domingo, 9 de noviembre de 2014

¿Qué ocurre con la salud de Cristina?

por Omar Dalponte*

omardalponte@gmail.com

Cristina Fernández de Kirchner es la principal figura política de nuestro país y una de las estadistas más importantes a nivel internacional. Además es la conducción estratégica del kirchnerismo, expresión política que viene gobernando para bien de la República Argentina desde el año 2003. El gobierno de Néstor Kirchner primero y los de Cristina después han sacado a la Argentina del naufragio y la han colocado en un lugar de alta consideración y respeto en el plano internacional. No hay que olvidar que ni bien asumió Kirchner, se inició una acción de gobierno cuyos ejes principales fueron la defensa de los derechos humanos, la creación de trabajo genuino para millones de desocupados, el rescate de las clases más postergadas sumergidas en una situación de miseria extrema y la defensa de nuestra soberanía para que, de una buena vez,  seamos una Nación independiente. También, desde el principio, se encararon importantes obras en
educación, transporte, energía y comunicaciones que son reconocidas y valoradas porr la inmensa mayoría de nuestro pueblo. Dentro de estos once años de gobierno se terminó con el sometimiento al Fondo Monetario Internacional y fuimos una pieza fundamental para la derrota del ALCA que pretendía imponer EE.UU. Esta línea de acción continúa hasta el día de hoy. La pelea con los feroces fondos buitres no es algo insignificante. 
Así como los más humildes y amplios sectores de clase media se sienten identificados y apoyan al gobierno nacional y a las gestiones provinciales y municipales afines, las clases dominantes y el gorilaje de todo pelo que no admiten que los pobres vivan dignamente, han acumulado un odio brutal cuya destinataria principal es  Cristina Fernández. No es extraño que tanta lucha, tantas presiones y las enormes desgracias personales sufridas por la presidenta
hayan causado daño a su organismo. En varias oportunidades tuvo inconvenientes con su salud pero siempre emergió con más fuerzas. Ahora está internada victima de una enfermedad que médicos amigos -según nos dicen- consideran importante. Es decir: una enfermedad severa. Pocos días atrás, preocupados por la internación de Cristina y la escasa información recibida formulamos algunas preguntas y emitimos opiniones que creemos conveniente repetir agregando un par de reflexiones: ¿Qué pasa con la
salud de la presidenta? ¿Está en buenas manos y con médicos confiables? ¿Por qué tan poca información?. ¿Por qué se demoró tanto en dar a conocer el diagnóstico? ¿Quiénes son los médicos que la atienden? ¿Se han dispuesto adecuadamente las medidas de seguridad que requiere la figura presidencial? ¿Por qué los médicos, personalmente, no informan con más frecuencia en lugar de hacerlo a través de voceros? ¿Es exagerado plantear estas preguntas?. Algún cagatinta puede decir que exageramos. Pero nosotros debemos manifestar nuestras preocupaciones y estar atentos y vigilantes. Como dijimos se trata nada menos que de la personalidad más importantes de nuestro país. 
No es precisamente en el ambiente de los médicos donde se quiere más a la presidenta. Por lo tanto no podemos permitirnos ser estúpidos ni creer ciegamente lo que se nos informa a través de terceros y por los medios de comunicación enemigos del gobierno. Sepan los señores médicos que no cuentan con la plena confianza de la militancia mientras Cristina permanezca internada y no se informe con la claridad que corresponde. Quienes deben informar al pueblo que lo hagan en forma transparente y comprensible. Que todo el mundo que rodea a la enferma se haga responsable en lo que se refiere al cuidado de su salud y que nadie oculte absolutamente nada. La sigmoiditis -de acuerdo a lo que aseguran prestigiosos médicos consultados por este cronista- es una enfermedad que puede tener serias derivaciones. Y conforme a la información recibida el término " estable", en medicina quiere decir que la paciente no mejora. Por lo tanto tenemos sobrados motivos para
estar preocupados, tanto por la enfermedad en si misma  como por la seguridad personal de la presidenta.
Cristina encabeza un proceso de grandes transformaciones y tocó intereses muy poderosos. Y esto molesta mucho a los sectores que disponen de poder y dinero como para intentar cualquier locura. No olvidemos que la presidenta dijo "si me pasa algo miren hacia el Norte". En el Norte está EE.UU. Está el imperialismo. Y sus ataques pueden venir de cualquier forma y concretarse en cualquier ámbito. No está demás pedir -y exigir- que se de a conocer la nómina del personal de enfermería que tiene a su cargo el cuidado de la salud de la presidenta y de quienes le proporcionan alimentos, le facilitan su higiene, le ordenan la habitación etc.
¿Exageración?. De ninguna manera. Veamos: cuando agonizaba Eva, algunos enemigos del peronismo de aquel tiempo pintaron en las paredes ¡viva el cáncer!. Después, en 1953 colocaron bombas en Plaza de Mayo dejando un centenar de heridos graves y varios muertos. En 1955 bombardearon la misma Plaza con un  saldo de cientos de heridos y cuatrocientas muertes. Más adelante hubo décadas de dictaduras, cárcel, torturas y asesinatos hasta llegar a 1976, año en que se derrocó a otro gobierno peronista y se inició una etapa durante la cual desaparecieron y murieron treinta mil personas. Todos ellos son antecedentes más que suficientes que justifican ampliamente nuestra desconfianza. El odio actual  de los opositores al kirchnerismo  es tan profundo y grave como el odio del que antes fue víctima el peronismo. Los Magnetto, Lanata, Nelson Castro, Sanz, Morales, Mariano Grondona y Carrió de hoy son tan gorilas como lo fueron los Aramburu, Rojas,
Alsogaráy, Sanmartino, Zabala Ortiz y Martinez de Hoz  de ayer. Tienen la misma ferocidad, los mismos rencores y espíritus dañinos que los Onganía, Videla, Massera, Viola, Galtieri  y compañía. Y los mismos deseos de entregar el país y someter a los pobres que tuvieron Menem y Cavallo. Si en determinados momentos se hizo lo que se hizo nadie garantiza que en la actualidad no existan las mismas horribles intenciones.
Por eso es que sostenemos que es obligación militante estar atentos y vigilantes, tal como indicaba el general Perón. Y Preparados  para movilizarnos a las puertas del lugar donde se halle Cristina si las cosas siguen sin estar claras.
  (*) Iniciativa Socialista