sábado, 21 de septiembre de 2013

Frente a golpistas fracasados y residuos de la vieja política

por Omar Dalponte

nuevospropositos@hotmail.com   
       
Los días previos a cualquier elección se prestan para mucho disparate verbal y algunos más. Todo sería bastante entretenido si no fuera que también, el tiempo preelectoral, como el que corresponde a la proximidad de las fiestas de fin de año, en nuestra Argentina suele ser, lo ha sido en muchas oportunidades, un momento en que se producen hechos poco felices. Como uno conoce bastante bien el paño de la política sabe que aún existen y mantienen cierto poder no pocos sujetos incapaces de convivir democráticamente, siempre dispuestos a recurrir a los procedimientos más deleznables con tal de interrumpir el normal desarrollo de las instituciones y la vigencia de la Constitución Nacional.
Por ahí andan dando vueltas en distintos medios de comunicación, como si fueran parte del decorado, golpistas fracasados y otros elementos residuales de la vieja política, lanzando desembozadamente proclamas destituyentes mediante un discurso perfectamente armado para crear inquietud y agudizar odios a la sociedad. Paralelamente -como tantas veces hemos visto en procesos similares- ocurren asesinatos extraños, especialmente en el conurbano, o atentados como el perpetrado en la sede de una mutual de la gendarmería. Tampoco escasean los paros sorpresivos y salvajes que provocan graves inconvenientes y perjudican a todo el mundo, pero sobre todo a los laburantes que cada mañana o cada tarde tienen que pasar las mil y una para ir a trabajar o regresar a casa.
Las estrategia de la oposición más dura es crear climas de miedo, provocar y agudizar el malhumor colectivo e instalar en las filas de quienes adherimos al gobierno nacional una
sensación de derrota anticipada. Evidentemente elaborar ese tipo de maquinaciones es subestimar la capacidad de nuestro pueblo en general y del peronismo kirchnerista en particular. Los miles y miles de ciudadanos que integramos grandes sectores populares hemos luchado por nuestros derechos desde la adversidad, supimos derrotar a dictaduras terribles y vencer al feroz neoliberalismo después de años de pelea en condiciones desfavorables. Si alguien cree que un periodista obeso y enfermo como Jorge Lanata junto a otros  sirvientes del Grupo Clarín, un ramillete de dirigentes sindicales que objetivamente le hacen el caldo gordo a los monopolios y algún ex militar totalmente desprestigiado como Aldo Rico van a condicionar la acción del gobierno democrático de Cristina y ponerlo en jaque, debe hacer revisar su salud mental. El kirchnerismo está fuerte y tiene mandato por dos años más para continuar con la obra de gobierno que viene transformando a nuestro país para bien. Más allá de estos personeros mediáticos que ladran por dinero, no se nos escapa que los enemigos realmente poderosos son contrincantes difíciles y combatirlos no es cosa para timoratos que achican la parada por no animarse a copar la banca.
Néstor Kirchner caracterizó a la primera mandataria como la presidenta coraje y no se equivocó. Todos los días Cristina, al frente de la conducción del país, tanto en el plano nacional como en el internacional demuestra que le sobra paño para tener en sus manos el timón de la República.
Ahora, en los días previos a una elección general es tiempo de acción política durante el cual, para el oficialismo en todos los niveles, es necesario mostrar gestión, explicar claramente los planes para el futuro y proponerle a la ciudadanía seguir recorriendo el camino hacia el progreso real que el peronismo kirchnerista está en condiciones de alcanzar para todos los argentinos.
Después de las elecciones, sabiendo entender que luego de una década en el gobierno y con miras al año 2015 es menester ajustar algunas cuestiones, habrá que dedicar esfuerzos para la reflexión y la elaboración de nuevas ideas y propuestas. En los primeros días de noviembre, conocidos los resultados definitivos del  comicio, estarán contados los porotos y se sabrá cual es la representación del Frente para la Victoria en el Parlamento Nacional. Más adelante, para los días cercanos a fin de año, de no mediar alguna situación que altere ciertas resoluciones, se realizarán elecciones cerradas en el Partido Justicialista. Esta será una instancia en la que la militancia deberá participar a pleno, con serenidad, aceptando que dentro del PJ hay diferentes corrientes de opinión y que todas tienen el mismo derecho a disputar espacios. En esa oportunidad los afiliados decidirán la conducción de la organización partidaria. Sin perjuicio de la valoración que corresponde a la epopeya kirchnerista será, seguramente, otra etapa en la que tendrá que hacerse un trabajo destinado a abrir nuevos surcos en el pensamiento y la acción a tono con la realidad de dos años por delante que no serán fáciles, pero suficientes para la consolidación del modelo y su proyección hacia adelante. Mientras tanto, optimismo, fuerza militante y decisión para la acción en campaña deben ser condimentos indispensables que no deben faltar en la mesa del Frente para la Victoria.  
(*) De Iniciativa Socialista