martes, 15 de noviembre de 2016

La semana en pocas palabras

Informe Económico Semanal del Banco Ciudad

Esta semana se conocieron los datos de inflación del mes de octubre, los cuales mostraron un incremento en la tasa de variación mensual del nivel de precios vinculado, fundamentalmente, a la corrección de las tarifas del gas. De acuerdo al INDEC, los precios minoristas experimentaron un alza de 2,4% en octubre, correspondiendo 0,9 puntos porcentuales (p.p.) al mencionado efecto tarifario, de manera que sin este ajuste la inflación de octubre habría sido de 1,5%, 0,2 p.p inferior al dato de septiembre (1,7% sin el efecto de las correcciones tarifarias). La inflación núcleo, sin embargo, registró una leve aceleración, ubicándose en 1,8%, 0,3 puntos
por arriba del dato de septiembre.
Más allá de este incremento puntual en la inflación mensual de octubre, la evolución que vienen mostrando las expectativas de inflación, apuntando a una profundización del proceso de desinflación durante el año próximo, llevó al BCRA a bajar su tasa de referencia por primera vez en 6 semanas. En efecto, en su comunicado de política monetaria, el Banco Central se centró en el descenso que mostraron las expectativas de inflación para 2017, de 20% a 19,7% en el nivel general y de 17,7% a 17,4% en la inflación núcleo, al justificar el recorte de 50 puntos básicos (p.b.) en la tasa de referencia, llevándola de 26,75% a 26,25%.
Sin embargo, en la semana, las principales novedades se dieron en el plano internacional, donde contrario a lo que pronosticaba la enorme mayoría de las encuestas, el candidato republicano, Donald Trump, se alzó con una cómoda victoria en la contienda presidencial norteamericana, obteniendo 279 electores (se requieren 270 para ganar), contra 228 de su contrincante, Hillary Clinton. A esto se sumó, además, que el partido republicano se hizo con el control de ambas cámaras del Congreso, un factor que, en principio, allanaría el camino a la nueva administración para la implementación de su agenda económica.
El resultado sorprendió también a los mercados financieros globales que descontaban un triunfo de la candidata demócrata. En las jornadas que siguieron a la elección, se observó un comportamiento volátil, en acciones, bonos y monedas a medida que los inversores procuraban dilucidar cuales serían los efectos sobre la economía mundial de las políticas que implementará la nueva administración.
En lo que sí se observa un mayor consenso, sin embargo, es en lo que respecta a un giro hacia una política comercial más proteccionista. Durante la campaña, el candidato republicano hizo hincapié en su intención de renegociar, por un lado, el tratado de libre comercio con México y Canadá, y de imponer también mayores aranceles a las importaciones Chinas. En este sentido, la repercusión más clara, tras conocerse el resultado electoral, se dio en la bolsa y el peso mexicanos, con una caída de 8% en las acciones y una depreciación de 14% en la moneda.
Por otra parte, también se espera que la nueva administración busque apuntalar el crecimiento de la economía norteamericana vía un mayor estímulo fiscal en la forma de reducciones de impuestos y un incremento en el gasto en infraestructura. Ello vendría acompañado por un escenario de mayor inflación (en una economía más cerrada), y mayores tasas de interés. Algo de esto se pudo observar en el comportamiento diferenciado que mostraron los índices accionarios en EEUU y los bonos del tesoro norteamericano, los primeros subiendo ante la expectativa de un mayor crecimiento y los bonos cayendo (con su rendimiento subiendo), acompañando perspectivas de que la Reserva Federal pueda subir las tasas en forma más acelerada para contener presiones inflacionarias.
Un escenario de estas características, de materializarse, podría repercutir negativamente en las economías emergentes, a través de un menor flujo de capitales y condiciones financieras más onerosas, tanto en la forma de mayores tasas de interés como de una debilidad creciente en las monedas de estos países. De hecho, anticipando un giro en el contexto global en esta dirección, ya comenzó a observarse una salida de activos de las economías emergentes, con descensos en acciones y títulos públicos (y el consiguiente incremento en las primas de riesgo) y una depreciación en las monedas. El índice EMBI+, elaborado por el banco J.P. Morgan, que mide el nivel de riesgo país del conjunto de las economías emergentes, registró el jueves un alza de 6,65% hasta los 369 p.b., con incrementos, por ejemplo, de 15,2% en la prima de riesgo de los títulos mexicanos, y de 11,4% en la de los bonos brasileños. Entre las monedas de la región, el real brasileño mostró una depreciación de 11% y los pesos colombiano y chileno de 5,6% y 3,5%, respectivamente.
Los activos argentinos no estuvieron al margen de estos movimientos, observándose una suba del riesgo país de 9% hasta los 475 p.b., y un descenso en el índice Merval de 10%. Por otra parte, el peso también se depreció sobre el final de la semana (1,2%), aunque lo hizo en una proporción menor que el común de las monedas emergentes.
De cara al futuro próximo, si bien la Argentina también podría verse afectada por una eventual retracción en los flujos de capitales a las economías en vías de desarrollo, a nivel local, el ingreso de fondos del blanqueo podría ayudar a suavizar la transición hacia un escenario internacional más complejo.