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jueves, 17 de agosto de 2017

Macri, Cristina, Massa y Randazzo administran la quiebra

por Lisandro Martínez*

El domingo 13 de agosto el sufrido pueblo trabajador luego de votar tuvo que volver a comer un plato recalentado de los peores gustos.  Dos fracciones de los ajustadores: FpV y los gorilas de Cambiemos volvieron a montar el obsceno show de la polarización entre el mago sin dientes y el enano gula-gula. 
Esta deshilachada producción tercermundista imitando las primarias estadounidenses, carecía de vestuario, la escenografía era cartulinas escolares y los actores no se sabían la letra. Se han planteado un guión muy transitado como el que durante 16 siglos vienen trajinando las sectas de las religiones deístas con libro único, que cada tanto desempolvan los trucos viejos y desgastados de la lucha entre “el bien y el mal”, un maniqueo argumento de historieta barata donde sólo hace falta presentar un personaje absolutamente maligno (el diablo) que puede ser interpretado por López Rega o en este caso De Vido, para justificar la existencia del bien todopoderoso (dios) que puede ser el Capitán América o en su versión desmejorada analfabetos funcionales como Bullrich, Larreta o Macri, quienes para salvar la ropa tienen que ser asistidos por “un ángel de la guarda” como la “mosquita muerta” o por Carrió la embajadora yanqui.
La crisis es de tal profundidad que la banda que se afanó todo durante 12 años todavía cabalga cabeza a cabeza con el régimen “de los primates que derrotaron a los dinosaurios” según Larreta. El relato de la banda de Carrió ya no sólo no tiene épica sino que está basado en el irraciocinio de un ignorante, mientras la fábula Nac&Pop  malversaba la lucha por los DDHH y las conquistas del movimiento obrero para estrangularlas. En este camino al Gólgota, los “progres” desde Página 12 anticipan que CFK convertida en senadora continuará
ejerciendo en el mismo bloque del Senado que transó el pago con los fondos buitres y todos los ataques contra las condiciones de vida del pueblo. “La abogada exitosa” que trajinó su éxito durante la dictadura militar aplicando la Ley 1050 de Martínez de Hoz, no puede –como el alacrán del cuento- romper con su origen y naturaleza. 
Tanto Macri como la doctora son dos “cacatúas” de cuarta que sueñan con la pinta de Carlos Gardel.  
Cristina pudo hacer un gol de media cancha hablando a las 22 hs. denunciando la maniobra de los resultados mediante el goteo fraudulento, responsabilizando al gobierno y retirándose con su gente. En cambio, siguió el guión de la corporación mediática hasta las 4 de la mañana inflando el globo de la polarización y la grieta. 
Armar el escenario de la polarización para octubre necesita de fuerzas antagónicas cosa que en ninguna de las variantes burguesas existe ya que todas comulgan con la salida dictada por el capital y por lo tanto están agotadas y a esta altura son auténticas minorías incapaces de engañar a más de un 30% del electorado.
 El FpV/Unidad ciudadana/PJ, 1 País/Massa, Stolbizer o Cumplir de Randazzo/PJ, han aportado durante estos 20 meses de “Gorilismo a la carta” poniéndole funcionarios de primera línea al macrismo (Milman en el aparato de Seguridad aportado por Stolbizer, Pedro Biscay en el BCRA por el cristinismo, la cúpula de Acumar por Massa, etc). Es decir durante todo este primer periodo donde se intentó estabilizar al macrismo como instrumento de ataque frontal contra las condiciones de vida del pueblo, esta iniciativa del imperialismo tuvo el firme apoyo de todas y cada una de las fracciones del PJ de todos los estilos, esta acción que pretendió transitarse en sombras fue iluminada “a giorno” por la inactividad y el estilo “plancha” que adoptó la flor y la nata de la burocracia sindical p-e-r-o-n-i-s-t-a que dejó pasar todos y cada uno de los peores agravios contra las conquistas históricas y suspensiones, cierres de fábricas y despidos que provenían de un pacto previo, de una política discutida por todas las tiendas políticas que responden al capitalismo vernáculo. 
En estos 20 meses la burguesía nacional se sumó a la directiva de los organismos internacionales de abrir los mercados, abaratar la mano de obra, rematar las riquezas naturales, destruir los convenios colectivos, endeudar por 99 años al país, saquear las cajas de jubilaciones donde ya no se paga “Reparación Histórica” alguna y los jubilados pasan a cobrar subsidios de asistencia social y no su salario diferido al que aportaron durante toda su vida activa. El plan se completa con salarios por debajo de la línea de pobreza para convertir a la Argentina en una factoría con todas las ventajas para los capitalistas que deseen instalarse en nuestro país. Pero la crisis mundial no nos tiene reservado ni siquiera ese triste papel y a este cuadro se suma que el plato recalentado de la polarización, que vuelven una y otra vez a colocar a candidatos programáticamente indiferenciados a la hora de darle una salida humana a la crisis, tiene el límite mortal del hartazgo popular que cuando se presente en escena va a voltear los muros de contención artificiales montados por el establishment. 
El FIT tiene un grado de penetración ganado en 6 años de continuidad, ha pasado por 12  elecciones donde el Correo, los punteros y la gendarmería que, sospechada de hacer desaparecer a Maldonado, igual garantiza la democracia en los centros de votación; son la runfla que tiene asignado se cumplan los resultados fraudulentos en cada elección. El FIT ha recogido más de un millón de votos y la fidelidad de una fracción creciente del pueblo entusiasmado con la posibilidad de una salida obrera y revolucionaria. 
Fracasaron la corporación mediática y la “opinión pública” que quisieron imponer al bloque parlamentario del FIT votar para acabar con la inmunidad parlamentaria de los diputados obreros con el anzuelo “De Vido corrupto”. Como resultado obtuvimos 250.000 votos más que en 2015.
 El FIT tiene el desafío en los próximos dos meses de establecer consignas de poder que convoquen a la clase obrera a desenvolver sus tareas históricas, ocupando el rol protagónico y dando la lucha por un salto electoral que sume un millón más de votos. Una votación masiva al FIT en octubre es poner en el candelero al gobierno de los trabajadores que se corporice como una salida frente a los planteos de sometimiento nacional que levantan todas las alternativas burguesas y sus partidos.  
El desplazamiento de los actuales saqueadores y entregadores del país deberá ser a manos de la clase obrera o no será.
   (*) Candidato a Senador por la 4ª Sección Electoral