miércoles, 25 de febrero de 2015

La semana en pocas palabras

Informe Económico Semanal del Banco Ciudad

Mientras el gobierno continúa utilizando como “anclas nominales” el tipo de cambio y los precios de los servicios públicos con la intención de mantener la inflación en el entorno actual del 2% mensual y sostener una caída menos acelerada del producto, se conocieron en los últimos días números nada alentadores sobre las cuentas públicas.
Así el déficit primario habría escalado a $30.537 millones y el financiero a $39.098 millones en diciembre de 2014, si no se computan como ingresos el financiamiento proveniente de la ANSES (unos $7.200 millones) y del Banco Central. Con estos números el resultado primario ajustado del sector público nacional no financiero alcanzó en 2014 un rojo de $157.544 millones (un 3.6% del PIB), mientras que el déficit financiero alcanzó los $228.703 millones (un 5.3% del PIB). Solo como referencia ténganse en cuenta que estos ítems en el 2005 eran superavitarios en un 5.1% y un 3.5% del PIB respectivamente.
Con el año ya cerrado, el rasgo distintivo del 2014 en términos fiscales ha sido la fuerte expansión del gasto público que creció a la increíble tasa del 45% anual, casi 7 puntos
porcentuales por encima de la inflación. Esta rápida expansión estuvo impulsada por un fenomenal crecimiento de los subsidios al sector privado (que aumentaron un 59%). De este modo, el gasto primario creció el año pasado un 43%, 10 puntos porcentuales más que en 2013, en tanto que el aumento en el gasto total superó en 16 puntos porcentuales el crecimiento registrado en el año previo.
Mientras tanto, los ingresos genuinos crecieron en 2014 un 37% (vs 26% en 2013) en línea con el aumento del PIB nominal. Sin embargo, a pesar de este satisfactorio comportamiento desde una óptica recaudatoria de los ingresos, con el crecimiento explosivo en las erogaciones, la brecha entre gasto total e ingresos genuinos aumentó de 3 puntos porcentuales en 2013 a 8 en el año que culminó.
En presencia de este déficit fiscal creciente, durante 2014 se acentuó la dependencia del financiamiento provisto por el Banco Central. La emisión de pesos para financiar el Tesoro ascendió en 2014 a $161.508 millones, un incremento de 72% respecto a lo emitido con estos fines en 2013. Y de hecho la monetización del déficit hubiera resultado mayor si el gobierno no hubiera, a lo largo del año, salido a colocar unos $33.600 millones mediante tres títulos atados a la tasa Badlar y dos bonos “dólar-linked”.
De todos modos, la expansión de pesos para financiar al sector público obligó al Banco Central a ahondar sus esfuerzos de esterilización, un hecho distintivo de la acción del Banco Central durante la “gestión Fábrega” en el año que culminó. Así durante 2014 el BCRA retiró de circulación $94.600 millones mediante la emisión creciente de LEBAC, cuyo stock creció nada menos que en un 132%.
A pesar de toda esta situación, los mercados financieros se mantuvieron en calma durante la última semana. El tipo de cambio oficial se depreció en línea con una tasa mensual del 1.2% (15% anualizada), más rápida que al comienzo de la Administración Vanoli, pero bien por debajo de lo que parece ser la inflación objetivo del 2% mensual (26% anual), con brechas aproximadamente estables para el dólar MEP y Contado con Liquidación y una reducción para el dólar paralelo. Esto en un contexto de tasas de interés estables y una mejora en el riesgo país (que pasó de 728 puntos hace una semana a 716). El BCRA siguió absorbiendo pesos y detuvo esta semana las ligerísimas reducciones en las tasas de las LEBAC que se vinieron implementando durante enero.
Mientras tanto, la demanda de dólar ¨ahorro¨ continuó muy sostenida y la liquidación de dólares fue escasa a pesar del mucho mayor alineamiento entre las tasas de interés en pesos (principalmente en LEBAC) y los rendimientos implícitos en los futuros del dólar que debiera incentivar un mayor pase a activos en pesos. Esto forzó al BCRA a restringir la venta de dólares a los importadores para evitar una caída en sus reservas que se mantuvieron aproximadamente estables (en 31.266 millones las reservas internacionales brutas).
De todos modos resulta evidente que el fuerte y creciente desequilibrio fiscal así como la sostenida apreciación cambiaria en términos reales, son inconsistentes con el mantenimiento de esta calma en el mediano plazo y una pesada carga para quienes ganen las elecciones presidenciales en octubre próximo.