sábado, 7 de mayo de 2016

El clasismo impuso dura derrota a los K

por Lisandro Martínez*

En octubre de 2014 Macri prometió a los burócratas sindicales: “Si soy presidente les voy a ayudar a frenar a los troskos que complican a los sindicatos” (Clarín 16/10/14). 
Pero el 29/4/16 la Coordinadora Sindical Clasista ganó el SUTNA, un sindicato industrial. Hay que ir 73 años atrás para encontrar otro triunfo de semejantes quilates protagonizado por la izquierda en Argentina. La liquidación de aquel ascenso obrero la impuso Perón en 1943 cuando se dedicó a estatizar a los sindicatos y a sus dirigentes. 
Este triunfo izquierdista del siglo XXI no fue obra de la casualidad ni porque los obreros del neumático se levantaron un día y dijeron: “vamos a apoyar al PO”; fue una larga experiencia de varios años que recorrimos con los laburantes
dentro de las fábricas del neumático y por eso haberle arrebatado a la CTA de Yasqui, Baradel, Wasiejko (secretario general desde hace 25 años) ese sindicato, indica la crisis insuperable que aqueja al nacionalismo burgués representado por CFK (Jefa de esos burócratas). Habla de la disolución de los partidos patronales -situación presente en el escenario nacional desde 2001- que tiene su expresión más caricaturesca en el gobierno de Macri, un barrilete sin cola. Macri pretende en plena crisis capitalista mundial salvar a todos los capitalistas a la vez. El derechismo populista, a pesar cumplir con sus rituales de conservadurismo religioso y sus retiros espirituales, no acierta a entender el abc del capitalismo quien a la hora de la crisis más profunda necesita que el sector débil del capital vaya a la quiebra y que unos pocos grupos monopolicen los despojos, mientras se hambrea salvajemente a las clases populares. 
El triunfo del clasismo en el SUTNA indica el inicio de un giro en la situación política de la clase obrera que la izquierda deberá alimentar con más y más delimitación de los sectores patronales (PRO, FpV, FR, despojos del PJ, UCR, etc.). No es chupándole las medias a punteros como Milagro Salas, D’elia o a CFK que vamos a resolver los problemas obreros, ni reivindicativos ni estratégicos.
El 29 de abril se realizó el acto de las 5 centrales obreras contra el ajuste del gobierno de Macri. La masiva movilización destrozó el cálculo conservador de los organizadores que fueron ganados por el pavor más profundo y los malos recuerdos (1975) que provoca el movimiento obrero en las calles y que se profundiza en las deliberaciones dentro y fuera de las fábricas cuando plantean los laburantes el interrogante de Lenín: ¿qué hacer? 
Ese mismo 29 Caló, como otros de los dirigentes, antes de bajarse del escenario gritó “Viva la Patria” acentuando el divorcio histórico entre el anacronismo patriotero que ya era incorrecto en 1945 y el desafío obrero planteado en el siglo XXI que para sobrevivir y tener algún futuro hay que luchar por el poder político para los trabajadores.
“Mientras Caló pretendía conmover desde el palco diciendo: ‘No hay cosa más triste que un padre de familia llegue a su casa y diga me quedé sin trabajo’. Era ese era mismo Caló el que me acababa de echar del Diario BAE”, manifestó David Nudelman, delegado despedido, acusando directamente al dueño de BAE y del grupo Crónica -Antonio Caló- quien gestiona esas empresas a través de sus testaferros, los hermanos Olmos.
Las direcciones de las 5 centrales obreras integran el frente del ajuste y salarios a la baja auspiciado por Macri. Las empresas metalúrgicas Siam y Siat-Tenaris, vecinas  de Lanús, despidieron obreros como forma de apretar al gobierno reclamando al macrismo más prebendas. Pero el proletariado industrial de la zona tuvo un comportamiento ejemplar resolviendo en Siat y Siam ir directamente el paro, mostrando un principio de independencia de la patronal y de la burocracia. Los métodos de asambleas y paro obligaron al Ministerio de Trabajo a impulsar la reincorporación de 15 despedidos que ya están trabajando. El MTSS actuó de bombero porque el Estado patronal teme que una lucha vigorosa en el tiempo arrastre a un conflicto generalizado en el movimiento obrero. 
La UOM en talleres de zona sur,  Motorarg, Prosidar, Eitar, desarmó toda resistencia obrera propagando una atmósfera de derrota en el gremio. Así Caló propone un aumento a la baja y que pasen despidos. Mientras, en las fábricas sobrevuela el interrogante ¿seguimos con los caballos de la derrota o constituimos una organización independiente de la burocracia, la patronal y el Estado? 
La lista clasista que derrotó a la conducción kirchnerista en SUTNA puede operar como un poderoso testigo vivo de que a la burocracia sindical se la puede y se la debe derrotar para plantear una salida obrera a la crisis. El SUTNA puede convertirse en otro fenómeno como el FIT en lo electoral y comenzar a aglutinar a los trabajadores pero bajo una estrategia de poder.  
Mientras tanto en Tierra del Fuego, Santa Cruz, Santiago del Estero y la Universidad Nacional, la huelga docente es parte de un salto consciente donde lo único que falta es centralizar esas luchas para imponer el triunfo. Como expresión del ajuste intolerable explotan diariamente conflictos. ¿Qué hacen los Moyano, Caló y Yasqui? Andan y desandan los pasillos del Parlamento perdiendo el tiempo cuando es más que necesario un “paro general de toda la clase obrera”. 
Con esa bandera y 7.000 trabajadores se hizo presente el Clasismo el 29 de abril. ¿De qué otra forma si no es con medidas de lucha el movimiento obrero ha resuelto las miserias impuestas por el capital? ¿Si no es con un paro nacional, cómo resolvemos 150.000 despidos, la carestía feroz y el cepo a las paritarias?
El inicio de un giro en la clase obrera impone que los trabajadores y la izquierda sean la alternativa al ajuste de Macri, de los gobernadores y de los intendentes del PJ y del FpV que gobiernan Santa Cruz y Tierra del Fuego bajo el látigo del ajuste. 
La crisis es internacional y “el fantasma vuelve a recorrer el mundo”; entre otros, luchan contra el ajuste en España, Francia, Turquía, Chile y EEUU donde Verizon es el mayor operador de telefonía móvil con 80 millones de abonados; luego de 10 meses de reclamos 40.000 trabajadores el 13/4 lanzaron su huelga general en Washington-D.C. y en 9 Estados de la costa este, desde Massachusetts a Virginia. Otros trabajadores se están uniendo a mitines y piquetes, contra la precarización y por los salarios. (www.workers.org/16/4/16)
Que la clase obrera y  la izquierda sean alternativa política.