por Lisandro Martínez*
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La cooptación política tiene dos vías de realización: una ideológica que se da cuando a través de un debate de ideas se convence a un individuo o a un grupo del acierto de pasar a defender otras banderas políticas, mientras a la otra cooptación se llega a través de beneficios económicos individuales cuando se corrompe la voluntad personal. A esta segunda opción se la conoció en Argentina como “borocotización”.
Es un clásico que siempre emerge de la profundidad de la crisis económica y política capitalista, de su falta de representación y del fracaso de las viejas recetas burguesas. La cooptación funcionó siempre en las crisis políticas: Cuando el diputrucho votó por la privatización del gas durante el menemismo, cuando la Banelco hizo historia durante “la Alianza para el progreso, la educación y la justicia”, cuando los K se engulleron a organismos de DDHH, etc.
El derrumbe ideológico del nacionalismo burgués (el peronismo) es imparable y lleva desde
1955 ya más de 60 años. Que Macri haya armado su pata peronista en Lanús, la otrora capital del peronismo, da una idea del derrumbe programático de esa fracción de la patronal. Carlos Grosso, creador de “la escuela shopping” durante el menemismo -un bucanero insaciable y empleado del mes de Socma- forma parte de la mesa chica del macrismo y este es un dato incontrastable del hundimiento de Cambiemos que arrastra a todo el espectro patronal.
Macri ha sabido cooptar y pudrir a todo el que se propuso. Así ha formado con senadores del PJ, con los “bravíos barones” del conurbano sciolistas, con “los paladares negros” del FpV en diputados, con Carrió, con Massa -e incluso ha interesado a los restos fósiles de la Triple A de Lanús a que se sumen- al “Frente único de saqueadores”. Todos votaron instruidos por Mauricio el pago a los Buitres. La UCR, otra organización en franca liquidación, es también convidada de piedra en este festín del descalabro político de los partidos tradicionales que ahora rinden pleitesía a los CEO del Pro.
En esta consideración amplia de cuál es la tarea de un armador político es que surgen las figuras de Macri y Nestor Grindetti bajo la tutela mística del supremo sacerdote Fernando Niembro con su billetera que no tiene rivales. Hay que sacarse el sombrero y doblar las rodilla frente al Mauricio que sin tener ni por las tapas la mayoría en ninguna cámara ni en los “HCD” ha sometido por la violencia de la guita a políticos, gobernadores e intendentes sedientos de billetes para que se sumen sin requisitos ideológicos a la entrega lisa y llana del país, transformándose en cómplices de todas las movidas antipatria.
Lo que distingue a esta crisis de otras es que las propias consignas amasadas por el peronismo son de tinte liberal: “La Manuel Quindimil va al frente, Grindetti intendente”. Esta consigna careció de cualquier planteo programático de salida colectiva y ni que hablar de rebeldía “patriótica” o “social”. La comidilla contada en La Defensa del 10/4 aparece acomodando a 40 militantes del PJ perdidos atrás de la patronal de Socma. La independencia política la enterraron hace rato y sólo alguna puteada o el valor del canon que se establezca para actuar marcará la diferencia. (La Defensa “Grindetti chocó la calesita” 10/4/16).
Grindetti es el intendente que posee offshore en Panamá y cuenta en Suiza y es un denunciado serial añejo. “Desde 2007 cuando fue designado por Macri como ministro de Economía de CABA fue sospechado por sobreprecios en la construcción de carriles sobre Avenida 9 de Julio, que costaron tres veces más de lo presupuestado. En 2010 fue denunciado por el pago de una comisión de u$s 9,5 millones al Banco Credit Suisse y al KBR Finance Ltd. La Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia lo denunció por administración fraudulenta, malversación, incumplimiento de los deberes de funcionario público y negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública y el manejo de u$s 475 millones de deuda de la CABA”. (Página 12- 5/4/16)
Tal vez por eso para el FpV de Lanús, “no hay ninguna duda que Grindetti no debe renunciar”, así lo expresó el concejal de La Cámpora Gustavo Magnaghi refiriéndose al escándalo de los papeles de Panamá. El representante de La Cámpora aprovechó para saludar la fórmula de unidad del PJ conformada por elementos tan cuestionados como “Barrick Gold” Gioja y el vaciador de la PBA Scioli. (Política del Sur 8/4/16).
El PJ de Lanús también actuó en términos de poner paños fríos y ser solidario con la doble contabilidad que permite no pagar impuestos, truchar y escamotear el erario público. Así Ismael Ale en nombre de Karina Nazabal, Francisco Malvasso, Omar López, Jorge Montero, Daniel Piccolo, etcétera, señaló: “Nuestro bloque actuó con total responsabilidad sin buscar ningún tipo de oportunismo político” (Lanús Noticias 8/4/16).
Los que antaño posaban de oposición política desaparecieron buscando acuerdos económicos y políticos que desde octubre de 2015 hicieron que la fracción del PJ de Adolfo Rodríguez Saa retirara sus candidatos a intendentes de todos lados para propiciar que Macri/Grindetti no tuvieran tropiezos en los distritos. Los massistas en Lanús están ocupados armando su propia caja bajo el paraguas del “cogobierno con Grindetti”. La UCR es rehén de los CEO y de “la fiscal de la Nación” Lilita Carrió, una ortiva de la Embajada Yanqui cuya ética y moral es de peluquería fina.
Solo 2 años atrás, kirchneristas y macristas se complotaron para que el depósito en Barracas de Iron Mountain desapareciera con 10 bomberos muertos y las pruebas de 4.400 cuentas del HBSC que indicaban la fuga de u$s3500 millones al exterior. Allí actuaron buitres como Paul Singer, Capitanich, los Baez (padre, madre e hijo), los Berni, los Macri y los Grindetti; todos disolvieron las pruebas de una maniobra fraudulenta contra la Nación.
¿Alguien puede pretender que con la concurrencia de los mismos actores los papeles de Panamá tomen otro protagonismo?
Como ya sucediera en la historia de la burguesía nacional, a los que venían a comerse a los chicos crudos la lucha de clases se los devoró. La última encuesta de FIEL (fundación de la Bolsa de Comercio de BA, la SRA y la UIA) señaló que en 120 días la imagen de Macri cayó 9 puntos (8/4/16).
El escenario aparece sin salida pero como pasó hace 70 años la irrupción de la clase obrera va a ponerle el cascabel al gato. En caso contrario no habrá Nación.
(*) Partido Obrero
