lunes, 14 de enero de 2013

La semana en pocas palabras


Informe Económico Semanal del Banco Ciudad 

Tras una nueva demora respecto del cronograma original de difusión, el último miércoles el Ministerio de Economía informó que en noviembre el resultado primario fue deficitario en $723 millones, un número que -descontando el pago de intereses de la deuda- arrojó un déficit financiero de $2.274 millones.
Este resultado podría haber sido todavía más negativo sin el giro de utilidades de la ANSES ($1.181 millones) y del BCRA ($323 millones), que de todos modos no fueron suficientes para que el resultado primario no caiga en terreno negativo (de hecho, sin estos ingresos extraordinarios el déficit primario hubiera escalado a $ 2.228 millones y el rojo financiero a $3.778 millones). Se trató, así, de la sexta oportunidad desde que asumió CFK en diciembre de 2007 (y la segunda en 2012) en la que se observó, simultáneamente, un déficit primario y financiero, profundizándose el persistente deterioro de las cuentas fiscales que siguió a la presidencia de NK, ante una aceleración del gasto, desaceleración de los ingresos y mayores pagos de intereses de la deuda.
En noviembre, el gasto se aceleró y volvió a aumentar por encima de los ingresos, aunque con un efecto “base de comparación” no despreciable. El gasto primario creció un 34%, 8 puntos más que en los primeros 11 meses de 2012 (29%). Si bien se trata del tercer mes consecutivo con el gasto en ascenso (pasando de un alza de 18% en septiembre a 24% en octubre y 34% en noviembre), debe tenerse en cuenta que en noviembre de 2011 se observó una fuerte desaceleración del gasto tras las elecciones presidenciales de octubre, que distorsiona la base de comparación y no permite inferior claramente cuánto de la aceleración corresponde a un política fiscal más expansiva, que sí descontamos para un año electoral como el 2013.
El efecto base de comparación se sintió con fuerza en las transferencias corrientes a
provincias (121% interanual) y en las transferencias de capital (36%), tras el fuerte recorte que sufrieron en noviembre de 2011, luego de los comicios presidenciales (-54% y -12%, respectivamente). En la misma sintonía, la inversión real directa también se aceleró (27%), tras aumentar tan sólo un 3% en el mismo mes de 2011. Otras partidas, como prestaciones de la seguridad social (31%) y gastos de consumo y operación (26%), continuaron con importantes aumentos, aunque menos marcados que en los casos anteriores.
Con todo, en los primeros once meses de 2012, el déficit financiero alcanzó $22.400 millones, más que duplicando el rojo de igual periodo del 2011, mientras que el resultado primario cayó a la mitad ($6.700 millones). Sin los recursos extraordinarios del BCRA y la ANSES, que a noviembre acumulaban $22.000 millones, el déficit financiero habría trepado a $44.400 millones y el superávit primario hubiera mutado en un déficit de $15.300 millones.
Aún así, lo peor está por venir. Diciembre es un mes con una fuerte estacionalidad del gasto por el pago del medio aguinaldo. Según nuestras previsiones, este año podría superarse el déficit primario y financiero de diciembre 2011 (-$8.100 millones y –$22.300 millones, respectivamente), lo que llevaría el resultado primario del año a un valor ligeramente negativo y el déficit financiero a cerca de $44.000 millones (2% del PIB), aún computando recursos extraordinarios del BCRA y ANSES, sin los cuales esta cifra se duplicaría.
El déficit fiscal de 2% del PIB es similar al promedio registrado en la segunda mitad de los años noventa, con la diferencia de que en aquel momento, durante la Convertibilidad, su financiamiento debía cubrirse con nuevas emisiones de deuda, mientras que en la actualidad se cuenta con los recursos provenientes del Banco Central (emisión y reservas) y de la ANSES, tras la reestatización del sistema de jubilaciones y pensiones. Si bien esto permite contar con una menor vulnerabilidad fiscal y externa que hace una década, el creciente financiamiento monetario del déficit fiscal pone un piso demasiado elevado a la inflación, erosionando los fundamentos macroeconómicos, con efectos disruptivos que ya comienzan a sentirse.
En lo que respecta a la creciente dependencia del financiamiento del BCRA, los adelantos transitorios del BCRA crecieron en diciembre un 24%, alcanzando un total de $127.700 millones, que casi duplica los valores de un año atrás. Si a eso se le suman los giros de utilidades por $12.500 millones y el uso de reservas internacionales para el pago de deuda por USD 7.800 millones, este año la asistencia financiera del Banco Central al Tesoro ascendería a la friolera de $108.000 millones (4,8% del Producto).