lunes, 6 de mayo de 2019

Candidatos y candidatas: ¡avivar el seso!

por Omar Dalponte*

omardalponte@gmail.com

En el espacio que se dice opositor, algunas fuerzas políticas, por su número y capacidad económica, tienen mayor posibilidad de obtener buenos resultados en las próximas elecciones que las agrupaciones más pequeñas y con menos recursos. Y se supone que esas fuerzas más poderosas son el peronismo kirchnerista y al peronismo no kirchnerista. Hasta ahora, cada uno de estos dos agrupamientos procura, por su lado, armar un dispositivo para disputar el gobierno nacional y los gobiernos  provinciales y municipales en el mes de  octubre luego de cumplir con las PASO
Por el lado de Alternativa Federal, por el momento, no se acaba de definir cuestiones importantes y todavía no es seguro si terminarán todos juntos o si, finalmente, habrá una subdivisión con Sergio Massa en una parte y Roberto Lavagna en otra. Por lo que se puede apreciar en los medios de comunicación,  Massa es quien se presenta como el más sólidamente plantado. Reafirma una posición opositora, ofrece propuestas comprensibles  y ya no proclama, como en otros tiempos, un antikirchnerismo cerrado. Roberto Lavagna aparece menos en los medios, se sabe que camina pero no se advierte que tenga llegada a las grandes mayorías. Buen candidato. Pero todavía no le quita el sueño a nadie. De seguir así, probablemente tenga más poder para perjudicar, restándole votos, a quien posea mejores posibilidades de competir con el macrismo, que para conseguir resultados favorables a él y su grupo. De todas maneras, de aquí a las fechas en que ocurran las definiciones de alianzas y candidaturas, pueden suceder acontecimientos que alteren el damero de la política. Y que todas las conjeturas del presente se den de nariz contra nuevas realidades. La política siempre es una caja de sorpresas.
En lo que respecta al Partido Justicialista, Unidad Ciudadana y esa constelación de organizaciones menores que triscan alrededor de estos dos sellos con capacidad para hacer
ruido, la certidumbre no es algo que pueda exhibirse como algo firmemente logrado. ¿Cristina será o no será?  Y si no es ¿Quién será el elegido? Ninguno asoma como el gran sucesor. Daniel Scioli, hipotéticamente, podría ser quien puede juntar más porotos que el resto.  Tiene en su haber cosas que otros no poseen: el recuerdo del casi cincuenta por ciento de los votos obtenidos en 2015, presencia en todo el territorio nacional, un alto conocimiento en todo el país y haber acertado en algunas predicciones hechas en la campaña de hace cuatro años. Por esas cuestiones que tal vez pueda explicar mejor la sociología que la política, su imagen personal no es rechazada en porcentajes altos. Y eso ayuda. Algún “progresista” idiota de esos que siempre le buscan el pelo al huevo podrá arrojarle un par de cascotazos como en tiempos en que se entusiasmaron con Randazzo y facilitaron el triunfo del macrismo. Hoy vivimos otra realidad y sería muy bueno que bajo el paraguas de un Frente Patriótico se resuelvan las candidaturas en las PASO compitiendo Cristina, Scioli y tutti cuanti para que después, todas y todos los opositores de verdad, nos encolumnemos detrás del ganador y pongamos todo lo que podamos poner  para liberarnos del flagelo macrista.
En la provincia de Buenos Aires no es menor el huerto sembrado de dudas. ¿Martin Insaurralde-Malena Galmarini de Massa? ¿Axel Kicillof- Verónica Magario? acaso ¿Fernando Espinoza? La receta más adecuada sería la misma que debería extenderse para la fórmula presidencial: Que decidamos los ciudadanos bonaerenses en elecciones primarias. Y que Dios ilumine y de fuerzas a los que  votemos y a los  elegidos. Porque enfrente de la fórmula opositora estará María Eugenia Vidal quien también, por esas rarezas de la política, tiene calzado un traje antiflama frente a la sociedad y sigue siendo muy fuerte electoralmente.
En territorio lanusense abundan los pre candidatos y pre candidatas que pretenden sacar a Cambiemos del gobierno municipal. Rebosan en las carpas de las diferentes expresiones del peronismo, existen en las cercanías de un aún probable Frente Patriótico y en la izquierda expresada por el FIT que sigue remando con envidiable voluntad y –seamos justos- con su reconocida coherencia.
Dentro del espacio que ocupan peronistas de diferentes matices y procedencias, cerca de una docena de candidatos y candidatas están realizando el paseo preliminar frente a las tribunas para ubicarse en las gateras y prenderse en la carrera electoral con destino a octubre. Todos y todas muy respetables y confiables. Esperemos que sepan comprender algunas cuestiones centrales. Es importante que haya una competencia en elecciones primarias a fin de que el que gane sea legitimado por el voto popular y los que pierdan sepan reconocer al ganador y acompañarlo en las elecciones generales. Es lo ideal, aunque tampoco uno puede hacerse demasiadas ilusiones porque los gestos de grandeza hay que buscarlos con lupa.
A esta altura de los acontecimientos, en el pago chico no está demás hacer un par de reflexiones. Respecto a quienes resolvieron disputar electoralmente uno supone que deben hacerlo para triunfar y ser conscientes de que, para lograrlo, hay que  cosechar los votos necesarios. Por lo tanto, para obtener esos sufragios es imprescindible convencer a los  votantes y para ello, tarea nada fácil, hay que explicar qué se quiere hacer, cómo y cuándo se hará y con qué recursos. También es menester darse cuenta que con doscientos afiches, alguna aparición en medios locales, charlando en algunos barrios con veinte o treinta conocidos y puteando a los que gobiernan, no es suficiente. Y entusiasmarse discurseando en actos de cincuenta, cien, quinientos o mil asistentes no significa mucho más que un balde de agua en medio del mar. En Lanús votamos más de trescientas mil personas ¿Cómo llegar al corazón de esas centenas de miles de almas? ¿Cuenta cada uno de nuestros candidatos y candidatas con los miles de fiscales necesarios para una elección? ¿Admitirá la junta electoral correspondiente, tal cantidad de candidatos o candidatas?  ¿Llenarán todas y todos los requisitos que marca la ley? ¿Cuenta cada uno de ellos y de ellas con el acompañamiento de personas que sepan cómo funciona el estado municipal y  encarar la gestión al día siguiente de sentarse en sus despachos? ¿No será mejor achicar la parada y evaluar si se está preparado para tal aventura electoral entendiendo que la situación actual es demasiado dramática como para anteponer las ganas y gustos personales a las necesidades de los vecinos?
El peronismo está obligado a recuperar el municipio de Lanús y para cumplir con semejante obligación necesita estar representado por las personas mejor preparadas. También, el peronismo bonaerense debe ser inteligente y proceder sin mezquindades en el armado de la fórmula para la gobernación provincial. Es imprescindible presentar una fórmula ganadora, y entonces no es descabellado preguntarse ¿Por qué no Cristina que es quien tiene la mayor intención de votos en la provincia? Tengamos claro que quien gana con amplitud en la provincia de Buenos Aires tiene asegurado el triunfo en las elecciones presidenciales. Y que si se pierde en el primer estado argentino, chau Lanús.  Avivar el seso y despertar es una necesidad imperiosa en este nada fácil 2019.
   (*) Iniciativa Socialista