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martes, 27 de octubre de 2015

El Lanús real frente al Lanús que nos quieren vender

 por Omar Dalponte*

omardalponte@gmail.com  

Sin ninguna duda, desde algunos medios de comunicación y no pocos centros de operaciones que procuran crear un clima de disconformidad, de intranquilidad y de inestabilidad respondiendo a intereses contrarios a nuestro pueblo, se miente descaradamente y se trata de instalar el miedo y el desánimo para perturbar el proceso de bienestar que felizmente progresa en nuestro país con proyección latinoamericana y reconocimiento a nivel mundial.
Lamentablemente, hasta en nuestra propia ciudad no faltan las voces de la negatividad y de la desesperanza que, en verdad, no ven nada bien y que, como dice algún tango, ya no creen ni en sí mismos. Claro que estos fabricantes y mensajeros de malas ondas qué siempre esperan que el Coyote se coma al Correcaminos, dedican demasiado esfuerzo para nada. Porque, en verdad,  la mini izquierda delirante y resentida -históricamente
funcional a la derecha- y los “contreras” que militan en el canibalismo político no despiertan ningún entusiasmo en las masas argentinas. La prueba contundente e indiscutible la brindan los resultados electorales. Si no hay votos es porque no hay apoyo y si no hay apoyo es porque la inmensa mayoría del pueblo no presta atención al griterío de las sectas ni a la histeria envenenada de los “antitodo” que prefieren ser preservativos de las clases dominantes por odio al ascenso social de los humildes.
En nuestra ciudad ocurren episodios graves y somos conscientes que no vivimos en un lugar de maravillas. Aquí hay situaciones de inseguridad y todavía existen sectores postergados que alguna vez deberán tener un lugar bajo el sol. Aquí hay problemas de salud, vivienda, trabajo y educación que deben ser tratados y solucionados lo más pronto posible. Nadie puede negar realidades que preocupan y lastiman. Pero también es innegable que el gobierno encabezado por el Dr. Díaz Pérez hizo todo lo que pudo, en todos los aspectos, para mejorar la calidad de vida de los vecinos.
Desgraciadamente, quienes criticaron, difamaron y jamás apoyaron nada de lo muy  positivo que se ha logrado, fueron capaces de aportar una sola idea. En los ocho años de gestión del actual intendente no ha quedado registrado un solo gesto de acercamiento, concreto y público de determinados personajes que sólo ocuparon su tiempo vomitando estupideces y mentiras. Pero no seríamos justos si no reconociéramos que en el ámbito del Honorable Concejo Deliberante hubo señores concejales de la oposición que, sin dejar de marcar sus diferencias, tuvieron una actuación constructiva, civilizada y democrática que contribuyó mucho a la consolidación institucional y a la realización de importantes obras.
En el Lanús real, el de todos los días, que nada tiene que ver con la imagen de tierra arrasada que cierto periodismo procura instalar sin éxito, hay un pueblo que trabaja, estudia, crea y busca caminos de progreso individual y colectivo. Aquí está el trabajo fecundo de las instituciones populares y oficiales con resultados admirables. Hemos realizado centenares de actividades solidarias, culturales y políticas. Hemos creado foros de análisis, reflexión y opinión en los cuales discutimos la realidad Argentina e internacional. Allí está, en ese lugar emblemático de Remedios de Escalada, la magnífica Universidad de Lanús donde miles de estudiantes y miles de adultos mayores  concurren todos los días a nutrirse de  más y mejores conocimientos. Allí está nuestro Consejo Social Comunitario de la UNLA,  auténtica creación popular que vincula a la sociedad con la Universidad sumando iniciativas a favor de la comunidad. Aquí tenemos, entre nosotros, profesionales de la talla de la Dra. Andrea Gamarnik, científica nacida  en Lanús, educada en nuestras escuelas públicas, hoy reconocida entre una de las grandes personalidades de la ciencia a nivel internacional  que recibirá una distinción nada menos que en La Sorbona, histórica Universidad de Paris.
Los de afuera, la vocinglería periodística que no conoce nuestro territorio y algunos locales que transpiran bronca, pueden decir cualquier barbaridad. Que las digan, pues jamás podrán ocultar nuestros valores ni cambiar la realidad. Porque resulta imposible tapar el cielo con las manos.  
  (*) Iniciativa Socialista