lunes, 24 de septiembre de 2012

Seguridad: una manta llena de remiendos


por Marta Santos

A partir de la movilización de los vecinos, motivada por los recientes delitos que han sufrido los residentes en Lanús, pareciera que comienzan a ponerse en marcha algunos mecanismos por la seguridad en el municipio. Esos engranajes de prevención, no muy aceitados por cierto, despiertan perezosamente luego de un letargo de varios años en que los vecinos alertaban, solicitaban, reclamaban, y los funcionarios no escuchaban o se hacían los distraídos. 
No por ignorarlos adrede, los problemas desaparecen. Ahora las voces de las víctimas de delitos, de sus amigos, parientes y convecinos son un potente despertador de las conciencias
dormidas. Ahora  el reclamo suena con toda la fuerza a lo largo de muchas cuadras de la avenida más ancha del distrito en manifestaciones que, codo con codo, no pueden ser ignoradas. Ya no cabe hacerse el distraído, no sirve mirar para otro lado: hay que hacerse cargo por fin de la responsabilidad que tiene el Estado de cuidar vidas y bienes de sus ciudadanos. Y frente al grito de los lanusenses pidiendo lo que por derecho les corresponde, comienzan a desperezarse las ideas y de a poco aparecen, tímidas,  tratando de enmendar la ausencia de protección que reinó los  últimos años.
El intendente dice que todos los días recibe a vecinos que se preocupan por la seguridad o son familiares de víctimas de delito. Lo cierto es que se ha alejado tanto de la gente que le es difícil  encontrar el modo de volver a ser el interlocutor. Si no fuera así, él mismo se pondría en la primera fila de la multitud para exigir al gobierno provincial y al nacional lo que por derecho nos pertenece. Frente a la realidad de una protesta que se mantiene en el tiempo y que se acrecienta,  produjo un hecho político del que algunos dicen que salió triunfador y otros refieren que mostró su derrota. Como todo análisis, el resultado depende de la vereda en donde se pare quien lo realiza pero  ese éxito o fracaso sólo  interesa a los políticos, no a la población que continúa buscando la respuesta de sus gobernantes. 
En el HCD los legisladores han decidido conformar una comisión que sesione en forma permanente y a la que asistan todos ellos, con diversos resultados. En los últimos  quince días han emergido las ideas que bostezaron durante casi cinco años y a siete meses de su presentación el primer proyecto aún no generó un dictamen. En estas reuniones que comenzaron en medio de chisporroteos, chicanas y fuertes discusiones y que llegó a dividir la comisión en dos, dicen que ha bajado el nivel de confrontación en procura de soluciones para todos. No he podido comprobarlo por la prohibición que tenemos los periodistas a asistir a las mismas pero cada vez que veo resoluciones y pedidos de informes no dejo de pensar en la manta gastada.
El tema de seguridad podemos graficarlo -no se me ocurre otro ejemplo que el doméstico- con una manta que de tan gastada ostenta algunos agujeros. Frente a la necesidad de cubrirlos ponemos parches con los retazos que encontramos en casa pero al poner uno se abre otro agujero, más grande o más pequeño y así vamos emparchando con trozos de tela de diferentes tamaños, textura y color que encontramos ocasionalmente y que dan un resultado cuanto menos cuestionable respecto a su estética y rendimiento. Tengan presente que en una manta muy gastada cada puntada o manipulación de la tela abre otro agujero y por eso, aparte del resultado visual, el objetivo no se cumple: el frío se filtra, la manta no resulta del todo efectiva. Pero si no tenemos dinero para comprar una frazada nueva se puede hacer una manta con retazos de telas parecidas en textura, todas abrigadas, que combinen en tamaño y color, aunque sean diferentes: el resultado podría ser bello y su utilidad indiscutible. Inclusive podrían ser utilizados restos de la manta que aún conserven sus propiedades originales. Pero hay que tener previamente todos los retazos a la vista y planificar su posición en la manta para que el resultado sea el esperado.
Los concejales están proponiendo los parches pero es el municipio el que debe proveer la tela, textura y color y entre todos tratar que combinen. La manta es lo que se hizo hasta el momento, de la que se pueden extraer las medidas que hayan sido efectivas.  Hagamos una nueva, con lo que tengamos pero trabajando para que sirva realmente. No es escatimando la información como se resolverá el problema.
Y consultemos a los vecinos, que es posible que tengan una buena cantidad de tela para ofrecer.