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miércoles, 25 de febrero de 2015

Cómo dormir bien

por Alejandro Chitrángulo

Nuestro cerebro cuenta con un reloj biológico al que le gusta dormir siempre a la misma hora. Esta condición se denomina ritmo circadiano. Por eso cualquier cambio de ritmo, seguramente traerá problemas para conciliar el sueño. 
  Los desórdenes del ritmo circadiano son una causa frecuente de insomnio. Trabajo por turnos, noches en vela, alteran el reloj biológico provocando una serie de desajustes que afectan al patrón normal de sueño. El trastorno se produce cuando las horas de sueño previstas no son compatibles con los ritmos circadianos del organismo y se caracteriza por alteraciones del sueño con dificultad para quedarse dormido y excesiva somnolencia cuando se está despierto. 
   Durante la presentación de un estudio sobre los hábitos del sueño en todo el mundo, Eduard Estivill, director de la Clínica del Sueño del Institut Universitari Dexeus, en Barcelona, aseguró que es mejor no acostarse hasta que no tengamos sueño y, para que éste llegue, es aconsejable relajarse un tiempo antes. Leer, escuchar música o ver televisión pueden ayudar a dejar atrás el estrés diario y prepararnos para el descanso. Por el contrario, actividades estimulantes como
el ejercicio físico, no son aconsejables en las últimas horas de la noche. Además, parece ser que la creencia popular acerca de que tomar un vaso de leche ayuda a conciliar el sueño tiene una base científica, ya que contiene un aminoácido que facilita la secreción de melatonina, que es la hormona del sueño. Esta hormona es segregada por la glándula pineal. Una de sus funciones más características es la regulación del reloj biológico humano: su secreción varía durante el ciclo de 24 horas con una producción alta por la noche y prácticamente nula durante el día, ya que la luz inhibe su síntesis. Gracias a esta capacidad para regular los ritmos biológicos y a su acción sedante, esta hormona es eficaz en la inducción del sueño. La melatonina se ha mostrado especialmente útil en el insomnio de ancianos ya que con la edad hay una involución de la glándula pineal, que produce una menor cantidad y provoca, de manera habitual, trastornos del sueño. 
Sexo para dormir bien 
En su estudio Estivill asegura que el sexo es positivo para el hombre antes de dormir ya que, tras alcanzar el orgasmo, entra en una rápida fase de relajación que ayuda a un buen sueño. Por el contrario en la mujer no es demasiado recomendable, ya que permanece estimulada por más tiempo, lo que puede conllevar dificultades para relajarse y conciliar el sueño. O sea que si queremos que nuestra pareja duerma bien, hay que continuar hasta que no quede estimulo…
  La forma en que despertamos también es importante para respetar los ritmos circadianos y para mantenerse en forma durante el día. La mejor manera es un despertar progresivo con luz ambiental (con despertadores de luz). Las caricias también ayudan a un buen despertar en esta transición, según Estivill, argentinos, brasileños y españoles son los que más se despiertan de esta manera mientras que sólo dos de cada diez japoneses tienen este hábito. 
Nuevo fármaco contra el insomnio
En un estudio publicado recientemente en la revista The Lancet, se demuestra la eficacia de un nuevo fármaco en el tratamiento del insomnio transitorio. Se estudiaron 411 individuos sanos a los que se provocó un insomnio transitorio y que después fueron tratados con el fármaco (tasimelteon) o placebo, media hora antes de acostarse. Se demostró que el tasimelteon acortó el tiempo que se tardaba en conciliar el sueño e incrementó también la calidad del sueño comparado con el placebo. No se produjeron efectos secundarios. Este nuevo fármaco, agonista de la melatonina, podría revolucionar el actual arsenal terapéutico contra el insomnio ya que, hasta el momento, las opciones de tratamiento son en su mayoría fármacos tranquilizantes como las benzodiazepinas. 
Cada vez nos acostamos mas tarde 
  Nuestras vidas van perdiendo los horarios. La televisión por cable, Internet y comercios que permanecen abiertos toda la noche están modulando nuestra percepción del tiempo. Esta libertad horaria está transformando nuestros hábitos de sueño.
 Un estudio realizado por la compañía ACNielsen analizó los hábitos del sueño en diferentes países de todo el mundo basándose en una encuesta realizada por Internet a 1.500 usuarios.  Los datos muestran que cerca de un 37% de la población mundial se va a dormir más tarde de la medianoche. Este porcentaje es parecido en Europa (32%) y en EE.UU. (34%). Sin embargo, la cifra se dispara entre los españoles, ya que el 45% asegura irse a la cama entre las 12:00 y la 1:00 de la madrugada, y otro 20% más tarde de la 1:00. Sólo el 35% se acuesta antes de las 11:00. No obstante, el récord se lo llevan los portugueses, ya que tres de cada cuatro siguen despiertos pasada la medianoche. 
Por otro lado, los primeros en irse a la cama son los noruegos y los finlandeses, que se acuestan antes de las 11:00. Estos últimos también son los que duermen más junto con los daneses y los franceses: 65% de la población duerme unas ocho horas diarias. Nuestros abuelos consideraban saludable dormir una media parecida (de ocho a nueve horas) pero, en la actualidad, en nuestro país, este número se ha reducido a siete u ocho.