viernes, 13 de octubre de 2017

¿Nos caemos del carajo o los mandamos al carajo?

por Lisandro Martínez*

             “Carajo” era la canastilla colgada del palo mayor de las naves a vela, por su ubicación era el lugar más inestable que registraba con mayor virulencia el oleaje. Cuando un marinero cometía una falta se lo mandaba al “carajo” como castigo.
          El gobierno de Cambiemos (UCR/PRO) mediante su alocada adquisición de deuda externa, ha inscripto el sometimiento de la Nación Argentina a los usureros internacionales en el libro de los records, ya que el ministro de Finanzas Luis Caputo ha sido galardonado por la agencia de noticias financiera Bloomber como “el colocador de bonos número uno de los mercados emergentes” (www.urgente24.com.ar 5/10/17).
Esta es la continuidad del derrotero de la burguesía criolla que en 190 años no ha podido liberarse de su dependencia con las metrópolis. El primer empréstito data de 1827 cuando Rivadavia se endeudó con la Banca Baring Brothers, 120 años después Perón canceló esa deuda y en la Casa de Tucumán declaró “la independencia económica”, pero como Argentina siempre fue un país dependiente enseguida el mismo Perón por el canto de sirenas de la usura y problemas económicos volvió a endeudarse en los ‘50 (www.surdelsur.com 26/11/14).
Luego del golpe gorila Argentina ingresó al FMI y se incorporó al Club de París que en 2015 cobró la deuda usuraria que reclamaban “los buitres” y que votaron oficialistas y opositores.
De 1976 a 1982 con la dictadura, la deuda se quintuplicó de u$s 8.000 millones a 43.000 y la situación económica del pueblo retrocedió, quebraron bancos y docenas de empresas. Esto provocó una crisis económica y social que, junto con la lucha obrera -que nunca lograron derrotar- y la guerra de Malvinas, acabó con los genocidas. Luego vinieron los “demócratas” y continuó aumentando la deuda, vía el Consenso de Washington. En los 9
años desde el estallido de la crisis de la deuda (1982) los países de América Latina transfirieron al norte u$s 223.600 millones y la deuda externa conjunta pasó de u$s 309.880 a 422.645 millones. 
En 1989 cuando caía Alfonsín -con miles de despidos y ollas populares por doquier- y subía Menem, se anunció el Plan Brady que aseguraba el pago de la deuda sí o sí. Ese Plan recibió el apoyo entusiasta del FMI y del Banco Mundial. El primero en acordar fue México, luego en 1990 Costa Rica, Venezuela y Uruguay. Argentina adhirió en 1992 con el voto afirmativo de los partidos capitalistas en el Congreso. En 1997 el país se encaminaba resueltamente hacia una nueva crisis de deuda, que ya representaba un 40% del PBI. El nuevo ciclo de endeudamiento de Menem-Cavallo-Roque Fernández-Cavallo, condujo a la catástrofe de 2001. 
En julio del 2001 el Senado convirtió en ley el proyecto de “Déficit cero” (Clarín 30/7/2001). De la Rúa/Cavallo proclamaron la “independencia económica” y 140 días después caían junto al “gobierno progresista” por la irrupción de masas en las calles.
En 2001, la deuda ocupaba el 40% del PBI, 20 años después “la deuda pública equivale al 51,2% del PBI” (www.clarin.com 26/9/17).
Es un resumen de la decadencia de nuestra clase dirigente que cada 10 años fogonea un default como el que asola Venezuela y que cínicamente Macri y CFK le reprochan a Maduro.
Las alarmas titilan hace rato. Bloomberg y el Observatorio de deuda externa de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo señalan sobre el cambio de composición en los pasivos, que muestran un incremento en la participación de los acreedores privados y advierten que con el proceso de liberalización financiera el nuevo endeudamiento provoca la creciente fuga de capitales. 
El blanqueo y la deuda son mecanismos delictivos, de corrupción y enriquecimiento, de los que se aprovecha la clase social que dirige la Argentina. 
Con la ley aprobada por el Congreso (blanqueoafip.com.ar/la-ley-27260) se blanquearon capitales narcos que construyeron en Pilar un emprendimiento que disminuiría el flujo de automóviles, por lo que Macri -avisado- se desprendió de las acciones de Autopista del Sol ya que el negocio menguaría, pero una investigación de la DEA liquidó esa especulación inmobiliaria y expuso a la luz esta perla del blanqueo ilegal hecho por ley.
A la claudicante burguesía nacional, que tiene su dinero offshore ¿Qué ventajas le brindan las partidas de créditos internacionales que se transforman en deuda de todos?:
 1. La burguesía las aprovechó siempre travistiéndose de lo que fuera: Nacionalistas, Gorilas, Genocidas, Demócratas, Populistas, Progresistas, Nac&Pop, Derechistas globoflexicos, etc.
 2. La patria contratista que responde al gobierno, con sus sobreprecios se engulle esos créditos con las obras públicas. Empresarios y terratenientes reclaman y obtienen créditos baratos que nunca pagan, mientras los funcionarios se van enriqueciendo con cada renegociación de la impagable deuda externa. Todo se acompaña con especulación inmobiliaria y fuga de capitales.
  Con la desaparición de los montos millonarios recibidos vía créditos internacionales y la creciente deuda van perfilando el nuevo ciclo de crisis, default y su vuelta a otro endeudamiento.
            La actual acumulación de deuda puso a la República en el lugar más inestable.
La UCR/PRO (López Murphy) en 2000/2001 desfondaron la Nación y empobrecieron a la población priorizando el pago de la deuda externa ilegítima e ilegal.
Ante la devastación social, el Partido Obrero en 2002 publicó en su periódico como título de tapa “Nos gobiernan unos hijos de puta”. 
Hoy gobiernan de igual manera y dieron un paso más: colocaron los recursos naturales como garantía de una deuda impagable
Según Bloomberg, nuestro país emitió bonos por más de u$s 55.000 millones a favor de los usureros. 
La calificadora Moody´s y el FMI señalan que la desmesurada política de endeudamiento compromete a las provincias argentinas y a las familias. Moody’s alertó sobre la elevada proporción de bonos “subsoberanos” emitidos, que alcanzaron el 83% en 9 meses de 2017, mientras en 2016 fue 72% y en 2015, 31%. Los bonos subsoberanos son “basura” así que tienen un recargo de entre 60 y 120 puntos (www.iprofesional.com 2/5/16).
La inestabilidad del Carajo donde nos colocó el gobierno, la oposición y los mercados, se corporizará más temprano que tarde en una nueva crisis económica y social. 
La clase obrera debe prepararse para actuar en defensa propia.
No al pago de la deuda externa.
Es hora que gobiernen los trabajadores.
    (*) Candidato a senador provincial del FIT