Pero desde ese centro municipal que dirige Gustavo Grupalli, Miriam Ortellado -caracterizada proteccionista y trabajadora en ese organismo- lanza una advertencia de tono dramático: Anuncia que Zoonosis será trasladada desde el corralón donde funciona, a la plazoleta debajo del viaducto Paz. “¡No sabemos que pasará con los perros! ¿Se imaginan los caniles abajo del puente? ¡No podemos creerlo!”, dice. Y agrega que de todo esto se enteraron por terceros porque ningún jerarca se digna a dar explicaciones, en un área en la que el secretario -el sanisidrense Andrés Scarsi- se fue sigilosamente de vacaciones.
Al parecer debajo del puente van a ir a parar los caniles, con los animales expuestos a la contaminación sonora y lejos de los veterinarios ya que el Centro de Castraciones iría a otro lugar.
Todo esto entre gallos y medianoche, como le gusta a Nestor Grindetti quien no se caracteriza por el amor a los animales.
