En el centro de Lanús este
Los vecinos de la manzana delimitada por las calles Cabrero, O’Higgins, Domingo Purita y Oncativo, zona residencial cercana al centro de Lanús este, llevan más de tres años de suplicio a causa de la instalación ilegal en 2022 de una fábrica clandestina de pan de miga, montada en un amplio galpón con frente de vivienda sobre la calle Ramón Cabrero1421. Se tratade un terreno largo que linda con los fondosde las propiedades que dan a Domingo Purita. Durante estos años los vecinos de tres importantes y muy transitadas calles -Cabrero, Oncativo y Purita- debieron soportar ruidos más que molestos, altísimas temperaturas y una invasión de ratas que se alimentan de la basura que esta “fábrica” acumula en su fondo a cielo abierto, recibiendo como respuesta a sus reclamos todo tipo de amenazas y trato irrespetuoso. De nada sirvieron las notas presentadas en la secretaría de Industria del Municipio de Lanús durante todo este tiempo. “Cada vez que hubo una inspección, y fueron varias, todo siguió igual, nada cambió”, le dijo a La Defensa uno de vecinos más activos en esta larga lucha. “Según pudimos averiguar, el contrato venció en febrero. En marzo nos dijeron que se quedaban hasta junio. Creemos que más no van a permanecer, pero no dejamos de estar atentos. Las paredes de muchas de las antiguas propiedades se han resquebrajado a causa del calor y los golpes que reciben cuando almacenan la mercadería. Algunas sufrieron caída de mampostería tanto como grietas en paredes y techos”, explicó.
El 15 de abril pasado, varios de estos vecinos fueron recibidos por el presidente del Concejo Deliberante, Agustín Balladares, a quien le entregaron una nota con todos los pormenores de esta irregular situación. Balladares prometió hacer todo lo que estuviera a su alcance para resolverlo.Todo indica que su gestión fue rápida y eficaz: En la mañana del martes 29 de abril, la fábrica clandestina fue cerrada por una inspección municipal que colocó dos fajas de clausura con la firma del inspector Aramis Mainhard. Los vecinos, ahora más confiados seguirán en estado de alerta hasta que este largo calvario termine definitivamente.
Marcelo Calvente