martes, 11 de agosto de 2015

La semana en pocas palabras

Informe Económico Semanal del Banco Ciudad

Esta semana se conoció la recaudación tributaria de julio, la cual si bien exhibió un crecimiento relativamente robusto, dicho aumento se sostuvo sobre bases endebles e insuficientes para reducir el rojo fiscal y la acelerada emisión monetaria, una de las raíces de las actuales tensiones cambiarias.
La recaudación tributaria creció un 36,3% en julio y, si bien presentó una leve desaceleración con respecto al fuerte aumento verificado en junio (39,2%), continuó ubicándose varios puntos
por arriba del crecimiento del primer semestre (31,3%), exhibiendo un nuevo aumento en términos reales (es decir, ajustado por inflación).
Ahora bien, el elevado crecimiento de la recaudación de julio descansó, en buena medida, en elementos puntuales que no estarán presentes en los próximos meses. Por un lado, sobresalió la favorable evolución de las contribuciones a la seguridad social (41%), en parte impulsadas por el impacto conjunto de las dilatadas paritarias y el efecto estacional del pago del medio aguinaldo. A lo anterior se sumó un importante aporte del impuesto a las ganancias (52%), influido no sólo por la ausencia de ajustes por inflación, sino también por el transitorio impacto de la última moratoria impositiva, cuya inscripción venció en junio y en la primera cuota del plan de facilidades de pago, en muchos casos abonada en julio, debía cancelarse un 7% del total de la deuda.
En contraposición, los impuestos ligados al nivel de actividad experimentaron un crecimiento modesto, a la vez que los tributos vinculados al comercio exterior continuaron mostrando un flojo desempeño, presentando ambos grupos de impuestos un fiel reflejo de la marcha de la economía, el ajuste en cámara lenta del tipo de cambio oficial y la pobre evolución de los flujos comerciales.
Con todo, a pesar de haber repuntado en los últimos dos meses, el avance de la recaudación sigue resultando insuficiente para reducir el abultado desequilibrio fiscal, fruto de un acelerado aumento del gasto público, que en los primeros 5 meses de 2015 acumuló un alza del 40%. De este modo, continúan ampliándose las necesidades de financiamiento de un Sector Público obligado a descansar en forma creciente en la emisión de pesos del Banco Central, dado su limitado acceso a los mercados de crédito.
Entre enero y julio, la asistencia en forma directa del BCRA al Tesoro creció un 66% en comparación con igual período de 2014, acercándose a los límites permitidos por la Carta Orgánica de la autoridad monetaria. En este marco, la esterilización vía Lebacs se redujo cerca de 60% en el mismo lapso, a fin de dotar de liquidez a los bancos para que participen en las licitaciones quincenales de BONAC del Tesoro en la plaza local, tendientes a conseguir los pesos restantes para cubrir el desfasaje de caja. Así, tanto en forma directa como indirecta, las necesidades de financiamiento del Sector Público vienen impulsando una marcada aceleración de los pesos en circulación, pasando la Base Monetaria de crecer un 18% anual a mediados de 2014 a casi un 40% en agosto, elemento central detrás de la actual inestabilidad cambiaria y de una brecha entre el tipo de cambio oficial y paralelo (“blue”) consolidada en el 60%.
Por otro lado, esta semana también se divulgó la evolución del nivel general de los salarios de la economía, que mostró un incremento del 3,9% mensual y 29,1% anual en junio, equivalente a un alza del 2,8% en términos reales (es decir, casi 3 puntos por encima de la inflación). Pero aunque en el corto plazo los salarios reales se recuperan parcialmente, en el mediano plazo exhiben un estancamiento, ubicándose todavía por debajo de los picos alcanzados en 2011. Esto demuestra que, en la medida que la mejora del poder de compra descanse en una desaceleración de la inflación que se sustente en bases débiles (como un fuerte retraso cambiario y restricciones cambiarias y comerciales que tarde o temprano deben ser corregidas o parcialmente removidas), los salarios reales terminan presentando una gran volatilidad, sin lograr mejoras sostenibles en el tiempo, sólo factibles en un escenario de mayor estabilidad macro y mejoras de la productividad laboral.
Paralelamente, se anunció el incremento del salario mínimo (a pesar del cual sigue manteniéndose por debajo de la línea de pobreza para una familia tipo), como también el alza prevista (por ley) para las jubilaciones, la cual si bien entrará en vigencia en septiembre, fue informada esta semana, previo a las PASO del próximo domingo. Aunque el aumento de las jubilaciones será del 33% anual, superior a la inflación, todavía mantendría el haber mínimo en valores que representan sólo un tercio del salario formal promedio.