sábado, 29 de septiembre de 2012

Creer o reventar: una aplanadora llamada Cristina


Por Omar Dalponte 

nuevospropositos@hotmail.com 

Mientras los papagayos de nuestro periodismo no hallan un momento de paz ni pueden esquivar ningún papelón, la presidenta de la Nación exhibió toda su brillantez en Estados Unidos poniendo en su sitio a quien tuvo que poner haciendo gala de un altísimo nivel intelectual. En la Asamblea General de la ONU, pasando por las universidades de Georgetow y de Harvard dió cátedra como nunca antes lo hiciera un presidente argentino antes del año 2003. Así, por enésima vez, los que habitan la fauna opositora donde abundan personajes desgastados
quedaron descolocados ante la contundencia de los hechos. 
Bueno..algunas y algunos tendrán que creer o reventar como dice el viejo refrán. Comparadas las magníficas exposiciones de Cristina con el balbuceo servil de quienes precedieron a ella y a Néstor Kirchner, surge una diferencia abismal. Muchos recordamos, entre tantas ridiculeces del nefasto Cárlos Menem, cuando se equivocó de discurso en un acto realizado en la Bolsa de Cereales en el año 1994 leyendo buena parte del que pronunciara quien lo precedió en el uso de la palabra minutos antes. Nuestra tilinguería cipaya, ahora representada por los caceroleros y caceroleras de cartón, encandilada en aquel entonces por las ocurrencias del máximo rematador de nuestra soberanía, hasta se dió el lujo de festejar semejante disparate. Eran los tiempos de la pizza y el champagne, venta de dólares hasta en los kioskos, desocupación, hambre y miseria para la mayoría de los argentinos. Ahora - en tanto Cristina desparrama en los foros internacionales simpatía y sabiduría - periodistas,paraperiodistas, politiqueros de cuarta y opinólogos de distintos pelajes, sumergidos en el territorio del delirio, no saben como hacer para ensuciar una realidad que permanentemente los apabulla. 
Al mismo tiempo que Cristina Fernández nos hace sentir orgullosos de ser argentinos ante los ojos del mundo, dando clases magistrales y explicando nuestros avances, las imágenes de países incendiados como Grecia y España nos dan una idea de que nos ocurriría si aquí gobernaran los Macri o cualquiera de los que teniendo en su haber nada más que fracasos, tartamudean su bronca e impotencia. Porque las pruebas están a la vista. Mauricio Macri es incapaz de hacerse cargo de los subterráneos, deja sin reglamentar más de trescientas leyes y está procesado como partícipe de una asociación ilícita que intervino en las escuchas telefónicas en el ámbito de Buenos Aires. Además, respecto a este personaje injertado en la vida política, es inimaginable pensar que pudiese realizar una intervención feliz en los foros internacionales. Para no aburrir a los lectores creemos que, para muestra, basta con estos pocos ejemplos. 
También está demás abundar respecto a la animosidad del periodismo malintencionado contra el gobierno nacional y especialmente contra la presidenta de la Nación. Ni que decir de la profunda ignorancia de quienes critican sin fundamento siendo incapaces de aportar alguna idea en beneficio de nuestro país. En esto se destacan muchos brutos que -por suerte- no ejercen ninguna influencia. 
Algunas escenas pasan repetidas frente a nuestros ojos como si estuviésemos observando una calesita. Cada vez que los enemigos del gobierno pretenden avanzar brutalmente por algún costado, más temprano que tarde llega la respuesta dejándolos mal parados y sin aliento. Mal que les pese a todos los que pretenden encontrar puntos débiles y hacer tambalear a Cristina, estos días han sido como una aplanadora. Las imágenes de la presidenta han recorrido el mundo. Su presencia, su gracejo e inteligencia han cautivado a miles y miles de personas. Basta recorrer infinidad de publicaciones que informan correctamente para comprobar la dimensión de nuestra estadista y el impacto que produjeron sus varias intervenciones. A la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christina Lagarde, que tuvo la desfachatez de amenazar a la Argentina, nuestra primera mandataria le ganó por goleada sin transpirar. Habrá que convencerse: aqui hay una presidenta con fuerza y talento a quien no le asustan “bultos ni sombras que se menean”. 
Mucho menos atemoriza el batifondo cacerolero de una ínfima minoría que será superado por la fuerza de las realizaciones kirchneristas. El último fin de semana largo, 500 mil argentinos disfrutaron en diferentes puntos turísticos de nuestra geografía. Unos cuantos más que las envejecidas mascaritas que pasean su odio en los corsos armados por el gorilaje. Todo un dato. También, a partir de las presentaciones judiciales que se han hecho con motivo de amenazas y acusaciones por parte de “escrachadores” de ocasión y manifestantes histéricos, cada quien tendrá que hacerse responsable de sus dichos. Acusar sin pruebas y difamar a las personas así porque si suele no ser barato. 
              (*) Dirigente de Iniciativa Socialista