Después de la tormenta, a Lanús llegó el tormento de Edesur. Práctticamente el distrito quedó a oscuras. No se salvó ninguna localidad del apagón. Valga lo que sucedió en la zona de esta redacción para ilustrar el calvario de “pertenecer” a Edesur: La oficina de La Defensa como cientos de vecinos de Lanús este, depende para el suministro eléctrico de una cámara subterránea -en lugar de estar sobre nivel y con plataforma- ubicada en la vereda de Salta 2128. A esa cámara, vetusta y sin mantenimiento ingresa el agua por arriba y por abajo. Y a las 5:00 del sábado se le rompió la bomba de achique y se cortó la luz en toda la zona, que retornó pasadas las 23:00 del domingo. Pero desde el mismo momento del apagón comenzaron las mentiras de Edesur: Que el servicio se normalizará ”dentro de cuatro horas”, o “a más tardar en horas de la tarde” y así desde el sábado por la mañana hasta anoche mantuvieron a los vecinos todo el sábado y todo el domingo. Mientras tanto, trataban de extraer el agua de la maldita cámara con una precaria bomba perif´çerica de un caballo. ¡Y le pedía Edesur a los bomberos que manden un camión para quitar el agua, cuando los servidores públicos -bomberos y Defensa Civil- estaban atareados en otros menesteres! Al final contrató la empresa de electricidad un camión chupador, puso una bomba nueva (¿puso una bomba nueva?) y se hizo la luz... Y por lo menos hasta la próxima lluvia, aquí estamos.
