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jueves, 20 de abril de 2017

AGR/Clarín: represión y zona liberada

por Lisandro Martínez*

  El 7/4/2017 policías, gendarmes y barrabravas, participaron de un operativo militar que muy temprano rodeó las calles adyacentes, a mediodía se iniciaron aprestos de guerra civil con centenares de policías armados, incluso con metralletas y otras armas de fuego -hecho admitido por el jefe del operativo policial-, decenas de micros con tropas y otros efectivos se ubicaron cerca de la planta. El grupo Clarín exigió al Estado policías con escaleras en las puertas traseras, listos para ingresar por los techos de AGR ocupada por sus obreros desde el 16/1/17 cuando la empresa despidió a 380 operarios gráficos de la más alta calificación profesional, mayoritariamente con más de 20 años de antigüedad, que imprimían con máxima calidad todo tipo de revistas –Viva, Genios, Rumbos, Jardín, Cablevisión, Guías telefónicas, libros escolares, folletería, fascículos, folletos, etc.-. El 50% de esta producción se exporta, ya que AGR se destaca por su maquinaria de avanzada. Por lo tanto queda establecido que el despido masivo fue un claro lockout patronal, prohibido por leyes en vigencia. 
   Clarín desde el inicio de la ocupación pacífica impuso aprestos represivos y servicios de inteligencia del Estado, con aparatos satelitales de captación de llamados y filmación que rodeaban ostensiblemente la planta y que fueron denunciados por espionaje ilegal, pero que aún permanecen allí.
   Como lo señaló el comunicado de la Interna Gremial “es un cierre fraudulento, ilegal, sólo
para despedir al total de los trabajadores y reemplazarlos por precarizados. Clarín busca quebrar la organización gremial”. A todo el accionar trucho de la patronal y del magistrado funcional, se suma que en noviembre de 2016 Macri, los empresarios y la CGT acordaron evitar despidos hasta marzo de 2017 “para darle certeza a los trabajadores de un compromiso común para generar nuevos empleos y preservar los existentes” (Telam 23/11/16). Sin embargo, Clarín pisoteó el acta firmada y despidió en Enero. La acción de los otros firmantes –Macri y la burocracia-  caracteriza a una asociación ilícita de ajustadores y negreros.  
   El desalojo que venía circulando de boca en boca y por las redes a modo de falsa alarma se corporizó luego en un operativo de intoxicación de yutas, gendarmes y patotas disfrazados de polis. Los trabajadores de Asociación Gráfica Rioplatense votaron en asamblea el retiro pacífico de la planta para evitar gases comunes y pimienta y más golpes y balazos de goma como ya habían recibido el 17/2/17 cuando la yuta y otros represores intentaron desalojar a los trabajadores dejando algunos heridos.
   La orden de allanamiento y desalojo había sido dictada por el juez Pablo Casas, subrogante del juzgado contravencional N°14. Pablo Casas encabezó el ranking de los más favorecidos por los nombramientos en masa producidos en la última sesión del Consejo de la Magistratura porteña en 2010, en la cual se votaron decenas de nombramientos y ascensos, favoreciendo a familiares y amigos de los propios integrantes del Consejo -dice Clarín del 19/1/2011- “Hasta el propio jefe de Gobierno, Mauricio Macri se interesó en el tema y se mostró indignado con la maniobra”.
    El juez Casas es un obediente funcionario de las patronales que pujan por acabar con los convenios colectivos y los derechos obreros. El juez arrasó con los derechos adquiridos y no ordenó ningún tipo de mediación entre las partes, ya que la totalidad de los empleados de AGR son despedidos sin ningún motivo ni crisis empresarial alguna.
  Antes de dejar la planta e instalar la carpa del aguante en la puerta del taller, los obreros recorrieron la empresa y registraron el lugar -cámara en mano- con los efectivos policiales dejando constancia que instalaciones y rotativas estaban en perfecto estado. Al salir los trabajadores le reclamaron a la Federación Grafica Bonaerense (FGB) y a la CGT un paro Nacional y un plan de lucha contra el ajuste, los despidos, la represión y para que se produzca la reincorporación de todos los despedidos. 
  Además señalaron que dentro de poco se viene la Feria del Libro, que es el acontecimiento más importante del Grupo Clarín, con lo que se entiende irán a visitar la muestra con sus reclamos como ya lo hicieran el año pasado cuando “celebraron” los bajos salarios pagados por el monopolio mediático almorzando sándwiches de lechuga frente a la entrada de ese evento anual.
  Antes del desalojo se produjeron varias movilizaciones de AGR, una de ellas desde la FGB a Plaza de Mayo y luego al Ministerio de Trabajo donde el ministro Triaca rechazó atenderlos. Este comportamiento del hijo de aquel burócrata define los genes del empleado del mes, quien hizo todos los méritos para recibir la cucarda que le imponga la patronal retribuyéndole el trabajo sucio realizado. 
  El 8/3/17 la comisión interna de AGR informó que recibieron noticias de una inminente provocación de las fuerzas represivas y de unos 100 barrabravas contratados para que desalojen la planta y convocó al pueblo, a las organizaciones obreras, sociales, políticas y de DDHH a movilizarse ya que esto no es nuevo; padecimos a barrabravas en los conflictos del Casino, el Hospital Francés y en la lucha de los tercerizados donde una patota de la patronal y la burocracia sindical asesinó a Mariano Ferreyra.
  Los despedidos de AGR Clarín lanzaron la “Revista Viva… las luchas obreras” impresa a todo color en la planta de AGR para con su venta sostener a los trabajadores y sus familias durante la ocupación y la lucha. 
  Instalada la carpa de obreros de AGR, se realizan actividades, shows artísticos y visitas de delegaciones para reforzar a los compañeros. El 15/4 cuatro compañeros que se dirigían a AGR fueron asaltados en la Av. Perito Moreno. El asalto fue llamativo ya que los compañeros transitaban por la avenida muy iluminada y con varios retenes represivos y camiones satelitales instalados las 24 horas, lo que supone zona liberada a 150 metros de AGR para desalentar las visitas; estamos en presencia de una patronal que creció con la dictadura y la apoya un gobierno que se desespera por usar el garrote. 
  La clase obrera intervendrá más temprano que tarde haciendo tronar el escarmiento; mientras, el capital tira todo el tiempo leña al fuego.
  Viva la lucha de los obreros de AGR.
Que se abran los libros contables del Grupo Clarín a fin de desmentir cualquier crisis.  
Reincorporación de todo el plantel.
No a los métodos de guerra civil contra la clase obrera.
  (*) Del Partido Obrero