El tremendo equipo es un acoplado que debe ser enganchado en un camión o semi para que lo remolque. Y todo el “trabajo” se realizó en las calles semidesiertas y silenciosas por la cuarentena.
El generador estaba ubicado en el predio de un templo evangélico -cuyo portón estaba cerrado con candado- aledaño a la sala. “Se lo robaron en las narices de la gente de la sala entre el jueves y el viernes, y el director ni lo sabía. Encima que no hay vacunas, ni materiles ni equipos para afrontar la pandemia ahora no vamos a tener luz cuando se corte la de línea”, le comentaba a La Defensa un trabajador de esa sala municipal.