Hace unos días un equipo de Salud Mental y Niñez de la CPM dio seguimiento en la clínica que aloja un centenar de pacientes, incluidos niños y jóvenes, y habrían detectado “graves violaciones a los derechos humanos”, como torturas, tratos inhumanos y crueles y degradantes, y hasta violencia sexual, “uso de sujeción mecánica gravosa, suministro irregular de medicación, insuficiencia de personal para garantizar los cuidados frente a la cantidad personas alojadas ya que muchas requieren alto grado de apoyo para higienizarse, trasladarse o alimentarse; espacios con humedad, sin luz ni ventilación natural, matafuegos vencidos, material inflamable. Y además la omisión de intervención al Poder Judicial en cuatro muertes de personas internadas”.