lunes, 3 de abril de 2017

Algunas reflexiones en tiempos de acciones y de espera

por Omar Dalponte

omardalponte@gmail.com

  En ciertas concentraciones populares según sean las circunstancias políticas aparecen los cantitos de moda. No está mal que ello ocurra pero sería interesante que en lugar de ser como esas flores que nacen y mueren rápidamente esos cantos se transformen en consignas permanentes que puedan ser sostenidas como las levantadas hace muchos años por los organismos de Derechos Humanos y mantenidas firmemente hasta la actualidad. O como aquella del “Perón vuelve” que la resistencia peronista pintó con carbón y tiza en las paredes y se mantuvo durante 18 años hasta que se convirtió en realidad.  Pasa que a veces, cuando parece que las primaveras son eternas, el entusiasmo hace salir por la boca, lo que después no se aguanta con todo el cuerpo y es respaldado con la acción de dispositivos políticos capaces de transformar las estructuras del país. Este cronista recuerda algunos de esos cánticos lanzados en algún momento de efervescencia como una de esas “promesas vanas que se escaparon con el viento”: “ Sí la tiran a Isabel al bombo / va a haber quilombo / va a haber quilombo”. Una trágica madrugada del 24 de marzo de 1976, los militares  se llevaron a la presidenta constitucional de la Argentina, la encarcelaron durante años, produjeron un brutal genocidio y el quilombo, si se entiende esto por desorden, lo hizo la peor dictadura que sufrió nuestro país. Muy pocos fueron los que, de la manera que pudieron, asistieron a la derrocada esposa del general Perón. Otra para recordar fue la de los radicales de la década del ochenta: “Ojo con tocarlo a Alfonsín/ Lo banca el pueblo/ y por eso señor presidente/ decimos presentes por cien años más”. Al pobre don Raúl lo echaron a empujones. Se fue seis meses antes de cumplir su mandato, llorando ante las cámaras de televisión, y ninguno de los
“cantores” de 1983, cuando el radical pronunció su primer discurso desde los balcones del Cabildo, hizo absolutamente nada por cumplir aquella afirmación entonada a voz en cuello.
   Mucho más acá, en las bulliciosas reuniones en el Patio de las Palmeras de la Casa de Gobierno, escuchamos: “Si la tocan a Cristina que quilombo se va a armar”. A nuestra querida Cristina le están sacando hasta la ropa interior de los cajones de sus muebles, la arrinconan judicialmente, la difaman en todos los idiomas y uno ve que no ocurren –por lo menos hasta ahora- acciones políticas que coincidan con aquellos dichos.
   Últimamente, entre otras muchas cosas, se reitera en las concentraciones opositoras al macrismo: “Vamos a volver / vamos a Volver”. Y entonces uno se pregunta, junto a la lúcida pensadora nacional Iciar Recalde: Volver pero... ¿con quién? ¿para qué? ¿con qué actores? Y hacemos nuestras sus palabras –las de Iciar- pues no hallamos otras mejores ni más de acuerdo con nuestro pensamiento:  –Tengo memoria del “cuanto peor, mejor” de los últimos años. Tengo memoria de la noción de “pueblo elegido” que nos trajo hasta acá mientras se defenestraban y despreciaban actores y estructuras, a las que, curiosamente, hoy se les pide ir a la vanguardia (sindicatos) y se las pone como la gran madre de las batallas (reciente afiliación masiva al PJ). 
"La gota que rebalsó el vaso donde hoy pataleamos para no ahogarnos fue-sin duda- la soledad en que se dejó al candidato Daniel Scioli por la propia conducción. Entonces, pienso  que no debemos repetir caros errores porque  si no, no vamos ni la esquina. Y agrego: en el llano donde estamos, construyamos conducciones genuinas y desactivemos jefaturas berretas".
"A Dios gracias el General Perón dijo  20 verdades a las que deberemos volver de una buena vez sin recular encandilados por el canto de sirenas demoliberal. Desempolvar el Modelo Argentino nos permitirá afilar la punta del lápiz para tener certezas. En cuanto a "volver”, dicho muy sintéticamente, debemos hacerlo  con un proyecto de  unidad nacional. ¿Con quienes? Con los trabajadores. ¿Para qué? para la liberación nacional y social de la Patria.. 
"Porque es simple, del lado en que se elija estar en la dichosa grieta, hoy te asomás y mirás para abajo y ves una sola cosa: que los trabajadores la están pasando para el carajo. Que los humildes están con la soga al cuello. Que se está rifando el patrimonio nacional. Deberemos trabajar más y mejor para que algo comience a moverse en el subsuelo de la Patria. El 7 de marzo pasado y el 6 de abril próximo son cifra de esa esperanza que sólo será posible a través de la unidad del campo nacional sin sectarismos. Trabajando sin mezquindades y en clave nacional en la recuperación de la columna vertebral del movimiento nacional, tarea central para volver a sellar el vínculo entre movimiento nacional y movimiento obrero, único reaseguro de que nos vaya bien. Bregando, además, por volver a tener representantes obreros en las candidaturas en 2017 y 2019 (el último Perón dio a la representación de los trabajadores en las listas de candidatos un 33 %...). Si no lo entendemos, tendremos responsabilidad en la prolongación del avance neoliberal sobre nuestro Pueblo” Tal cual.
En momentos de cerrar esta nota una importante cantidad de gente, en apoyo al macrismo, se concentra en Plaza de Mayo, en diferentes equinas de la ciudad de Buenos Aires y en distintos puntos del país. Son otras voces. Voces que no coinciden con nuestra forma de pensar y de opinar. Pero que deben ser respetadas. La separación entre sectores de la sociedad se amplía. Quien escribe estas líneas presume que desde la política, Sergio Massa, que habla de la “ancha avenida” se relame. Imaginemos por qué.

  (*) De Iniciativa Socialista