sábado, 3 de septiembre de 2016

21 muertos en Lanús: inseguridad en Argentina

por Lisandro Martínez*

En el país la inseguridad organizada cumplió más de 40 años y el régimen “democrático” de los Macri, Massa y CFK, se ruboriza cínicamente del tendal de muertos que cosecha año tras año y se pasan la pelota como papa caliente unos a otros, ocultando que son corresponsables absolutos porque sus Partidos y agrupaciones políticas desde el inicio de la dictadura colaboraron con ella dándole 700 intendentes y cientos de otros cuadros políticos para que ejercieran como funcionarios y embajadores.
Ni el pejotismo ni la UCR, etcétra, aprovecharon la mal llamada democracia. Nunca desarmaron a las bandas parapoliciales ni al poder judicial que juró lealtad a la dictadura y continúa todavía ejerciendo con jueces que le dan continuidad jurídica a los años de plomo contando con oficiales en los cuerpos de represión educados por la doctrina de la seguridad nacional. Luego está la mano desocupada por las purgas en la policía y los servicios que siguen explotando los negocios ilícitos a través de los
lazos sanguíneos que conservan en las fuerzas. 
   Al no identificar a la totalidad de colaboradores civiles, militares y eclesiásticos de aquel horror el régimen democrático ha abortado cualquier libertad y ha abonado este cruento presente. La mayoría de las bestias de aquel infierno caminan por las calles del país que asolaron sin ser molestados. Como frutilla de un postre agrio a 30 años del levantamiento de semana santa, todavía los truchos que dirigen el país convocan a carapintadas que participaron del baño de sangre contra la oposición política con métodos medievales para que estos elementos se pavoneen por la tele dando cátedra sobre cómo combatir la corrupción. 
¿Lanús no es acaso el municipio donde se fundara y creciera en los setenta casi como en ningún otro lugar la Triple A? ¿No fue aquí donde un Grupo de Tareas de policías federales organizados por el Batallón 601 de Inteligencia del Ejército tuvo secuestrado a Osvaldo Sivak en 1979, en la localidad de Remedios de Escalada, en el domicilio del oficial principal Ricardo Taddei? ¿No fue en Lanús donde el intendente destruyó pruebas y una concejal buchona de la Triple A fue directora del cementerio? 
En Lanús hay un listado de 314 desaparecidos mientras los Organismos de DDHH señalan que en el distrito son 400. Este es un número representativo de que la desaparición de personas tuvo una organicidad y efectividad enorme en un distrito de sólo 44 km2 debido a la instalación de ocho Centros Clandestinos, entre ellos: 1. Comisaría 3ra (Yatay 553) Valentín Alsina, 2. CCD cerca de Puente Alsina, 3. La Unidad Regional (Juncal y Anatole France), 4. Comisaría 1ra (Del Valle Iberlucea 2818), 5. Comisaría 2da. (O’Higgins 1861), 6. Comisaría 6ta. (Monasterio 1455) Monte Chingolo. 8. Batallón Viejo Bueno Monte Chingolo. (www.jus.gob.ar/media/1067208/02_listado_alfabetico_de_ccd_x_zona_subzona_y_areaoperativa.pdf)
A estos CCD los vecinos veteranos le suman Campomar, Fabricaciones Militares y el Cementerio de Lanús como lugar de enterramiento ilegal de cadáveres. 
 Los 30.000 desaparecidos en 7 años en todo el país hasta lo dan por sentado los archivos de la inteligencia yanqui que en sólo 1 año y 9 meses del inicio de la carnicería señalaron que había 22.000 (The National Security Archive. Julio de 1978).

Para entender ¿qué es la continuidad política y jurídica con el genocidio?, Francisco Vitipaldi (PJ) candidato en 1983 y luego reelegido concejal en Lanús hasta el 2006, tenía como asesor a uno de los hermanos Filipelli, ex cabo 1° de Seguridad Federal de la policía que fue parte de la patota que secuestró a Sivak (Causa 2692/fs158).
Para tener más datos que la inseguridad viene de arriba, el ejemplo es el copamiento del edificio municipal en 2009 fogoneado por el Pro que puso 5 micros de la CABA para trasladar a personas sin techo organizadas por el “culata” Monito Rodríguez. Esta acción calificada por el “lilito” Mariano Amore como “golpe de estado”, fue premiada por Díaz Pérez, nombrando al “opositor” secretario de Seguridad. Amore jamás investigó ese golpe y su gestión fue un cero a la izquierda, como lo vienen siendo las de los distintos funcionarios desde hace décadas.    
Este es un régimen de inseguridad contra el pueblo in-de-fen-dible. Y lo probaron los candidatos de la última elección en 2015: Russo, Grindetti, Julián Alvarez y Díaz Pérez cuando contrataron barras del club Lanús y de La Ferrere.  Estas alianzas con matones no fueron ingenuas.  Quien vencía en la guerra de androides se quedaba con la bolsa (el presupuesto municipal) y podía aspirar a ejecutarlo como le viniera en ganas y hacer uso indiscriminado de los recursos de Lanús. 
   Los balazos en la puerta del HCD de parte de la barra de Grindetti contra la de Álvarez cuando “Offshore” debía explicar la fuga de capitales hacia paraísos fiscales, es otro contundente ejemplo de que estamos frente a un régimen de mafias y por lo tanto la seguridad que pueden dar a los vecinos es ninguna, porque ellos protegen a los delincuentes y si de seguridad quieren hablar la única que pueden brindar es la de Don Corleone luego que le besaran el anillo.
  Las distintas vertientes de la “lucha contra la inseguridad”, por ejemplo los foros, sólo sirvieron para que los aventureros debutaran como funcionarios municipales. El balance de toda esa experiencia ha resultado un fracaso histórico, los comisarios –en general- iban a tejer y destejer como Penélope, el gasto de saliva y la pérdida de tiempo fue inmensa y una forma de tomarle el pelo a la ciudadanía. Como lo señala el Comisario -pejotista- Lobo (La Defensa 29/8/16), armaron y desarmaron fuerzas cambiándole la denominación pero no la inacción y sus vínculos con la delincuencia. 
Que a la primera movilización que denunciaba el asesinato de Nicolás Gamboni no fueran marchistas figuretis carreristas como Russo, Pallares y Schiavone, da la pauta de que la inseguridad instalada les importa un joraca.
  Bajo el título: “Las mafias, el enigma que debe despejar Macri”, La Nación el 29/8/16 relata las ataduras del macrismo con sirios y troyanos. Mientras tiran diariamente y en cuotas los despojos de “los embolsadores de guita”, Macri da instrucciones para que no sean encarcelados los jefes de la banda que asoló al país la última docena de años. Macri filosofa: “si vez a tu vecino afeitarse, pon las barbas en remojo”. 
  Que se abran los libros de las comisarías y se ponga la seguridad bajo control de la asamblea de vecinos.
  (*) Del Partido Obrero