Recién el jueves pasado volvió al municipio Carlos Ganduglia (foto) para tomar distancia de la represión que el viernes 29, los parapoliciales barrabravas desataron frente al concejo. El pago de esa “tarea” a los barrabravas lo había autorizado Ganduglia, virtual jefe de la task force de Nestor Grindetti. Ganduglia dicen que no tiene puesto formal alguno en la municipalidad -aunque se diga que está esta a cargo de Accion Crítica Política Social y Cooperativismo- pero es de hecho jefe de la guardia de corps del intendente. Revistan bajo sus órdenes el Fanfi Goncebate y Marcelo Monito Rodriguez entre otros “intelectuales”.
Ganduglia pasó de ser barrabrava en River a guardaespaldas de José María Aguilar en el club y fue señalado por la prensa -basta recorrer Google- como responsable de agresiones que sufrieron quienes se oponían al entonces presidente millonario.
Ubicado en la mesa chica de Grindetti, se sabe que Ganduglia es una de las causas por las que se alejó Carlos Walter de Lanús, aunque éste lo niegue.
Un político muy allegado al intendente, preocupado, le había prevenido hace un tiempo a La
Defensa: “Grindetti le tiene miedo a Ganduglia”.
Un profesional de la seguridad de un club grande, que estuvo vinculado a la Municipalidad de Lanús en la misma materia, le advertía hoy a La Defensa que “si Grindetti no se aviva y mete mano directa en el tema, pueda suceder una desgracia irreparable en Lanús con el tema de los barrabravas”.
Es que por estas horas cabe preguntarse si el intendente puede ser la solución de un problema que él mismo alienta: ¿Salió acaso a desmentir todo lo que este medio y otros publicaron sobre la represión barrabrava del viernes 29 pasado frente al Concejo Deliberante?
Desde su asunción se le ve a Grindetti rodeado de patovicas, hombres musculosos, matones, boxeadores y hombres de gimnasio, por todos lados donde camina.
¿Por qué Grindetti elige esta “seguridad” más digna de mafiosos que de funcionarios de la democracia? Sólo él y su historia pueden responderlo. Pero Lanús no merece estar en manos de barrabravas por más terror que tenga su intendente de ligarse algún sopapo...
Y lo cierto es que hoy por hoy, en ese tema, el jefe departamental Javier Villar y el secretario de Seguridad municipal Diego Kravetz, están de adorno.
