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sábado, 28 de octubre de 2023

Ni Massa ni Milei: fuera el FMI

por Lisandro Martinez*

Masa y Milei ¿son iguales? Y… el cuento de la buena pipa

Milei y Massa persiguen los mismos fines que “la Malinche”: propician el saqueo del erario nacional y quieren abrir la economía argentina para que los pulpos internacionales vacíen nuestras riquezas. Que Miriam Bregman todavía asegure que “Massa y Milei no son lo mismo”, a esta altura es por lo menos sospechoso. Que una persona adulta como ella haya caído en una trampa tan ingenua llama la atención y es difícil creerle aunque venga de caperucita roja.  Cuando Massa le preguntó a Bregman si realmente le parecían "lo mismo" él y Milei, fue una operación clásica de las llamadas “tomadas de pelo”, esta vez manipulada por equipos comunicacionales de un estafador “serio” como Massa, quien así se burló de todo aquel que quiera posar de ingenuo. “La gastada” nos retrotrajo a nuestra infancia y nos recordó al “cuento de la buena pipa” que por más vueltas que dieras la respuesta que encontrabas era: ¿querés que te cuente el cuento de la buena pipa? Milei y Massa son lo mismo aunque juegan distintos roles como los punguistas del bondi: uno “tiende la ropa” (molesta) para distraer al pasajero elegido para afanarlo mientras el otro chorea tranqui, en este caso con sus políticas fondomonetaristas. Pero desde los intereses sociales y nacionales que representan, Massa y Milei son decididamente lo mismo.

El voto en blanco, el que no fue a votar y el que lo impugnó

  Aunque el voto en blanco del 22/8/2023 fue menor que en las PASO, el 13/8 hubo 1.356.480 votos en

blanco y el 22/8 votaron de esa manera 540.563. Los comicios del 22/8 marcaron un retroceso del 3%
con respecto a las presidenciales de 2019 cuando acudieron a las urnas el 80,42%. Esta vez fue el 77% y fracción. El índice de participación electoral reflejó el ausentismo ciudadano, que indudablemente se profundizará en el ballotaje, donde dos representantes del FMI se disputan el derecho a dejar “en pelotas” a los trabajadores, aunque el FITU diga que los candidatos no son iguales. Por supuesto “el loco de la motosierra” no es igual “al hijo del chancho Alsogaray” pero para la faena a la que los han preparado en la universidad privada -uno con sonrisas y besitos en la nuca y el otro quitándote los trapos a manotazos- tienen el mismo fin: que el pueblo se entregue, afloje y nos prometen que en diez años estamos como nuevos y ya cicatrizó todo lo que nos rompieron.

En medio de la crisis social, económica y política de las últimas décadas que raja las paredes, una encuesta de Poliarquía revela una caída de la confianza del electorado en la democracia como sistema de gobierno. La izquierda, en lugar de dar todas las explicaciones sobre un sistema económico acabado como el que padecemos que sólo trae dolor y hambre, en vez de proponer un gobierno de la clase obrera y de los que menos tienen, marchando hacia una nueva sociedad, nos distrae con la franela que ofrece Massa.  El Frente de Izquierda presenta a Massa como un tipo “desclasado”, “diferente” que nos va a operar a corazón abierto sin que suframos dolor, propiciando que los saqueadores internacionales sigan tirando manteca al techo.

Milei y Massa van al ballotaje para definir quien se encarga de destripar económicamente a la nación en favor de los acreedores. El gran espantajo para la izquierda “democrática” del PTS/PO es que no vaya a triunfar Milei pero en cambio aceptan “al hijo del chancho Alsogaray” porque es diferente, manosea y besuquea a una izquierda trucha que le va a abrir camino.  Massa empieza a acosar a la pequeña burguesía -la ilustrada y la embrutecida- para que no deje de apoyarlo contra el candidato de la barbarie y las puteadas. No hay que llevarle el apunte ni al descuartizador ni al lobo vestido de Caperucita y tampoco a los izquierdistas que dicen: “Aflojá las nalgas que esto pasa rápido”. Estamos en presencia de uno de los intentos más profundos de ataque a las condiciones de vida del pueblo trabajador que vive en este país.

Las internas que perdió el PO oficial

  Este es un gran momento para revisar atentamente que pasó en la Interna entre el PO y PTS en agosto de 2023. El PO es un partido más estructurado y con más militantes que el PTS y cuenta con organización en cientos de barriadas que responden al Polo Obrero, pero algunos señalaron con absoluto desconocimiento de la realidad, que “los delegados de base sindicales del PTS le ganaron a las ollas de los movimientos sociales: Polo Obrero”.  El Polo Obrero es una organización de miles con quienes no pueden competir numéricamente los pocos activistas sindicales relacionados con el PTS. Por lo que hay que revisar dos problemas: uno la politización del Polo Obrero que estuvo en manos de la dirección del PO desde el 2001 hasta que la organización de desocupados de la mano de un cualquiera pasó a ser una clientela obediente. Luego están 3 docenas de activistas que intervinieron en la Interna de la izquierda junto a varios cientos de votantes traídos de la mano por el kirchnerista Juan Grabois que sumó 442.085 votos. En esa instancia de la interna del FITU, la fórmula Bregman/del Caño aplastó al dúo Solano/Ripoll obteniendo 442.085 votos, triplicando al PO que obtuvo 186.808. La desmedida concurrencia de uno y otros a votar ¿no le parece a cualquier integrante de la izquierda un desmedido disparate? Grabois se retiró del lugar de la interna mirando fijamente a los ojos a su amiga Bregman señalándole: “Me debés una”. Es más que seguro que en el ballotaje tanto Grabois como Massa pasen a cobrar esa factura pendiente y no hay que descartar que la propia dirección del PTS haga circular “el voto castigo contra Milei”.         

 Bregman del FITU en las elecciones del último domingo obtuvo el 2,69%, 7 centésimas más que los votos de las PASO y sumó un 18% de los votos de la izquierda que quedó en el camino, sumando 684.972 votos e incorporando a su bancada un quinto diputado. Pero eso no alcanza y pone en debate abierto a quien va a apoyar el FITu, aunque se avizora que “el besuqueador” (Massa) tiene el visto bueno de Bregman para el ballotaje.  Según su propio balance, el FITU obtuvo menos votos (628.893) que en las elecciones de 2015 (732.851) y en 2019 (723.147 votos). El PTS ve una ratificación del FITU como referencia, pero lo único ratificado es la tendencia decreciente de votos para el frente. Con el avance de la derecha populista hay un retroceso del FITU, que perdió  125.000 votos comparando las PASO 2019: 13% menos de votos.

   (*) De Política Obrera