miércoles, 24 de julio de 2013

La dieta disociada

por Alejandro Chitrangulo

Habitualmente me encuentro con amigos y compañeros que me piden una dieta efectiva para bajar algunos kilos. Siempre tiene que ser fácil de interpretar, sin muchas limitaciones, sin comidas complicadas y en lo posible rápida y efectiva. También tiene que permitir darse algunos gustos y poder ser mantenida fuera de casa en donde se complica más elegir qué comer. La experiencia indica que gran parte de estas cualidades las podemos encontrar en las dietas disociadas.
El Método Montignac
El método fue creado por el profesor Michael Montignac (1944-2010), experto de gran renombre en asuntos de nutrición. Al igual que su padre, Montignac fue un niño obeso, lo que lo llevó a realizar investigaciones sobre la nutrición, con el objetivo principal de superar su propio problema de obesidad.  Comenzó  las investigaciones a finales de los años setenta y logró elaborar las bases de un sistema de dieta original para perder peso. Montignac es el padre del concepto de los índices glucémicos, que se refiere a la capacidad de los alimentos para elevar la glucemia después de su ingesta. Primero lo experimentó en carne propia y logró perder 15 kilos en tan solo tres meses; de este modo logró demostrar que es posible perder peso sin restricciones calóricas, simplemente es necesario escoger de manera correcta los alimentos a consumir.
El método Montignac  no es una dieta tradicional. Consiste en tratar de cambiar las costumbres alimenticias. Tiene como mandato no combinar en la misma comida alimentos ricos en grasas e hidratos de carbono. Por este motivo, se le clasifica dentro de las dietas disociadas.
En este régimen alimenticio queda prohibida la ingesta de alimentos con alto índice glucémico (papas, pastas, etcétera.), porque se encargan de estimular la secreción de insulina y el
crecimiento de células adiposas. También prohíbe la combinación de grasas y azúcares, o proteínas animales, con alimentos que tengan un alto contenido de fécula. Sin embargo, te permite comer proteínas y grasas, siempre y cuando las consumas por separado y no las combines con nada.
Esta dieta tiene la gran ventaja de que no te priva de los alimentos ricos; puedes comer grasas y proteínas, solo debes cumplir la regla antes mencionada. Es fácil de seguir si comes fuera de tu casa ya que no maneja restricciones en cantidades; alienta el consumo de proteínas y grasas, por lo que no te tienes que preocupar por las calorías.
Los beneficios de esta dieta, son básicamente que: Pierdes peso muy rápido: entre 2 y 3 kilos por semana y se puede consumir todo tipo de alimentos sin límite de cantidad. Aparte ofrece una sensación de saciedad que hace que la dieta sea más llevadera.
Las  2 fases de la dieta Montignac
   Fase 1 de pérdida de peso: En esta fase, la dieta debe de seguirse de forma estricta, únicamente comiendo los alimentos permitidos. Esta etapa dura el tiempo que se requiera para conseguir el peso deseado; normalmente se lleva 2 meses.
  Fase 2  de mantenimiento: Durante esta etapa se debe continuar la pauta, se permiten algunos caprichos como una papa o un pedazo de pastel de postre; en la comida en la que se realice este “gustito”, se recomienda comer alimentos ricos en fibra.
Alimentos prohibidos: azúcar, pan blanco, papas, maíz, harinas refinadas (blancas), zanahoria cocida, banana, pasta (blanca), miel, arroz (blanco), habas, calabazas, pasas, nabo, cerveza, sandía, melón, hojaldre, castañas, almidones modificados, refrescos con gas, café y bebidas alcohólicas.
Alimentos permitidos: todo tipo de carnes, pescados, mariscos, salmón ahumado, pasta integral, pan integral, arroz integral, chocolate negro sin azúcar, verduras, fruta, huevos, harinas integrales, garbanzos, alubias, lentejas, queso, zanahoria cruda, yogurt, leche descremada, fructuosa, frutos secos, aceitunas, aguacate, germen de soja y café descafeinado. 
Principios básicos para  seguir la dieta de forma correcta: Consumir carbohidratos integrales y evitar mezclarlos con proteína y/o grasas. Se puede mezclar las verduras con las proteínas y los carbohidratos. La leche debe consumirse descremada; para los yogurts puedes elegir entre el entero y el descremado, y los quesos pueden ser de cualquier tipo. La futa se debe consumirla siempre sola y fuera de las comidas principales. El café se debe tomar descafeinado. Quedan restringidas las salsas que estén preparadas a base de harinas o grasas. Se debe beber abundante agua entre horas. Al principio de la dieta se debe evitar el consumo de frutos secos y alimentos ricos en grasas, como: aceites, manteca, embutidos, carne de cerdo, quesos ricos en grasa, helados y chocolates. Está permitido el consumo de vino pero siempre que sea al final de las comidas.
No seguir la dieta adecuadamente podría perjudicar la salud, alterando por ejemplo, los niveles de colesterol, triglicéridos y ácido úrico.