que del desempleo (que trepó al 7,2%), lo cual podría estar señalando que las empresas no descartan una recuperación de la actividad agregada en 2013.