Páginas

martes, 28 de enero de 2014

Todo sigue igual de mal

por Marcelo Calvente

marcelocalvente@gmail.com

El tiempo de descanso veraniego del fútbol argentino está a punto de culminar y nada parece haber cambiado demasiado, tanto en lo deportivo como en lo que respecta a la economía de los clubes, al tema arbitral, a la violencia en las tribunas y adyacencias, todo sigue igual de mal. Transferencias al exterior no hubo, tampoco demasiadas incorporaciones, pero en el global del club por club son más los que se fueron que los que se incorporaron a cada plantel. Y en lo poco que se pudo apreciar en los escarceos futbolísticos disputados hasta aquí en lo que va de enero, no parece haber noticias positivas para casi ningún equipo.
   A simple vista, Racing, River y Estudiantes, en lo que respecta a los resultados, parecen ser los que mejor arrancaron. La Academia goleó a su rival de siempre y le ganó por la mínima a un alicaído Newell’s; River empató uno y le ganó el otro a Boca. Está invicto, pues también igualó con Estudiantes, que sin brillar le ganó a Boca y no perdió con Gimnasia. Lo de San Lorenzo, con Bauzá como nuevo técnico, no da para análisis: Le ganó a los dos rivales que enfrentó, ninguno de ambos milita en primera división. Los perdedores del verano son principalmente Boca, Newell’s e Independiente, este último con la salvedad de que enfrentó equipos de primera con un plantel de Nacional B. Gimnasia y Belgrano también están
disputando partidos televisados.  El resto trabaja en silencio, sin público y con escasa cobertura apuran algunos amistosos de entrecasa, encuentros particularmente peligrosos en los que los profesionales suelen soltar el animal que todos tenemos adentro y emprenderla a las patadas y a veces también a las trompadas.
  La pauta más explicativa de la nueva realidad de nuestro fútbol es la Copa Libertadores de inminente inicio. Vélez, San Lorenzo, Newell’s, Arsenal y el campeón de la Sudamericana, Lanús, son justicieramente los representativos argentinos, y a la vez cuentan con los más poderosos planteles del país  El resto de los grandes viene  perdiendo prestigio paulatinamente. A River, Boca, Racing y Estudiantes cada vez le cuesta más alcanzar objetivos. River tendrá que priorizar el orden institucional seriamente dañado por las últimas conducciones. Conoció el Nacional “B”, del que con mucho esfuerzo pudo volver, conoció la bancarrota, la imposibilidad de conseguir buenos refuerzos y la escasez de dinero genuino, ese que tanto necesita para ir pagando la enorme deuda de más de 400 millones de pesos que lo tiene en la cuerda floja. Si llega a fallar también la nueva conducción, el edificio construido durante tantos años de gloria y tantos títulos, se desmorona inevitablemente. Panorama interesante para seguir de cerca.
  En cambio a Boca lo está hundiendo la incapacidad y la falta de coraje de sus dirigentes, quienes a sabiendas de que esto podría ocurrir se dejaron llevar por la monada y se entregaron en cuerpo y alma a la dupla grotesca y nefasta que componen un ex entrenador exitoso y un ex futbolista talentoso, quienes empeñados en no dejar sus respectivas actividades –cobrando además grandes sumas de dinero- con su egolatría y su desdén se están llevando puesto al club, pese que aún la tesorería no empezó a dar muestras del enorme daño que dejarán tras su paso. Uno escucha a los hinchas de Boca que todavía se esfuerzan por sostener a uno o a ambos con argumentos impresentables, y empieza a pensar que se lo tienen merecido. Y para colmo aún no comprenden que a fin de junio Boca perderá 76 puntos en su promedio, y que si en el Final no suma más de 25 puntos -algo a simple vista muy difícil para este plantel y este técnico- a partir del próximo ciclo 2014/2015 su lucha será por la permanencia. Y el ejemplo del reciente descenso de River, su fantasma más temido. 
Racing con Merlo parece haber detenido una caída que amenazaba ser catastrófica, pero  este presente de Mostaza no parece estar a la altura de su última gran conquista, el título obtenido con la Academia en el ya muy lejano 2001. Por su parte Independiente tiene muchas posibilidades de volver a Primera a fin de semestre, pero su pulso sigue tan alterado como cuando se fue, sus deudas se siguen acrecentando, y su extraño presidente se va quedando más sólo cada día. El caso más curioso y prometedor es el de San Lorenzo: El hoy indiscutido Tinelli apareció como en un cuento de hadas para transformar un presagio funesto de inminente descenso y posible quiebra en título de campeón y renovada solvencia. Es hasta lógico que sus hinchas estén embelezados con su gestión milagrosa, aunque algunos socios ven con preocupación que el club sea fagocitado por el Salvador, quien es sabido, no se comportó muy bien que digamos en su anterior participación como mecenas de Savino, a quien dejó en bolas y a los gritos.  En diciembre último obtuvo angustiosamente el Torneo Inicial, algo que era indispensable para la continuidad de Pizzi, quien sin embargo logrado el objetivo se marchó al fútbol español buscando un mejor porvenir personal, haciéndole de paso a los simpatizantes del Ciclón el corte de manga que a su entender se merecían por los desmedidos cuestionamientos con que lo acosaron durante todo su mandato. El futuro de esta inédita transformación, sostenida en un proceso democrático que derivó en un personalismo lo suficientemente autoritario como para no informar las características de las inversiones que se estarían realizando para afrontar una deuda que hace poco más de un año rondaba los 400 millones de pesos sin sufrir todavía reclamo alguno de parte de los que lo llevaron al poder con su desesperado voto, es una prometedora incógnita.
 Por su parte Lanús, el único club con superávit de la Argentina, con el mismo plantel que ganó la Copa Sudamericana se apresta a debutar en la Libertadores, competencia internacional de la que de no mediar algún imponderable, será uno de los principales animadores. La cita es el próximo jueves 30 de enero en Venezuela ante el Caracas, el primero de un choque de ida y vuelta clasificatorio a la segunda fase, y será además el primer compromiso relevante del año futbolístico en América del Sur.