lunes, 23 de marzo de 2015

No soy Nisman... ni lo quiero ser

por Omar Dalponte*

omardalponte@gmail.com

  Bastaron sesenta días para que la imagen del fiscal muerto cayera como una breva madura y se pudra en el suelo. Ahora las únicas que revolotean a su alrededor son las moscas. El tema sigue dando de comer a la vocinglería periodística, pero a la inmensa mayoría del pueblo le importa un bledo. En verdad, a muy pocos les interesa si se mató o lo mataron.
  A un mes de la marcha de quienes aprovecharon la movida y debajo de los paraguas fueron a putear al gobierno nacional - especialmente a la presidenta de la Nación- parece difícil que, ahora, aún a pleno sol, haya alguien que tenga ganas de repetir aquella "epopeya". Salvo, claro está, el ramillete de opositores recalcitrantes encabezados por el filósofo Santiago Kovadloff, el periodista Nelson Castro, el rabino judenrat y diputado nacional Sergio Bergman y las diputadas del PRO Patricia Bulrrich y Laura Alonso que se reunieron el miércoles pasado a juntar orín y escupir mentiras en Plaza Lavalle. Uno piensa en aquel episodio multitudinario del 18 de febrero y lo recuerda como un hecho muy lejano.
¿Que pueden argumentar aquellos fiscales y el grupo de alcahuetes, entre ellos el sindicalista Julio Piumato, que convocaron a aquella marcha y levantaron al finado como una bandera de guerra?. Poco a poco fue saliendo la mugre que abundaba y abunda en torno a Nisman. Sinceramente, alguien a quien le quede un resto de
honestidad ¿tendrá deseos de decir "yo soy Nisman? Nisman no es otra cosa que un cadáver cuyo final ha sido oscuro como lo fue su propia vida. ¿Quien desearía encarnar a un difunto que además parece haber sido un sinverguenza?. La viuda, que por otra parte ya había abandonado al ex fiscal y comparte sábanas con otro hombre, actuando como querellante en nombre de sus hijas, en algún procedimiento como el que se intentó con la investigación de los celulares y computadoras del muerto, tuvo que recular de lo lindo y mediante uno de esos recursos que los abogados siempre tienen a mano frenó el trabajo de los técnicos.
  Aparentemente, el contenido de estos aparatejos pondría colorada hasta la nieve del Aconcagua. Y ojo: a este cronista no le molesta que cualquier persona esté rodeada de un gaterío infernal. Estuvo pésimo -y molesta mucho- que Nisman se haya metido en el mundo de la noche, el escabio y las putas siendo fiscal de la República. Y también es vituperable en grado superlativo que haya mantenido a la muchachada con los fondos que tenía asignados para investigar la causa AMIA con sus decenas de muertos encima.
El flamante jefe de Gabinete Dr. Anibal Fernández quien no se caracteriza por expresarse con lenguaje suave, con su gracejo habitual calificó al ex fiscal de "turro". ¡¡Hay que ver como esta contundente calificación cayó en medio del avispero mediático!!. Algunas y algunos que por los medios, especialmente en radio y televisión, califican con las peores palabras a quienes se les de la gana, pusieron el grito en el cielo como si el ex fiscal hubiese sido Francisco de Asis. No se horrorizaron así cuando Lagomarsino y tantísimos otros y otras, en marchas caceroleras, vía twitter o desde cualquier otro lugar le dijeron y le dicen a la presidenta de la Nación de todo, menos linda.
  Además, según dicen algunos diccionarios, la palabra "turro" no significa otra cosa que lo que consignamos a continuación:
En glosario de lunfardo y giros de Argentina: incapaz, inepto, necio. En glosario de jergas y modismos de Argentina: tonto, estúpido, haragán, persona crédula y codiciosa, mal amigo, malintencionado; bribón, granuja,maligno, pícaro; perverso, ladino, apocado; cobarde, incapaz. En glosario de argentinismos o mexicanismos: personaje peligroso, de mala entraña. De manera que la calificación de "turro" a este personaje que terminó con una bala en la cabeza, si todo es como nos vamos enterando a través de distintas informaciones, no es nada más que una caricia verbal. ¿Como se debe denominar a alguien que se queda con la mitad de un sueldo ajeno? ¿Y que palabra le cabe a quien desparrama dinero del Estado "entre copas amigas y besos"? ¿Cómo se caracteriza a un fiscal de la República Argentina que, según dicen, habría recibido órdenes de la embajada de EE.UU?.
Ante estas preguntas que con una sola palabra respondió el jefe de Gabinete del gobierno nacional, Anibal Fernández, sería bueno saber que opinan los que asistieron a la ya lejana marcha del 18 de febrero pasado.

(*) De Alternativa Socialista