lunes, 4 de febrero de 2013

La semana en pocas palabras


Informe Económico Semanal del Banco Ciudad

El consumo bajó varios cambios su ritmo de crecimiento en 2012. Venía de crecer casi 8% en 2010 y más del 6% en 2011 y terminó 2012 con un crecimiento no muy superior al 1%. Aunque finalizó el año a mejor ritmo del que lo comenzó, el consumo tuvo un comportamiento relativamente estable a lo largo de 2012. El dato sirve para mostrar la resistencia del consumo privado aún en escenarios como el actual, con caída de la producción y la inversión, aumento de la inflación, estancamiento del empleo y contracción del comercio exterior.
La principal razón quizás sea que los instrumentos de ahorro (de protección de la inflación) son prácticamente inexistentes, aunque el estancamiento del salario real tampoco permitió un comportamiento boyante de esta variable clave. Así, consumir es la única opción para una gran proporción de las familias que apenas llega a fin de mes, pero también para la mínima fracción que, pudiendo ahorrar, está obligada a consumir o a resignarse a la erosión de sus ahorros a manos de la inflación. La segunda razón es que ha aumentado el peso de los ingresos del sector privado que derivan directa o indirectamente del sector público, vía empleo público, pensiones y subsidios. Cuando la situación fiscal no es crítica, estas fuentes de ingresos suelen ser menos cíclicas, lo cual contribuye a estabilizar el consumo en escenarios recesivos.
La gran incógnita sigue siendo su evolución futura. El consumo depende mayormente del salario real, la tasa real de interés (el premio o castigo por ahorrar), las expectativas respecto al futuro, el nivel de empleo y la incertidumbre laboral (el miedo a perder el trabajo), además de la disponibilidad y el costo del crédito.
Si se analiza uno por uno los fundamentos del consumo, el resultado es bastante ambiguo. Las tasas de interés siguen siendo un gran incentivo a consumir cuando se las compara con la inflación real. Y el dólar, como instrumento de ahorro, se ha vuelto un objeto de culto para quienes quieren adquirirlo por derecha (producto de las prohibiciones al atesoramiento) y por izquierda (producto de la enorme devaluación del paralelo). El crédito bancario para consumo
sigue creciendo fuerte (35% en 2012), dado que muchos bancos encuentran allí una forma de protegerse de la incertidumbre inflacionaria prestando a corto plazo. Del otro lado de la balanza estará el salario real (la variable más importante), amenazado por la aceleración de la inflación y el tope del 20% que el gobierno nacional intentará imponer en las próximas paritarias. Finalmente, las expectativas del consumidor siguen golpeadas y si bien el miedo a perder el empleo es bajo, viene en ascenso por la importante caída que registra la demanda laboral.
De este balance de incentivos encontrados, y como antesala de lo que podría suceder en 2013, los indicadores de consumo continúan brindando señales mixtas, confirmado que la recuperación iniciada en el tercer trimestre de 2012 luce todavía demasiado endeble. Entre los datos que revelan una mejor performance relativa se destacan la recaudación del IVA de diciembre (con un alza del 31% nominal) y de las ventas minoristas informadas por CAME (4% real), mientras que las mediciones de facturación en supermercados y shoppings del INDEC aún no muestran mejoras significativas respecto de un flojo 2012. Por su parte, si bien se mantienen en niveles históricamente elevados, los patentamientos de 0km volvieron a caer en diciembre en términos interanuales (-4,5%), siendo todos estos datos analizados en detalle en el presente informe.