viernes, 15 de octubre de 2021

Con 60 años de atraso el feminismo vulgar descubre la contra revolución en Cuba


por Lisandro Martínez*

            La publicación del artículo de Sofía Hart: “Mavys Alvarez: el regalo de Fidel Castro a Maradona” en Prensa Obrera.com, reconoce el fracaso rotundo de la caracterización hecha de la revolución cubana por parte de la dirección del PO oficial. El PO oficialista expulsó a 1.200 militantes durante el debate interno sobre la revolución cubana (2016/2018). El artículo de Hart le lava la cara a una dirección  recargada de castrismo tardío.

            La dirección del PO oficial no registró nunca la existencia del debate económico y político que llevó adelante el Che Guevara contra la burocratización estalinista antes de dejar Cuba para ir a la selva boliviana con su iniciativa guerrillera donde perdiera la vida (ver “Che Guevara y el debate económico en Cuba”, Luiz Bernardo Pericás, Fondo Editorial Casa de las Américas 2014).

     En 1959 con la campaña por la cosecha record, el Che convocó asambleas donde motivaba moralmente a los obreros para abordar las tareas que tenían por delante los revolucionarios para que la isla sobreviviera económicamente.

¡Hace 61 años! El 13/2/1960, Cuba y la URSS firman un acuerdo comercial y técnico de

asistencia y el 7/5/1960 establecen relaciones diplomáticas y comerciales que incluían protección militar y económica a Cuba.

    El acuerdo comercial y técnico entre Cuba y la URSS tendría a futuro un costo altísimo de sobre explotación para la clase obrera cubana, que aún perdura, ya que junto al paquete los estalinos aconsejaron aplicar los métodos de producción con los que industrializaron la URSS: a) Introducción de incentivos materiales (pago de salario en dinero), b) Normas de productividad, c) Sistemas severos de control de disciplina laboral que incluían documentos de identidad obligatorios para los trabajadores y d) Trabajo a destajo en nombre del socialismo. Una de las misiones de la isla que fue a la URSS, trajo como material de consulta el Código de Trabajo de 1947 que se aplicaba en Rusia mientras se utilizaba mano de obra esclava de los presos políticos de los gulags.

El Gran Debate

            Las discusiones económicas se sucedieron entre 1963/64 y fueron en el marco del proceso revolucionario cubano iniciado a partir de la toma del poder por el movimiento 26 de julio en 1959. Teniendo como telón de fondo la metamorfosis de una revolución nacional, multiclasista y antidictatorial a una de carácter socialista. Este tránsito intentó transformar una economía capitalista en socialista (sin que la clase obrera acaudillara a la nación). En Cuba el debate fue de carácter público y participaron autoridades del gobierno e intelectuales, nativos y extranjeros. La URSS dejó establecido que el paquete de ayuda a Cuba se haría efectivo sólo estableciendo los estímulos económicos y no los morales. La extorsión triunfó y las posiciones del Che fueron derrotadas en el “gran debate”.

       En la Ley de Justicia Laboral aprobada el 23/9/1964 y promulgada al comienzo de 1965, no había una palabra sobre el derecho a huelga, siguiendo la teoría estalinista: “Como los trabajadores son los dueños de los medios de producción, no pueden hacer huelga contra ellos mismos” (La Gaceta Oficial, 3/10/1964). 

1964 Estalinismo en Cuba

            A partir de allí la deriva de Cuba tuvo estas trastabilladas públicas y distintivas:

            Con el derrumbe de la URSS -¡hace 30 años!- en la década de los ‘90 en Cuba surgió el negocio del turismo organizado por el estado “socialista”, incluyendo en el paquete: prostitución femenina, masculina y también acceso a menores de edad. El canto del cisne que practican en el siglo XXI los ex castristas tardíos del PO oficial lo hacen incluyendo este párrafo de Vanina Biassi del PdT (plenario de mujeres del PO oficial): “Finalmente, la mercantilización de los cuerpos feminizados es un rasgo distintivo del capital en su costado más deshumanizante y, cuando esto es ejecutado por un gobierno surgido de la revolución es traición a los principios de cambio social que perseguimos”.

            ¿Y el comportamiento de Fidel en contra de la revolución en Chile 1973 o en Nicaragua 1979? ¿Y los derechos de la mujer y las minorías sexuales en Cuba?

            El despegarse cuando ya murieron los líderes a los que durante 30 años se acompañó encubriendo su política y no denunciando la situación de la mujer y las minorías, califican mal.

            El agudo proceso de descomposición no se produjo en 2005 con Maradona como lo quiere presentar Prensa Obrera, producto de la “desintoxicación de sustancias en Cuba”, sino antes, muchas décadas antes con las jineteras como estrellas del régimen “socialista” cubano.

             En 1989 -¡hace 32 años!- un cañonazo retumbó en todo el mundo mostrando una acción opuesta a la esencia revolucionaria: El fusilamiento de 7 importantes cuadros entre ellos el general Ochoa -delfín de la revolución - quien fuera el encargado por el gobierno de liberar la zona en el mar territorial desde febrero de 1983 hasta junio 1984 para que los narcos pagaran “peaje revolucionario” (“El Rey de la Cocaína” sello Debate 2012- pag.133”).

            El escándalo que se intentó contener fue la existencia de varias cuentas bancarias en Panamá monitoreadas por la CIA, una a nombre de Jorge Martínez ayudante de Ochoa por u$s 200.000. El gobierno para salvarse destapó la existencia del Departamento Monedas Convertibles del Ministerio de Interior creado para romper el embargo comercial  y envió al paredón a 7 de sus cuadros. (www.elpais.com.ar 25/6/1989)

            En 1993, Fidel en el discurso a la Asamblea Nacional señaló que “las jineteras” estaban sanitariamente en condiciones de atender el turismo sexual, mientras el régimen cubano perseguía a los homosexuales internándolos en campos de “reeducación”. 

            Es una profecía autocumplida: “La deriva pequeño burguesa triunfante no puede ofrecer más que penurias y ninguna salida revolucionaria”. La ausencia de la clase obrera liderando el proceso revolucionario, sumado al sórdido aparato estalinista instalado en Cuba fueron quienes estropearon esta preciosa oportunidad. El fracaso anticipado por muchos revolucionarios señaló los límites insalvables de la pequeña burguesía en el poder.

            Cuando falleció Fidel la mayoría del CC del PO en Argentina con alguna excepción y sin críticas despidió al finado con un: “¡Hasta la victoria!”

            La malversación del lenguaje es un rasgo que distingue y desenmascara a los oportunistas siempre.


    (*) Del PO Tendencia