martes, 12 de febrero de 2013

¿Por pensar distinto nos tenemos que ir de nuestro país?


por Victor Lopreiato*

Si mal no recuerdo, hay una parte de preámbulo de la Constitución Nacional que dice: “con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino; invocando a la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia”
   En este fragmento, se invoca a la unión nacional, a la justicia, a la libertad, al bienestar general. Todos estos conceptos, fueron redactados para quienes lo escribieron, pero también, para la posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar esta tierra. En ninguna parte, nuestra constitución habla de tener que irse, o no poder entrar a nuestro país, por pensar distinto, por rezarle a otro dios, por tener un color de piel distinto, o por elegir una sexualidad diferente.
  El periodista Orlando Barone pidió que se fueran de la Argentina aquellos que  abuchearon a Amado Boudou en un acto en San Lorenzo, o los que insultaron a Axel Kicillof en su regreso del Uruguay, y también en durísimos términos se expresó sobre quienes según él “gozaron desde sus casas”. Ysentenció: “La gozan con la cobardía más cobarde”. Para peor, siguió expresando lo siguiente: “Que se vayan los políticos que se hacen los demócratas pero justifican los ataques y los insultos. Impotentes y disfuncionales por vocación propia, no hay alargamiento de pene que les sirva ni cacerola gourmet que les satisfaga”. Y también dijo: “Sí, que se vayan no sé adónde todos ellos: si a la mierda o al final de los tiempos. Porque la Argentina necesita que se vayan. Son un lastre insanable. No hay argumento sensato, comparación empírica ni urna llena de votos populares que los convenzan. No hay inclusión que los excluya de su pasión por la xenofobia”.
Este periodista, Orlando Barone, quien durante la dictadura trabajó para Clarín, y actualmente
trabaja en el programa 6, 7, 8, que se emite por la televisión pública y cuyo sueldo pagamos entre todos, es lamentable e insultante, particularmente para mi, dado que yo soy hijo de inmigrantes italianos que vinieron a este país a trabajar, creyeron en la cultura del trabajo y colaboraron con el desarrollo de nuestro país. A ellos nunca se les pregunto, qué ideas políticas tenían, o a qué dios adoraban, o si les gustaban las cargadas que sufrían por no dominar el idioma. Hoy gracias a dios tengo a mi madre de 80 años que ama a este país quizá mucho más de lo que lo ama Barone u otros tantos que hoy se rasgan las vestiduras por este Proyecto Nacional y Popular, que no es el país, es sólo un Proyecto Nacional y Popular. Si por pensar distinto nos tenemos que ir, estamos en el horno, hoy se empieza por las ideas, quizá mañana por el dios y quizá, en un tiempo por la elección sexual.
Pregunto, solo pregunto qué hacía o que dejaba de hacer el periodista Barone en el año 1982, cuando muchos argentinos estábamos enfundados en un uniforme del ejército argentino embarcados, para defender a la patria, o esperando la orden y alistándonos para salir en cualquier momento, como en mi caso, haciendo larguísimas guardias frente a las puertas de la Escuela Superior de Guerra. Lamento que en ese momento no haya dicho nada y, a mi al igual que a mis compañeros, nunca se nos calificó de cobardes. Yo no comparto el agravio a un funcionario público, frente a su familia, pero en un acto oficial, forma parte del riesgo que corre cualquier figura pública como lo es la figura del vicepresidente Amado Boudou, pero hoy un periodista me trato de cobarde, (aquí hablo en primera persona), porque no sali a defender a un vicepresidente que esta sospechado de varios ilícitos, y si lo abuchean o no, es un problema de él, no del estado de derecho.
Por suerte tenemos artistas populares, como es el caso de Enrique Pinti, que siempre dice: “Pasan los años, pasan los gobiernos, los radicales y los peronistas, pasan los veranos, pasan los inviernos, quedan los artistas, pasan las crisis y pasan las guerras, pasa la prensa sensacionalista, las prohibiciones, las listas negras y quedan los artistas”. No nos deberíamos asombrar que dentro de algunos años, Orlando Barone, esté en otra vereda, criticando acciones de este gobierno que tanto defiende, por suerte todo pasa, pero lo que lamento es que estas personas siguen cobrando y viviendo muy bien, hablando de una manera o de la otra, y casi siempre defendiendo sus propios intereses.
  (*) Profesor de matemáticas en escuelas de enseñanza media de Lanús