A la media hora del suicidio del hombre de 68 años que se quitó la vida en la Iglesia Nuestra Señora de los Remedios (ver nota ayer) un incendio arrasó con su casa. Los agentes que intervinieron y estudian el suceso no salen de su perplejidad porque hay más: más o menos a la hora de haber concluido el trabajo, los bomberos tuvieron que retornar a De la Cruz 219, porque se había prendido fuego el quincho. Nadie puede explicar todavía qué sucedió en esa vivienda, donde los agentes de Defensa Civil y los bomberos, hallaron un bidón de nafta sobre un sillón, como si el hombre hubiera querido borrar todo vestigio de su vida.
Se sabe que este hombre vivía solo, que su único pariente conocido es un sobrino que vive en el sur. También tenía una señora que cuidaba de él en su casa de Escalada. “Hasta ahora nadie se apersonó a reclamar su cuerpo o a pedir información”, le confió un oficial a La Defensa.
