martes, 21 de octubre de 2014

A 4 años del Crimen de Mariano las tercerizaciones son política de estado

por Lisandro Martínez*

El asesinato de Ferreyra fue un crimen de estado que preservó un negocio millonario en beneficio de ministros, secretarios de estado y funcionarios de primera línea. La presidente que conoce el caso en detalles en lugar de denunciarlo y poner a disposición de la justicia todo lo que sabe ha decidido ser cómplice de aquel asesinato protegiendo a los autores intelectuales. 
A 4 años de aquella aberración donde las instituciones del estado actuaron amparando a la camarilla de delincuentes, sembrando pistas falsas, presentando “ella y él” falsos testigos para desviar la atención, el gobierno kirchnerista -fiel a sus orígenes- no ha desarmado de ninguna forma el fraude laboral de la tercerizaciones, el trabajo precario y en negro, contra lo que lucharon Mariano y sus compañeros. Cristina en cambio ha colocado el poder político a favor de los explotadores del Fraude Laboral. Su bambolla de “Patria o Buitres” ha terminado en una colosal C-A-P-I T-U-L-A-C-I-O-N y da vergüenza como gente grande, en la cual sólo late como “viscera sensible la billetera”, asegura que “vamos en el camino correcto”; mientras, Vanoli dijo “vamos a pagarles a los Buitres”.        
La tercerización es un fraude laboral cuya denuncia tiene sus raíces en el “Congrés International du Ouvrier Socialiste” realizado en 1889 en París, donde participó Alejo Peyret por los socialistas de Buenos Aires. Allí se discutió un programa de reclamos y una de las resoluciones a favor de la mujer trabajadora fue “igual salario para igual tarea”. Casi 70 años después la consigna fue incluida en la Constitución Nacional de 1957. Cristina, alineada con la patronal, está a la derecha de Rojas y Aramburu. 
  La enérgica lucha ferroviaria de 2010 destapó el método para reducir salarios y destruir los
sindicatos, dividiendo a los obreros entre tercerizados sin derechos sindicales y salarios a la baja con los efectivos.
 El triunfo del pase a planta de 3.000 tercerizados ayudó a visualizar la extensión del fenómeno tercerizador impulsado por la patronales, que está instalado en todas las ramas de la industria, los servicios y las reparticiones del estado nacional, del provincial y del municipal. 
La precarización laboral reconocida por el MTSS para la población efectivamente activa* es del 33%, lo paradójico es que el MTSS tiene 3.000 contratados que superaron todo período y antigüedad para pasar a planta sin que se efectivizaran los pases. Para la OIT la suma de precarizados, tercerizados y “en negro” es el 46% de la PEA**.
  Cuando CFK, el 25/10/2010, señaló: “Basta de tercerización del trabajo”, inmediatamente fue corregida 1º por Tomada quien opinó que “no todas las tercerizaciones son malas” y 2º por el patrón de Techint que defendió las tercerizaciones como resorte empresarial para abaratar los costos laborales. “Cris” cerró el pico.
  La tercerización nació con la Revolución Industrial, su base era el trabajo a destajo con contratistas. Estas eran las relaciones laborales hasta fin del siglo XIX. Esta forma fue combatida y erradicada por los pioneros de la organización sindical que batallaron hasta  acabar con la tercerización en las fábricas. 
En el siglo XX la producción adoptó algunos rasgos científicos y enterró las tercerizaciones.
La actual precariedad laboral no aporta a dar calidad a la producción industrial ni a la eficiencia de los servicios; es un mito que la tercerización sea el resultante de la imposición de la globalización económica, industrial, competitiva o de los avances tecnológicos; la única función que cumple es ser la forma como se cubre el capitalista de la caída de su tasa de ganancia. El fraude desnuda como el empresariado en lugar de asumir los riesgos de los negocios, los socializan y recuperan la tasa de ganancia rapiñando parte del salario de sus dependientes.
La tercerización ha demostrado acabadamente que es un ataque reaccionario contra el obrero, un Fraude Laboral cuyo fin es la desindicalización masiva, la pérdida de derechos laborales acompañados por el cese de aportes jubilatorios patronales, el no pago de aguinaldo, vacaciones, accidentes de trabajo, etcétera. Como registro oficial sólo el 20% de los establecimientos productivos tiene delegados gremiales elegidos.
La tercerización destruye beneficios sociales y funciona como depredador salarial que evita incluir en el plantel efectivo a un sector obrero, atomizándolo fuera del Convenio Colectivo.
   Los empresarios son en su gran mayoría propietarios de las empresas de tercerización del trabajo. Las patronales intervienen así en sus propias empresas como tercerizadores convalidando el Fraude Laboral.
La presión de la masa de precarizados, contratados, en negro y tercerizados con salarios al 50% del convenio es un factor decisivo para reducir los salarios de los efectivos. Esta situación coexiste con la tasa de desocupación más alta en 50 años, que además lleva a la extensión de la jornada laboral.
Un componente estratégico del fraude laboral son las agencias de empleo, las mismas se instalaron en los ‘70· durante Onganía. Son subsidiarias de las grandes empresas y gerenciadas por testaferros que responden al principal. Las agencias establecen contratos temporarios con condiciones inferiores al personal efectivo y con salarios menores. La existencia de agencias es para eludir responsabilidades y descargarla sobre entelequias creadas a propósito. La subsistencia de agencias en el siglo XXI permite la continuidad de la flexibilidad, la precariedad y la tercerización. 
Otros “paraísos” del empleo informal son las “zonas francas” y los parques industriales.
La tercerización estafa en la Argentina a 6 millones de familias obreras (MTSS) u 8 millones según la OIT. Este Fraude debe suprimirse para acabar con la discriminación social, gremial y la exacción económica a un sector cada vez más creciente del pueblo.
El gobierno tiene amplia responsabilidad sobre la situación de indefensión social en que se encuentra millones de trabajadores.
Basta de tercerización, trabajo precario y en negro.
Por “comisiones de seguimiento del trabajo efectivo y registrado”, elegidas y revocables que coloquen bajo el Convenio Colectivo principal a todos los trabajadores de las empresas o repartición del Estado que se tratare.  
   (**) PEA en Argentina 18.850.709 (datos.bancomundial.or)
(*) Miembro del PO