Entre el golpe gorila en Argentina y la revolución cubana: Una alegoría del imperialismo
por Lisandro Martinez*
Es notable como los medios se empeñan en despolitizar el guión de El Eternauta para que se vea sólo como una catástrofe climática ¡sin responsables! Dos años antes de publicarse el texto de Héctor Oesterheld se produjo el bombardeo a Plaza de Mayo. El peronismo fue proscripto y coparon el país “los gorilas” fusilando a 12 personas. Murieron 5 y 7 sobrevivieron. El empeño de Oesterheld estuvo dirigido a sacar a la luz el saqueo del imperialismo sobre Latinoamérica, sus pueblos. Abordó el imperialismo en varios de sus estudios, especialmente en 450 años de guerra contra el imperialismo y en El Eternauta. En el primero presenta una visión crítica de la historia de América Latina desde la perspectiva de la lucha contra la dominación extranjera, mientras que en el segundo utiliza la ciencia ficción para denunciar la invasión imperialista, ya sea extraterrestre o humana.
Eran tiempos muy duros pero dinámicos y si bien el golpe triunfó en Argentina, la Revolución Cubana sacó a la luz que estábamos maduros para la revolución latinoamericana. En 1957 lo pasábamos mal con la guita. Mi vieja ganaba poco, mi hermana de 15 entró de vendedora en una mercería y yo con 11 celebré que Doña María, que abría su kiosco de diarios desde su ventana del comedor, me propusiera distribuir diarios de 6:00 a 9:00 pagándome $300 al mes. El kiosco recibía matutinos nacionales, algún
diario internacional y revistas como Bohemia escrita por intelectuales cubanos al galope de la epopeya.Doña María recibía un caudal de revistas en general y de historietas en particular de aquella época que yo leía con el acuerdo de hacerlo “sin ajarlas ni mancharlas”: El Tony, Rayo Rojo, Misterik, Puño Fuerte, Bucaneros, Fantasía, D´Artagnan, El Gorrión, Intervalo, Frontera, Hora Cero y otras, a $1 o 1,50 y la mayoría las leía mientras tomaba la leche entre las 9 y las 10 de la mañana. La renovación del material era semanal. Aquellos 2 alimentos fueron impagables. Iba a 6º grado de 17:00 a 21:00, con jóvenes adultos y hombres, ahí participe de una huelga de “Laica o Libre”. El primer número de El Eternauta en la revista Hora Cero apareció el 4/9/1957 y continuó durante 2 años hasta el 9/9/1959. Su publicación era un espacio político, las historietas ilustraban calles de barrios con publicidad de YPF, Cinzano, etcétera e incluían grafitis políticos.La adhesión al peronismo de Héctor y sus compañeros se profundizó cuando con Leopoldo Durañona produjeron para la revista El Descamisado de Montoneros, una serie donde reconstruyeron el relato histórico-pedagógico con historietas que legitimaran ideológicamente a los Montos ante al imperialismo. Fue una obra inconclusa y polémica porque tomaron equívocamente como sujeto central a un movimiento nacionalista burgués pro patronal, negado para conducir una revolución contra los capitales que Perón defendía. Esa contradicción aquella generación la pagó con miles de vidas.
El Eternauta proponía ver las posibilidades del lenguaje historietístico para sacar conclusiones sobre el imperialismo en Argentina de los ‘60 con los monopolios ya instalados. El Eternauta comienza con el guionista (Oesterheld) sentado en su casa solo en su escritorio, cuando un hombre se materializa frente a sí. A partir de allí el guionista escucha el relato de Juan Salvo, “el Eternauta”. Salvo, además de relatar una serie de eventos, comenta y analiza sucesos que él viene de vivir. En un cuadrito de la historieta una radio avisa: “El planeta Tierra está siendo invadido”. Son 6 palabras que sitúan al lector frente al desastre humano en ciernes.
La primera escena de la serie estrenada en Netflix transcurre en un velero en medio del río, 3 amigas (los responsables del film consideran que en la obra de Oesterheld hay pocas mujeres) navegan cuando una luz verde ilumina el cielo, la costa desaparece en un apagón masivo y un copo de nieve cae sobre cubierta en pleno verano. Este comienzo adelanta que difícilmente el guión siga la obra consagrada de Oesterheld. Hora Cero publicó un número especial en un solo pliego de diario sábana (70 x 50 cm.) de varias escenas a todo color de El Eternauta, ese material lo extravié en mudanzas a las que las circunstancias me obligaron. En esos traslados siempre cargamos una biblioteca de cientos de libros, materiales y revistas (nuestro tesoro). En mi adolescencia entendí que el Eternauta estaba destinado a mí por sus planteos independientes y colectivos a la vez y así fue que me ligué con todo al Eternauta y atesoré del primero al último número de la serie. El impacto historietístico fue profundo. A los 14 ingresé a La Escuela Panamericana de Arte donde daban clases de dibujo “12 grandes artistas”, entre ellos el mismo Breccia, Garaycochea, Daniel Haupt, Pablo Pereyra y otros. Esa escuela formó dibujantes e ilustradores, yo pretendía ser uno de ellos y la “oportunidad” me llegó años después con el golpe del ‘76 que me obligó a cambiar de profesión pasando a trabajar free lance como ilustrador en agencias de publicidad. Constaté más de 50 años después que acerté abrazando el mensaje colectivo enviado por el geólogo Héctor Oesterheld: Macri en 2012 en CABA prohibió que El Eternauta ingresara a las escuelas con el mensaje de unir a los que luchan. Oesterheld no solo escribió para los demás sino para sí mismo ya que frente a los distintos golpes, incluso el terrorismo de estado, no fue un espectador sino que eligió organizarse y organizar para enfrentar a los monopolios y a su régimen.
¡Arriba los sesentistas!
En 1969, Oesterheld creó junto a Alberto Breccia una nueva versión de la primera historieta de El Eternauta a pedido de la revista Gente, que revestía un carácter de denuncia directa, acorde con la evolución política que Héctor maduraba con sus estudios del imperialismo. Las grandes superpotencias, que en la primera historia son los personajes principales, incapaces de derrotar al invasor, aparecen traicionando a Latinoamérica y entregándose al imperialismo para enriquecerse. Esta versión fue pésimamente vista por la dirección de Gente y por la dictadura de Ongania quien recibió muy disgustado el trabajo. Ongania era EEUU en Argentina.La publicación de la historieta problemática fue suspendida. Como causa del final abrupto los lectores reaccionarios de Gente señalaron el desagradable estilo realista de los obreros creados por Breccia y el tono sombrío del relato, que no coincidía con la línea editorial tontiloca de Gente ni con el perfil desclasado de sus lectores.
El 29 y 30/5/1969 los sindicatos de Córdoba iniciaron una de las movilizaciones de masas epopéyicas, “el Cordobazo”, movimiento de huelga obrero-estudiantil que se levantó contra el régimen de Ongania y lo tiró abajo. El Cordobazo se convirtió en un hito de la resistencia popular contra la Revolución Argentina. Fue una huelga general de 37 horas que reclamó derechos y libertades. Justo ese día la patronal de Gente publicó en sus páginas la historieta El Eternauta que llegó a Córdoba reforzando la acción colectiva frente a la avidez patronal. 68 años después de su gestación desconozco por qué conjuro, mí tan querido texto de El Eternauta ha vuelto como miniserie de Netflix. El Eternauta es una adaptación de un enorme texto sesentista y representa nuestras luchas. La serie cambió momentos históricos, lugares, nombres, edades, pero no puede a pesar del relato hasta aquí, dejar de señalar el ataque que el imperialismo perpetúa sobre nosotros. Las desapariciones del historietista, sus 4 hijas, 3 yernos y 2 posibles nietos nacidos en cautiverio, señalan a una familia militante que la práctica genocida del terrorismo de estado en la Argentina, diezmó como a tantas otras para detener el cambio. Sus biógrafas, Fernanda Nicolini y Alicia Beltrami, lo explican con claridad: No se trató de aniquilar a Oesterheld sino a “las” y “los” Oesterhelds en plural, a los héroes del colectivo por el que militaron él, su familia y un pedazo grande de nuestra generación.
Con todas las virtudes y defectos la serie de Netflix tiene el enorme mérito de volver a enrostrarle a los desaparecedores de personas y su régimen del capital que aquí no se rindió nadie, que estamos precalentando. Que en los jardines de infantes ya cursan los futuros organizadores de las luchas. Que de cada una de las casas de estudios, de las universidades y de las fábricas saldrán nuevos Oesterheld que construirán un mundo basado en las ciencias, la solidaridad y los conocimientos humanos de avanzada sin explotados ni explotadores.
(*) De Política Obrera