sábado, 15 de agosto de 2015

Massa, Scioli o Macri sin soluciones para el pueblo

por Lisandro Martínez*

lisandromartinez47@yahoo.com.ar


Con las PASO 2015 el trío devaluacionista pretendió legitimizarse con porcentajes inflados, no tomando el padrón general de 32 y pico de millones en condiciones de votar y con ingeniería matemática incluyendo sólo quienes fueron a votar, quitando del medio los votos en blanco, impugnados, etcétera, crearon resultados más presentables.  
  Por eso Scioli (FPV) con 8.424.749 votos se pavonea con el 38,41% cuando lo real es 26,29%. Mauricio (PRO/Cambiemos) - 5.325.990 votos y 24,28% “positivos” pero lo real es 16,62%. Massa (FR/UNA) - 3.121.589 votos - 14,23% y lo real es 9,74%.  
  Por lo tanto la adhesión popular al “globo” es menor al 50% y son una mayoría quienes están reflexionando al galope.
  A esta presentación de los números para que estén más inflados hay que agregar un armado electoral con presidentes de mesa que en realidad son en general punteros del oficialismo que manipulan las cifras finales, y son parte de la desaparición de boletas en masa y cambian radicalmente el destino de los votos de los partidos con pocos fiscales, sumando a “las colectoras”; así la voluntad popular es manipulada desde arriba. “Todo el circuito que define el resultado electoral está
corrompido. Desde el proceso de armado de las boletas sábana, la disponibilidad de boletas en los cuartos oscuros, el resultado del escrutinio, el reporte de telegramas y el procesamiento informático de la información relevada para expresar resultados, cada paso se presta para intervenir en forma fraudulenta”, dice un lector.
  En este complejo cuadro la votación del Frente de Izquierda fue de casi 800.000 votos, un salto del 50% tomando como referencia las elecciones PASO presidenciales 2011. Esto es así a pesar de la manipulación directa del Estado sobre los votos del FIT intentando direccionarlos en la interna.     
  Desde 72 horas antes de los comicios llovió en PBA dejando otra vez al descubierto la falta de plan preventivo, obras hídricas, rutas y caminos que ponen en peligro a quienes los transitan.  
  Desde 1995 o antes se estableció un alerta climático a nivel mundial (Scioli era secretario de Deportes de Menem). Todo el funcionariado público que hoy se apresta a gobernar estuvo al tanto de esa problemática y en esos 20 años no les importó. Un botón de muestra es que  Carlos Mancinelli, director de Futbol de Salón de la Ñata (la Estancia de Scioli), es quien está a cargo del dragado del Río Luján. Scioli en sus 8 años se ha pasado por el trasero el Plan de Emergencia Hídrica.
  En el 2000 se constituyó un fondo hídrico para financiar el plan maestro de la cuenca del Salado y otras problemáticas hídricas de diversos puntos del país pero esto no funcionó. En 2007/2008 se produce una ley que crea un impuesto para ese fondo que terminó desviando $950 millones a la represa de Santa Cruz Néstor Kirchner y también a stands de Tecnópolis; ese dinero era para el Plan de la cuenca del Salado. 
  El Fideicomiso Recursos Hídricos que nunca se invirtió en obras en cambio sirvió -como el Riachuelo- para emitir deuda por $ 1.835 millones con vencimientos que llegan hasta 2022.
  El 10/8/2015 el FIT denunció frente a la catástrofe provincial de la inundación -cuando hacía ya 72 horas que llovía- que la Legislatura de la provincia de Buenos Aires suspendió la sesión para evitar el debate y la interpelación a los responsables de la inacción y la falta de obras.
  Alberto Pérez, jefe de gabinete de Scioli y Alejandro Arlía, ministro de infraestructura, deben presentarse ante la Cámara de Diputados a responder públicamente sobre el plan de contingencia y la falta total de un plan de obras hídricas que terminen con inundaciones sistemáticas y se investigue la responsabilidad de los funcionarios a cargo.
  En ningún distrito se han hecho las obras públicas necesarias establecidas por el Plan de Emergencia Hídrica que eviten una nueva inundación. Se han perdido años. Se han despilfarrado millones en obras menores y en estudios. No se concretó ninguna de las obras planteadas como prioritarias y de solución de fondo.
  Las inundaciones han puesto de manifiesto todo un régimen de especulación inmobiliaria a costa de la población trabajadora. Los gobiernos han permitido el copamiento del suelo y de los recursos.
  Barrios privados, autopistas, paredones de fábricas que forman diques, canales de desagüe para los dueños de los campos, construcción de terraplenes en los emprendimientos inmobiliarios y de countries o clubes privados sobre humedales, sin ninguna regulación.
  Diez mil bonaerenses han sido evacuados a este momento. Cientos de vecinos afectados se han volcado a las calles pidiendo asistencia básica.
  La respuesta del gobierno es mandar a Berni y militarizar las zonas para evitar la organización y reclamos de los vecinos.
  Llamamos a la población a organizarse para reclamar el abastecimiento inmediato de agua, lavandina, comida, ropa, colchones, leche y pañales, junto con atención médica y alojamiento confortable y con privacidad para las familias. Tarea en la que participamos solidariamente con nuestros locales y militancia en sindicatos, organizaciones estudiantiles, vecinales y populares. 
  (*) Miembro del PO