lunes, 23 de junio de 2014

¿Qué pasa si no pagamos la deuda?

por Lisandro Martínez*

lisandromartinez47@yahoo.com.ar

La anulación de deudas -que el pueblo hebreo llamó “yobel”- y que conocemos como jubileo, era política 1792 años ante de Cristo en la cultura de Mesopotamia, en Asia, durante el reinado en Babilonia de Hammurabi. En Babilonia los campesinos disponían de tierras, viviendas, rebaños e instrumentos de trabajo, por lo que pagaban al reino con parte de sus cosechas. En caso de malas cosechas, acumulaban deudas. Otras deudas las adquirían por préstamos concedidos por altos funcionarios con el fin de enriquecerse y apropiarse de los bienes del campesinado que no pudiera pagar. El régimen de Hammurabi para combatir la usura y sus derivaciones que llevaban a los campesinos a no pagar y terminar como esclavos de los acreedores, anulaba periódicamente todas las deudas y devolvía los derechos al campesinado. Hammurabi había escrito un “código” que partía del siguiente razonamiento: “El poderoso no puede oprimir al débil, la justicia debe proteger a la viuda y al huérfano (…) a fin de hacer justicia a los oprimidos”. El Código de Hammurabi se encuentra en el Museo del Louvre de París. 
   El contenido de la Piedra Rosetta (escrito en jeroglíficos sobre piedra), confirma la tradición de la anulación de deudas que se instauró en el Egipto de los faraones a partir del siglo VIII aC antes de su conquista por Alejandro Magno en el siglo IV aC. En la Piedra Rosetta se lee que el faraón Ptolomeo V, en 196 aC, anuló las deudas debidas al trono por el pueblo de Egipto. Existen pruebas de anulación de deuda por otros faraones: Ramsés III, Ramsés IV así como el faraón Bakenrenef. La piedra Rosetta está en el Museo Británico.
  En 1327 Eduardo III fue nombrado rey de Gran Bretaña y se encontró con una fabulosa e impagable deuda con los bancos Bardi y Peruzzi que habían prestado dinero al anterior rey Eduardo I para que expulsara a los judíos de Inglaterra. Eduardo III obligó a los ricos comerciantes del reino a financiar la corte y dejó de pagar a los bancos italianos que fueron a la quiebra. (“The Money Lenders”, Anthony Sampson).
  Cien años después en otra guerra llamada de las Dos Rosas, el rey Eduardo IV se endeudó mucho y nuevamente la banca italiana -de los Medici- aún haciendo una quita de deuda tuvo que cerrar la sucursal de Londres.
  José de San Martín, que conquistó Lima el 10/7/1821, al asumir el cargo de Protector de la
libertad de Perú, promulgó un estatuto que contiene posiblemente el primer antecedente normativo de la aplicación de la deuda odiosa, al proclamarse que el nuevo gobierno no debía pagar la deuda contraída por las autoridades del virreinato del Perú ya que los fondos así conseguidos habían sido utilizados contra el pueblo de Lima y del Perú. 
  ¿No le suena al lector a “la odiosa deuda” contraída por la dictadura militar y honrada por los demócratas durante los últimos 40 años? 
 Entre 1826 y 1850, en la primera crisis internacional, casi todos los países de América Latina detienen el pago de sus deudas. 
   En 1840 la Banca Baring de Londres le prestaba al floreciente EEUU, aunque sabía de su inestabilidad financiera y del récord histórico de desfalcos e incumplimientos. Pero Londres quería intervenir en la política interna de EEUU y Baring le prestó. En 1842, once estados, entre ellos Maryland, Pennsylvania, Mississippi y Louisiana, dejaron de pagar dejando un precedente muy utilizado en los años siguientes.
  El Banco Baring intervino en la política interna de EEUU, financiando la campaña de quienes se comprometieran a pagar la deuda “con sangre, sudor y lágrimas del pueblo”; los candidatos “paganinis” que obligarían a pagar al soberano de Maryland ganaron por poco y Maryland estableció nuevos y altos impuestos al pueblo para pagar sus deudas. La campaña le había costado al Baring Brothers una fortuna pero para los usureros fue negocio. ¿No tiene esto que ver con las campañas furibundas de los “paganinis” Cristina, Massa, Scioli, Macri, Solanas, Carrió, Randazzo, Binner, etcétara, hincados frente a la justicia extranjera? 
 Mississippi nunca pagó. Para 1929 la deuda impaga era de 32 millones de libras y en 1980 los bancos de Londres intentaban cobrarle a Mississippi préstamos de 138 años atrás. 
 En 1876 en América Latina 11 naciones entraron en cesación de pagos. 
Durante el siglo XIX abrumadoramente los gobiernos europeos dejaron de pagar sus deudas: España 7 veces, Austria 3, Portugal 3, Grecia 2, Turquía 3, Rusia 1 y Holanda 1. En América Latina todos los países dejaron de pagar sus deudas en algún momento de ese siglo. En EEUU, Arkansas y Florida estuvieron en cesación de pagos 3 veces.
  En el Siglo XX en la década del 30, las potencias europeas cayeron en default en oro y monedas extranjeras y quedaron en deuda con EEUU en u$s34 mil millones de aquella época que nunca pagaron.
De 1931 hasta finales de 1940, catorce países latinoamericanos decretan una moratoria de deuda.
En el siglo XXI un país de pescadores, Islandia, que hace años decidió no pagar su deuda por ilegítima, no fue invadido ni bombardeado por los marines.  
Más de 40 años de pagar una deuda externa ilegítima ya saldada, señala que desde los gobiernos de la triple A, los genocidas y la democracia burguesa han sido responsables directos como activos promotores -¿a porcentaje?- de préstamos internacionales que transfirieron a las cuentas bancarias del empresariado “nacional”. 
El gobierno “probuitres” emitió títulos de deuda bajo jurisdicción extranjera, una metodología iniciada por la dictadura militar y renunció a la soberanía endeudándose.   
La figura burguesa de “traición a la patria” les va como un guante a oposición y oficialismo que viajaron juntos a postrarse ante una justicia extranjera pidiendo… ¡pagar! Es una postal del servilismo, un desastre moral que sólo se entiende porque los que piden pagar son estafadores y lo van a hacer con el dinero de los trabajadores. Un siervo patronal, Pablo Moyano -para no quedar fuera del chiquero- señaló: “La señora presidenta tiene que acatar a la corte de EEUU y pagar. Si no esto va a repercutir en el futuro de todos nosotros”. 
Mientras advierten con no dejar de pagar la usura a los bancos reclaman un default contra trabajadores, jubilados y contribuyentes.
  El PO en el Frente de Izquierda, no respalda al gobierno ni a la oposición entreguista.
Rechaza los acuerdos tipo Repsol y Club de París que incrementan la deuda.
Que la deuda la paguen los grupos económicos que la usufructuaron.
Que se convoque a un referéndum popular como en Islandia.
(*) Miembro del PO