jueves, 9 de diciembre de 2021

Intendente: La 9 de Julio también existe


La avenida 9 de Julio, el centro comercial más importante de Lanús y uno de los más concurridos del conurbano, y con contribuciones municipales millonarias, está dejado por las autoridades municipales a la buena de dios y ya está a la altura de los de las ciudades más pobres del tercer mundo. El martes por la tarde, no eran las 17:00 y ya se le daba vía libre al tránsito vehicular, convirtiendo el paseo en un aquelarre (izquierda) ya que a esa hora el paseo lo trajina una verdadera muchedumbre. Y es más: Una persona sufrió un desmayo en esos momentos, a la altura de Salta y los peatones no sabían cómo parar a los vehículos para atenderla, porque ni siquiera había un agente de tránsito, y sólo 4 policías, juntos, en la otra punta de la avenida. ¿Qué película está mirando el inefable director de Tránsito Juan Compa, que comete semejante desatino? ¿Cuánto hace que no camina el intendente Nestor Grindetti por la 9 de Julio, salvo en épocas electorales para juntar votos? Si lo hubiera hecho hubiera visto una multitud apiñada -en pleno repunte de la pandemia- caminando por veredas estrechas, sucias, llenas de chiringuitos que parecen tolderías, con cartelería sobre las aceras -rotas en muchos casos- que dificultan el paso de la gente, con dos puestos fijos de recolección de cartoneros, uno a la altura de Anatole France (derecha) y otro en Oncativo, cartoneros que van y vienen con sus bicis o sus carritos o sus desvencijados automotores (centro) por la 9 de Julio entre el abigarrado público que los esquivan como pueden. 

  En Lanús se viven dos mundos a pocos metros uno del otro: De un lado, el oeste, con Lanusita que parece Manhatan; y del otro en el este, la 9 de Julio igualito a un mercado callejero de Calcuta, con carros con caballos pero sin vacas... por ahora.