martes, 4 de diciembre de 2018

Calorías negativas

por Alejandro Chitrángulo

Tenemos la tendencia a creer que todo lo negativo es malo pero en este caso ocurre todo lo contrario: los llamados alimentos de calorías negativas pueden ayudarnos a perder peso saludablemente sin renunciar a importantes nutrientes. 
La gran mayoría de los alimentos e ingredientes tienen calorías. Las calorías son las medidas de energía acumuladas en los alimentos y que nuestro cuerpo guarda en los tejidos y consume en las actividades diarias. No existe ningún alimento en la naturaleza que tenga un número negativo de kilocalorías. Algunos autores han utilizado el término “negativas” porque el balance entre la energía que aporta el alimento y la energía que se requiere para procesarlo por parte de nuestro sistema digestivo, es negativo.
La teoría de las calorías negativas, que no está formalmente aceptada por la comunidad médica ni otras ciencias biológicas, propone que las calorías que se ingieren con ciertos alimentos, especialmente alimentos industriales, se gastan en la propia digestión de estos alimentos. Y no solo las calorías del alimento son quemadas sino que algunas calorías extra harán falta para la digestión de estos alimentos.
Son calorías negativas cuando el cuerpo gasta más calorías en metabolizar los nutrientes que la cantidad de calorías que el alimento aporta por sí mismo. En especial se refiere a las proteínas, ya que su aporte calórico es de 4 calorías por 1 gramo aproximadamente, pero para poder metabolizarse, el cuerpo gasta 8 calorías. Es decir, las proteínas de alta calidad o con buena biodisponibilidad, tienen un saldo final de -4 calorías, es por esto que muchas dietas cetogenicas altas en proteína tienen un gran éxito en la reducción de peso aunque no sean hechas al pie de la letra, porque hacen que el sistema digestivo constantemente este
gastando energía para poder metabolizar los nutrientes que aporta la dieta.
Lista de alimentos de calorías negativas
Verduras: Espárrago, berenjena, remolacha, brócoli, coles de Bruselas, repollo, zanahorias, coliflor, apio, achicoria, col china, pepino, berro, hojas de diente de león, escarola, hinojo, ajo, alcachofas, judías verdes, puerros, limones, lechuga, arvejas, mooli (rábano japonés), champiñones, cebollas, rábanos, algas, espinacas, calabaza, tomate, nabo, calabacín.
Frutas: Manzanas, damascos, banana, frutillas, arándanos, melones, moras, cerezas, higos, grosellas, naranjas, uvas, ciruelas, guayabas, kiwis, níspero, duraznos, peras, caquis, piña, ciruela, granada, higo, frambuesas.
Frutos secos: Almendras, nueces, castañas, cocos, avellanas, maní, piñones, pistachos.
Alimentos varios: Queso bajo en grasa, yogur descremado, pepinillos, canela. Pescado hervido fresco, muesli, copos de avena, lentejas, carne de pavo, claras de huevo.
Lo importante es conocer cuáles son estos ingredientes que al final del día nos nutren pero causan un “déficit” de energía y cuáles también son lo contrario, y así poder balancear alimentos que nos brinden no sólo calorías, sino también las decenas de nutrientes no-calóricos que necesitamos, como fibra, antioxidantes, vitaminas, minerales, fitoquímicos y otros compuestos benéficos.
Consumir alimentos con “calorías negativas” puede ser útil y ayudar pero la única manera de perder peso sigue siendo aquél aburrido, antiguo y tan exitoso método: comer menos calorías que las que se queman con ejercicio.