domingo, 2 de julio de 2017

Peronismo: ¿la rebelión de sus bases?

por Omar Dalponte

omardalponte@gmail.com

Todo parece indicar que los tiempos previos a los dos turnos electorales no estarán exentos de turbulencias. Sería bueno que sin estridencias, sin insultos, con serenidad e inteligencia, afirmándonos sólidamente en las prácticas democráticas los argentinos transitáramos la etapa que se  inició luego de la inscripción de candidatos para las próximas elecciones. Pero en política difícilmente los caminos hacia el poder estén regados con perfumes de  azahares. Aunque sea una tarea difícil cada uno de nosotros, desde donde podamos, tendríamos que poner la mayor voluntad para que el sano barullo de la democracia prevalezca sobre los desencuentros. Lamentablemente. Por lo menos en lo inmediato, no existe ninguna posibilidad de resolver la cuestión de los intereses en pugna. De un lado el pueblo cada vez más castigado. Del otro lado los sectores del privilegio sin patria y sin bandera que sólo buscan hacer grandes negocios y negociados a costa del hambre y el sufrimiento de los más humildes. Esto viene de lejos, y si no sería trágico, causaría risa que se hable de la “grieta” como si se hablara del descubrimiento de la pólvora.
Lo cierto es que la carrera electoral se ha largado. Primero habremos de sortear las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y después transitaremos la recta final hasta las generales del mes de octubre. Allí el pueblo decidirá y esa decisión deberá ser
sagrada para todos los argentinos. Los espacios conducidos  por Cristina Fernández (Frente de Unidad Ciudadana) Mauricio Macri (Frente Cambiemos) Sergio Massa (1País) y Florencio Randazzo (Cumplir) son las cuatro parcialidades que por estos días tienen mayor prensa e interesan más a quienes prestan atención en los acontecimientos políticos y a la acción de las diferentes expresiones que participarán en los comicios de este año.
Menos espacio en los medios gráficos, radiales y de la televisión se le otorga a los diferentes frentes de izquierda cuyas candidaturas principales pertenecen a Manuela Castañeira (Izquierda al Frente por el Socialismo) Néstor Pitrola (FIT : Frente de Izquierda y de los Trabajadores ) y Vilma Ripoll ( MST- Nuevo Mas).
Probablemente, ante el papel lamentable de las cuatro fuerzas políticas más numerosas, incluida la de nuestra preferencia, la izquierda, en esta oportunidad obtenga mejores resultados que en situaciones anteriores. No vendría mal a la Argentina el crecimiento y consolidación de un espacio de izquierda que proponga un socialismo real, nacional, despojado del olor a naftalina y del profundo gorilismo que abunda en determinadas parcelas de la izquierda boba  que,  diciéndose trotskista, compartió escenario y lamió las botas de los hacendados de la Sociedad Rural y asociados.
Aquí la cuestión, sin intención de dramatizar pero poniendo blanco sobre negro, es definir la situación a favor o en contra del pueblo. A favor de una Argentina justa, libre y soberana o de una republiqueta sin honor gerenciada por los empleados de  los monopolios en sociedad con las apetencias imperialistas comandadas por Donald  Trump manipulando el timón de la nave insignia.
Frente a esta situación de extrema gravedad es vergonzoso como actúan los aspirantes a cargos electivos. Para mirar más la paja en el ojo propio y no en el ajeno, haciendo abstracción de las figuras de Massa, Stolbitzer o Randazzo, casi pintorescas si uno piensa en la calidad de dirigentes que necesitamos y no en los que tenemos, es necesario señalar nuestras propias falencias. El Frente de Unidad Ciudadana alumbró después de una larga e innecesaria espera. Es el frente que muchos de nosotros apoyaremos porque, en verdad, no hay otra cosa mejor. Pero digamos las cosas como son. ¿Qué es la unidad ciudadana? Por ahora nada más que un dispositivo político que funciona alrededor de una sola persona: Cristina Fernández de Kirchner. Reconocemos en Cristina a una compañera con dotes extraordinarios de estadista y a una inteligencia muy por encima de la media respecto a la totalidad de la fauna política. Pero debemos tener en cuenta que si la ex presidenta se resfría el Frente se cae como una casita de naipes.  No se ha dado un sólo paso para organizar este Frente de Unidad Ciudadana que, de acuerdo a lo que nos enseño Perón es una tarea prioritaria pues la organización resulta imprescindible. Según el General, la organización es lo único que vence al tiempo. El Frente para la Victoria careció de organización y de un plumazo le firmaron la partida de defunción.
De no decidirse para el Frente de Unidad Ciudadana un funcionamiento de acuerdo a las necesidades del campo popular frente a un adversario con mucho poder, se corre el riesgo que significaría para un equipo mediocre  jugarle en alpargatas al Real de Madrid.
En Lanús la cosa es tan preocupante como en el orden provincial y nacional. Aquí se han formado listas entre gallos y medianoche sin convocar con anticipación a la militancia, se repartieron cargos como si se trataran de  bienes mostrencos y se ignoró a la gran mayoría de los peronistas como si fuesen incapacitados para pensar, para opinar y para decidir. No se hay intención alguna de descalificar a nadie. Pero los hechos son los hechos y en este territorio no hubo una convocatoria amplia y generosa para construir la herramienta electoral peronista y designar a los mejores. Ahora las cartas están echadas y no habrá más remedio que respaldar lo que se presenta. Pero quienes tienen la responsabilidad de representar al pueblo peronista tiene la obligación de triunfar. El peronismo lanusense no soportaría ser derrotado nuevamente. Si esto ocurre, después de las elecciones no faltará quien proponga e impulse la rebelión de las bases. Ni quienes aprovechando las torpezas de los que no tuvieron en cuenta a las compañeras y compañeros, se queden con el santo y la limosna.   
   (*) De Iniciativa Socialista