lunes, 10 de septiembre de 2018

El tiempo pasa y seguimos a la intemperie

por Omar Dalponte

Pasa el tiempo y seguimos sin programa, sin hechos concretos fuertes que permitan avanzar hacia  la unidad por un frente patriótico, y todavía lejos de tener definidas las principales candidaturas. Entre nosotros, por cómo se ven las cosas, hay una mescolanza de ingenuidad (en menor porción) egoísmo e incapacidad (en dosis importantes) y -sospechamos- de complicidad con el macrismo por parte de algún sector en el que triscan no pocos de esos que siempre están dispuestos a venderle el alma al diablo.
Nuestro país está en bancarrota, la situación es insostenible y no hay dudas de que, siguiendo así, iremos de mal en peor. Esto, que se sabe aquí y en todas partes del mundo, ocurre frente a los ojos de una dirigencia que, diciéndose opositora, no está dando respuestas políticas adecuadas ni está realizando propuestas alternativas que indiquen con toda claridad cuáles son los caminos para salir del infierno neoliberal. En el momento en que necesitamos imaginar e impulsar vectores portadores de ideas que lleven como destino la derrota de este gobierno entreguista y verdugo, algunos pactan, otros piden ser convocados por el oficialismo y no faltan quienes (ingenuamente?) ruegan que, desde el poder, se realicen cambios de rumbo. En tanto la vida diaria sea un martirio para la mayoría de nuestro pueblo es inaceptable que, en lugar de producir acciones y señalar caminos transitables hacia la recuperación de la República, se siga dilapidando el tiempo en “roscas” que sólo tienen por objetivo la obtención de cargos u otros beneficios que, seguramente, serán para individuos o sectores de la politiquería y nunca para quienes son arrojados a la pobreza y la indigencia.
Felizmente, en el territorio que ocupa el movimiento obrero y las organizaciones sociales que resisten, se van dando hechos que, a diferencia de lo que ocurre en las distintas corrientes de los sectores políticos del peronismo y demás fuerzas cercanas a él, ayudan a mantener
esperanzas en lo que se refiere a unir voluntades para contrarrestar los atropellos del macrismo. Así vemos cómo dirigentes sindicales, consecuentes con las luchas de los trabajadores, hablan sin eufemismos cuando se refieren a las atrocidades cometidas por el ocupante de la Casa de Gobierno y  su equipo destructor de la Patria. Afortunadamente hay un par de buenos  datos que  ayudan a fortalecer los ánimos: La elección en la Central de Trabajadores Argentinos en la que resultaron triunfadores por amplia mayoría Hugo Yasky en el orden nacional y la docente Liliana Rossi, en nuestro Lanús. También la decisión de más de 50 gremios de las  “62 organizaciones peronistas” de alejarse del sector que Gerónimo Venegas sometiera bajo la férula macrista. Al frente de las “62”, como Secretario General, quedó el histórico dirigente del Sindicato del Vidrio Horacio Valdez, quien manifestó que “inicia de esta manera uno de los desafíos más importantes de su vida política sindical”.  Los lanusenses Miguel Pedelhez y Karina Gutierrez, del gremio municipal, ocuparän a partir de ahora, en esta histórica expresión sindical del peronismo, cargos de suma importancia. En declaraciones por las redes sociales, Karina Gutierrez manifestó con marcado entusiasmo que “hemos recuperado las históricas “62 Organizaciones” para el peronismo. Terminó la hora de la mirada indiferente, de jugar a medias tintas, de amarillarse frente al atropello que sufrimos los trabajadores, Somos las “62 organizaciones peronistas”, federales, movimientistas y revolucionarias. Somos una de las instituciones de Perón y del movimiento obrero organizado”. Toda una definición.
Claro que los embates del imperialismo y de sus aliados locales no se circunscriben a nuestro país solamente. En cada país de Sur América, América Central y el Caribe abundan los movimientos para acabar con la posibilidad de que se afiancen gobiernos populares  o que se reinstalen experiencias de inclusión social y de progreso como las que funcionaron con el kirchnerismo peronista en Argentina, con Lula y Dilma en  Brasil o  en el Paraguay de Fernando Lugo.
A propósito de Brasil, entre otras muchas barbaridades como el injusto encarcelamiento de Luis Ignacio Lula da Silva, se producen hechos que algunas voces atentas a lo que ocurre en otras geografías señalan como evidentes falsedades, elaboradas para colocar en el centro de la escena a un personaje de la más rancia derecha brasileña: Jair Bolsonaro. Nos dicen estos compañeros: “el supuesto atentado a Bolsonaro bien puede ser una farsa que forma parte de la estrategia del Departamento de Estado norteamericano de acuerdo con los servicios de “inteligencia” brasileños, pensada para exhibir un hecho conmocionante que justifique un estado de excepción”. Y agregan: “hechos similares ocurrieron varias veces en Nicaragua donde en supuestos heridos de bala sus ropas no presentaban manchas de sangre”. Estos opinantes coinciden en que la “truchada” presentada como atentado se realizó con el fin de levantar la intención de voto a favor de Jair Bolsonaro. Todo es posible en la conocida dimensión de los enemigos de la humanidad.
   (*) De Iniciativa Socialista