por Eduardo Ugarte*
El disparador fueron los paleros -paleros son afiches puestos en los postes o palos callejeros- de Julián Alvarez a $17, pero la realidad que con motivo del inicio de la campaña 2015 las calles de Lanús ya se notan enchastradas con afiches, pintadas, pasacacalles, paleros y toda clase de publicidad que el ingenio político pueda aportar.
Se calcula que aproximadamente se gastan 10 millones de pesos en una campaña para intendente, con posibilidades de triunfo. Desde que tengo uso de razón, la metodología es la misma para las campañas: los que están en el poder le lavan un poco la cara a la ciudad e inundan con su foto cuanta pared encuentren. Los que quieren llegar inundan con su foto lo que deja libre el candidato oficialista. Ideas y cambio de métodos cero. Hoy yo me atrevería a decir que hay en Lanús entre 5 y 7 posibles candidatos que van a invertir entre todos unos 60 o 70 millones de pesos en publicidad.
Dilapidar semejante cantidad de dinero, lo aporte quien lo aporte no solamente es un
despropósito sino que resulta hasta inmoral en una ciudad deshecha por la desidia y la corrupción. Y cual es el mensaje: "Es más importante mi cara que los problemas reales que padecen los ciudadanos".
En los últimos 30 años se ha repetido sistemáticamente esta modalidad. Yo pregunto: ¿A nadie se le cae una idea innovadora y social? Con esa cantidad de dinero se podrían solucionar algunos problemas estructurales en barrios como Villa Jardin, Caraza o Chingolo y los candidatos podrían caminar sus calles sin tener que pagar cuantiosas cantidades de dinero para instalar su imagen.
Hablan de cambios, de tiempos nuevos, de nuevas políticas, pero implementan recursos tan viejos y obsoletos que llevan el rancio olor de la vieja política.
(*) Dirigente massista sector Russo
