sábado, 23 de abril de 2016

La Defensa le arruinó el retiro espiritual a Grindetti & Co.

¿El diario Hoy -de hoy- también miente?
Fue tal la conmoción que causó la noticia del costoso retiro espiritual que Néstor Grindetti había organizado para sus doce apóstoles en el exclusivo  Polo Hotel Resort & Spa en Open Door, que sus acólitos salieron a decir que la orden de pedido fue una falsificación de algún empleado municipal. 
Nunca se atrevieron a mentir tanto las gestiones anteriores, de Manuel Quindimil y de Darío Diaz Perez: Ayer a primera hora de la mañana, mientras que en la municipalidad se daba marcha atrás al decreto que autorizaba la orden de pedido Nº3-301-72, salía quien la había emitido, el secretario Adrián Urreli, por radio inodoro a decirle a su amanuense Silvano Lanzieri, que el retiro espiritual se lo paga cada empleado (¿Un secretario que gana $20.000 por mes puede gastarse más de $5.000 en un día?). Luego, cerca del mediodía llamó a La Defensa el jefe de Prensa Fabián Fernandez para decir que
era una nota falsificada la que se reprodujo: -¿Está firmada acaso?- dijo el inexperto muchacho pretendiendo tomarnos de tontos.
  Lo cierto es que a primera mañana, ayer dieron marcha atrás el decreto que autorizaba el exhorbitante gasto y luego vaciaron los archivos de las computadoras, ante el anodadamiento de los empleados que no lo podían creer. Luego por dos fuentes distintas La Defensa pudo corroborar que la orden de pago ya estaba lista.
  Y por supuesto, entre la versión de empleados de la carrera municipal y la de los recién llegados grindetti’s boys no hay dudas sobre a quien creerle. Debe haber sido tanta la vergüenza que habrá sentido Néstor Grindetti al ver su iniciático retiro espiritual al descubierto que decidió dar marcha atrás, sin vacilar en enlodar la imagen de La Defensa, antes su medio más admirado.
  María Eugenia Vidal debe haber vivido algo parecido cuando los medios descubrieron que este mismo fin de semana ella había organizado una estudiantina parecida en el mismo sitio, pagadero con las fundidas arcas provinciales (foto).
  Al parecer este tipo de retiro espiritual es una práctica macrista de siempre. Es una suerte de rito iniciático, en el que los miembros selectos de un gobierno o empresa, aprenden a ser mejores compañeros mediante charlas que les imparten gurúes motivacionales. En este caso sirvió para profundizar la brecha que entre jerarcas «importados» y municipales vernáculos, viene abriendo Grindetti desde que asumió como intendente.