domingo, 12 de junio de 2016

Las cicatrices quedan, la justicia llega

por Omar Dalponte

omardalponte@gmail.com

 El pasado jueves 9 de junio se cumplió el 60º aniversario del levantamiento  de fuerzas peronistas comandado por el general Juan J. Valle en 1956 contra la dictadura encabezada por el general Pedro E. Aramburu y el almirante Isaac Rojas que, un año antes, en septiembre de 1955, había derrocado al gobierno de Juan D. Perón. Dicho levantamiento fue rápidamente ahogado en sangre por la dictadura dejando para siempre marcas imborrables en la memoria y en los sentimientos del pueblo peronista.
El 10 de junio de 1956, en horas de la madrugada, en la regional de Lanús, fueron asesinados simulando fusilamiento, el Tte Coronel  José Albino  Yrigoyen, el capitán Jorge Miguel Costales, Dante Hipólito Lugo, Clemente Braulio Ros, Norberto Ros y Osvaldo Alberto
Albedro. El 28 de junio de 1956, simulando ahorcamiento, en esa misma dependencia policial donde estuvo detenido durante 19 días, fue asesinado Aldo Emir Jofré. Los hermanos Ros y Osvaldo Albedro eran vecinos de Lanús.
Además de los asesinatos cometidos en la Regional de Lanús, en aquellos días de junio de 1956 ocurrieron los siguientes hechos: Asesinados en los basurales de José León Suárez, ametrallándolos por la espalda el día 10 de junio: Carlos Lisazo. Niciolás Carranza, Francisco Garibotti, Vicente Rodriguez y Mario Brión. Muertos por la represión en La Plata ese mismo día: Carlos Irigoyen, Ramón R. Videla Y Rolando Zanetta. Fusilados en La Plata el 11 y 12 de junio de 1956: Tte Coronel Oscar Lorenzo Cogorno y Subteniente de Reserva Alberto Abadie. Fusilados en Campo de Mayo el 11 de junio de 1956: Coronel Eduardo Alcibíades Cortines, capitán Néstor Dardo Cano, coronel Ricardo Salomón Ibazeta, capitán Eloy Luis Caro, teniente primero Jorge Leopoldo Noriega y teniente primero maestro de banda de la Escuela de Suboficiales Néstro Marcelo Videla. Asesinados en la Escuela de Mecánica del Ejército el 11 de junio de 1956: Sub Oficial Ernesto Gareca, Sub Oficial Miguel Ángel Paolini, sargento José Miguel Rodriguez, y sargento Hugo Eladio  Quiroga. Fusilados en la Penitenciaría Nacional el 11 de junio de 1956: Sub Oficial Isauro Costa, Sargento carpintero Luis Pugnetti y Sargento músico Luciano Isaías Rojas. Fusilado en ese mismo lugar el 12 de junio de 1956: Gral.  Juan José Valle.
Pero como la rueda de la historia nunca se detiene, el tiempo pasa y los pueblos van poniendo las cosas en su lugar. Habrían de llegar momentos en que, de una u otra manera,  en estas tierras llegaría el escarmiento para quienes creyéndose dueños de la vida y de los bienes de todos los argentinos, asesinaron y saquearon pensando que nunca rendirían cuentas por sus crímenes y robos.
El general Pedro Eugenio Aramburu, presidente de la dictadura fusiladora desde 1956 hasta 1958, pagaría por sus crímenes 14 años después de haber resuelto los asesinatos de nuestros compañeros. El día 29 de mayo de 1970, primer aniversario del levantamiento popular recordado como el heroico Cordobazo, episodio liberador protagonizado en unidad por obreros y estudiantes de la ciudad de Córdoba, y fecha en que el Ejército celebraba su día, Aramburu fue secuestrado y ajusticiado cuatro días más tarde en la localidad de Timote, provincia de Buenos Aires, luego de ser juzgado por un tribunal revolucionario. Seguramente, más de un asesino habrá perdido el sueño por algún tiempo en aquella época y tal vez, algunos, hayan comprendido que, como dice el viejo refrán, el que siembra vientos recoge tempestades.
El almirante Isaac Rojas, quien secundó a Aramburu en la decisión de los fusilamientos en 1956, fue el principal y más acérrimo enemigo del peronismo. Murió de viejo a los 86 años un 13 de abril de 1993. Salvo algunos gorilas  con olor a naftalina nadie se conmovió por la muerte del anciano criminal. Pero, en honor a la verdad, debemos decir que para los peronistas, además de los asesinatos ocurridos en la Regional de Policía de Lanús, ha quedado como una herida abierta un hecho agraviante. En 1989, al asumir la presidencia, Carlos Saúl Menem visitó y abrazó al almirante Rojas en su domicilio, un departamento ubicado en la Capital Federal.  Ese acto abyecto y de alta traición protagonizado por Menem, pintó de cuerpo entero a quien, salido de las filas del peronismo, sería uno de los entregadores más despreciables del patrimonio nacional  y causante de la miseria sufrida por millones de argentino durante una década.
Salvo las de un grupo muy reducido de compañeros, en Lanús, no se oyeron voces que condenaran la traición de Menem. El Partido Justicialista local de entonces guardó un silencio cómplice y no pronunció palabra alguna respecto a semejante ofensa sobre la memoria de nuestros heroicos mártires peronistas.
Pero como dijimos: el tiempo pasa, quedan las cicatrices, y la justicia de alguna manera llega. En el marco de la celebración del 25 aniversario de la democracia, por iniciativa de algunos de nosotros, con la colaboración del entonces intendente de Lanús, el compañero Darío Díaz Pérez, y con la aprobación del Honorable Concejo Deliberante pudimos cambiar el nombre de una de nuestras calles. La arteria que antes se llamaba Ramón Falcón, asesino de los trabajadores en la primera década del siglo pasado, pasó a llamarse Hermanos Ros.  
Luego, en el 57 aniversario, también por iniciativa de Darío Díaz Pérez, colocamos una placa recordando a los compañeros asesinados en la trágica madrugada del 10 de junio de 1956, en la misma sede policial donde ocurrieron los hechos. La decisión de nuestro intendente fue una prueba contundente de coraje, de honestidad  política y significó un hecho histórico de enorme importancia. Hay que tener valor para poner ciertas cosas en el lugar que corresponde porque, sin lugar a dudas, determinados lugares donde se torturó y se asesinó no han perdido su aspecto tenebroso y en las miradas de no pocos integrantes de ciertas fuerzas brilla aún el deseo de reprimir cualquier manifestación democrática. Aquel 9 de junio de 2013 pasó a ser una fecha inolvidable en el calendario del rescate de la memoria, la verdad y la justicia en nuestro amado país.
Sea este 2016, ante la amenaza de regresión a tiempos pasados un nuevo punto de partida en la lucha por la liberación nacional y social de nuestra patria.
  (*) De Iniciativa Socialista