miércoles, 19 de diciembre de 2012

Campomar: Venden lo que no es suyo y edifican con deuda externa


por Lisandro Martinez*

lisandromartinez47@yahoo.com.ar
  
Con la “Acumulación Primitiva” Carlos Marx explicó a sus congéneres de los siglos XIX, XX y XXI como funciona la expropiación de la propiedad de los trabajadores: “el aniquilamiento de la propiedad privada que se funda en el trabajo propio, es la expropiación del trabajador” (El Capital, cap. 24 y 25, tomo 1). Marx analizó la legislación de Gran Bretaña que desde el siglo XV, permitió robar tierras comunales (espacio público) en provecho de los grandes propietarios. 
  
El origen de la acumulación de riquezas Marx lo expone con maestría y señala que detrás existe un Estado que responde integralmente a esos chupasangres.
  
Los 10 años de Gobierno K han sido definidos por “la abogada exitosa” que preside el país como “el período en que las grandes patronales se enriquecieron más que nunca” y esto sucedió cuando el PBI de Argentina creció a tasas que emulaban las de China, mientras los salarios habían sido devaluados el 38%. 
  
El boom constructor se basó en salarios a la baja y el ingreso de capitales que blanqueaban su procedencia. En ese cuadro general el peronismo de Lanús cuyo jefe era Manuel Quindimil, rezonificó y cambió la normativa de construcción, montándose sobre una infraestructura colapsada con servicio de cloacas insuficiente que aún mantiene la misma decadencia, vertiendo la material fecal  al riachuelo. 
  
La oposición patronal que destronó a Quindimil lo hizo con promesas progresistas que propagandizó desde el Concejo Deliberante, incluyendo Obras Públicas y Plan de viviendas
populares que nunca llevaron adelante y luego rechazaron. Hoy los hijos políticos de Quindimil mal administran el distrito sentados sobre la misma infraestructura colapsada y desde hace años las tormentas demuestran que no es con verso que se resuelven los problemas. Cada aguacero y sus consecuencias manifiestan la inutilidad de los “progres” de Lanús.
  
El “desarrollo inmobiliario” de Macri y Cristina es pura especulación inmobiliaria que ofrece a los monopolios y a la patria contratista negocios que mantienen a flote a  ambos gobiernos como garantes de ganancias sin riesgos para los capitalistas aún en tiempos de crisis. 

El acuerdo PRO/FpV es lo que Marx llamó la transferencia de bienes públicos a privados: 1) Concesión a 30 años de 37 ha de espacio público a un privado sin canon alguno y eximición de impuestos durante una década. 2) Remate del Edificio del Plata, patrimonio de la Ciudad. 3) La entrega de decenas de hectáreas públicas (ferroviarias) a la especulación inmobiliaria (en Caballito, Palermo y Liniers). 4) El “distrito de las Artes” en La Boca. 5) La construcción de la “Dubái de IRSA” en la ex Ciudad Deportiva de Boca. Macri/IRSA paga u$s 15 millones para que Macri/CABA rezonifique, a cambio IRSA recaudará con la venta de la “Dubái de IRSA” u$s 5.000 millones. 6) La rezonificación de la Isla Demarchi para construir un “Polo Audiovisual”. 7) Con el “Plan Maestro Comuna 8” cientos de hectáreas públicas se entregan a explotaciones comerciales privadas, exceptuadas de impuestos.   
  
  Macri y el gobierno nacional y popular son un bloque único a la hora de entregar el patrimonio público a la voracidad privada. Los K y los PRO, lejos de la antinomia, confluyen en un modelo de ciudad diseñada por y para las multinacionales, que reciben tierras fiscales y edifican con créditos internacionales que paga la ciudadanía como deuda externa. Lo que guía el proceso es la sobrevalorización de la tierra y la expulsión de los sin recursos. Se fomenta la construcción de viviendas de lujo que provocan pérdida de identidad y calidad de vida de los barrios.

En este cuadro está Campomar, emblemático por las maniobras delictivas del poder político: en los ’70, 19 empresas entre ellas esa textil, fueron vaciadas por los hermanos Isaac, Abraham y Beredel Todres, en complicidad con el poder político (La Prensa 26/8/1970). El 3/9/1971 los obreros se reunieron en las puertas de Campomar reclamando su reincorporación. Hasta 1972 la quiebra mantuvo un pequeño núcleo de trabajadores residuales. Luego se produjo un inescrupuloso remate judicial a favor de un testaferro. El  7/4/1976 SEGBA compró el lote 2 de la fracción 10 (58.063 m2) de Campomar mediante hipoteca a la Financiera AION. El 26/7/2000 el Estado nacional obtiene la titularidad del dominio con una hipoteca simultánea de $=u$s 103.125.000. 

El 26/12/2000 un Organismo Nacional (ONABE) vende Campomar a la “financiera” Raisin SA en $ 2.100.000; en la operación hay un acuerdo de servidumbre gratuita para EDESUR S.A. que le permite utilizar una porción del predio. Edesur estaba dentro del predio desde 1989 con la privatización.

El 23/8/2005 se derrumba un paredón que mata a dos vecinos. Quindimil para hacer zafar a Raisin de la responsabilidad civil promueve la expropiación de Campomar para construir viviendas populares. “La fábrica cerró en los ’70, luego la alquiló Segba y hace unos años el predio fue rematado, contó el vecino Floriano Gil. Clarín intentó comunicarse con Raisin pero la firma no apareció en la guía telefónica ni en Internet”. (Clarín 25/8/2005)

El 18/11/2008 la Cámara de Diputados de PBA sanciona la ley 13895 de expropiación de Campomar, declarándola de utilidad pública adjudicada al Municipio de Lanús y con destino de Plan de viviendas populares. El dominio de la propiedad estaba inscripto en la Matrícula 12.298 a nombre de…¡¡¡”Adefe Curtiembre S. A.”!!! cuyos dueños son la familia Sandoval: Maria A., Guillermo, Ricardo y Oscar N. Pianelli. Su actividad según la AFIP es la Construcción de Edificios desde 1976 (Boletín Oficial Nº 31527, 7/11/2008). 

Los K que en 2007 habían prometido obras y viviendas populares, el 2/10/2010 hicieron aprobar unánimemente en el HCD que PBA derogara la Ley 13.895 ¡¡de viviendas populares!! (Inforegión) 

Campomar, además de “alojamiento de desaparecidos” -”dixi” Alfredo Giorno- fue y es una cueva de mafiosos, antes y ahora dedicados a apropiarse de lo ajeno para venderlo. Campomar hecha pus por donde se lo apriete; Nuevo Valentín Alsina debe ser rechazado por parasitario, especulativo y contrario al bienestar de las mayorías. 

Los K, impidiendo se investigue Campomar, quedaran en la memoria del pueblo como quienes entre los DDHH o lucrar con negocios, eligieron lucrar. 
  (*) Miembro del Partido Obrero