domingo, 15 de mayo de 2016

La semana en pocas palabras

Informe Económico Semanal del Banco Ciudad 

Tras la reducción en las tasas de las Lebacs de la semana pasada, el BCRA decidió en su licitación de este martes mantener sin cambios el rendimiento de estos instrumentos, mostrando prudencia en el manejo de su política monetaria. Ahora bien, en un contexto de parcial desaceleración de la inflación subyacente (es decir, neta de los efectos de los cambios de precios regulados o estacionales), en los últimos días se acentuó la expectativa de una gradual corrección de las tasas de interés, que podría tornarse más relevante entrado el segundo semestre, ayudando a dinamizar el crédito y la actividad agregada. Paralelamente, desde el gobierno también se anunciaron esta semana una serie de medidas crediticias y fiscales de apoyo a las PyMES, las cuales apuntan a cambiar el eje de la discusión pública
hacia iniciativas orientadas a impulsar el crecimiento.
En lo que respecta a la política monetaria, si bien esta semana el BCRA mantuvo inalterada la tasa de sus LEBACs a 35 días en un 37,5%, entre los inversores se observa un creciente consenso respecto de un gradual recorrido descendente de la tasa de interés de referencia, consistente con una paulatina desaceleración inflacionaria. Esta dinámica es capturada tanto por los rendimientos de las LEBACs en el mercado secundario (con tasas implícitas inferiores al 37,5%), como así también en un creciente posicionamiento en los plazos más largos de estos instrumentos en las licitaciones semanales de la autoridad monetaria (si bien sigue siendo el plazo más demandado, la suscripción de las letras a 35 días pasó de representar el 94% de las ofertas recibidas por el BCRA tan sólo un mes atrás, a sumar en promedio 75% del total, en las últimas dos semanas). Ahora bien, la expectativa sigue siendo de una corrección gradual de tasas, fenómeno que explica el posicionamiento en pesos de los inversores y la tendencia bajista de la cotización del dólar en la plaza cambiaria.
Yendo puntualmente a la evolución de los precios minoristas, el IPC de la Ciudad de Buenos Aires (IPCBA) experimentó una suba de 6,5% en abril, con un aporte de 4 puntos porcentuales asociado a las correcciones en las tarifas de gas, agua y transporte, que no se repetirían en los próximos meses. En contraposición, el subíndice denominado “resto” del IPCBA (compuesto por una subcanasta de precios no regulados y sin comportamientos estacionales) se incrementó un 2,8% mensual, marcando una desaceleración de 0,7 puntos respecto al registro de marzo (3,5%) y de 1,5 puntos en relación a los picos del bimestre diciembre-enero (4,3%). Lo anterior señala una moderación en la inflación subyacente, a medida que van quedando atrás los efectos de la unificación cambiaria.
Finalmente, esta semana también se dio a conocer desde el Ministerio de Producción un paquete de medidas de apoyo a las PyMEs, buscando aliviar el impacto de las correcciones macroeconómicas en marcha sobre un sector que resulta clave en la generación de empleo. Algunas de las iniciativas anunciadas serán parte de un proyecto que estaría ingresando en breve al Congreso de la Nación, mientras que otras medidas serían de rápida ejecución, ya que dependen de decretos y resoluciones del gobierno.
Las medidas a ser implementadas directamente por el Poder Ejecutivo tendrán tres focos principales: 1) promover el crédito productivo; 2) reducir la presión fiscal; y 3) avanzar en una simplificación de procesos administrativos. En el primer frente, se comunicó la extensión y ampliación del cupo de la vieja Línea de Inversión Productiva, pasando del 14% al 15,5% del stock de depósitos del sector privado no financiero. En relación a las medidas de política tributaria, se diferirá el pago del IVA de 30 a 90 días para las PyMEs, estimándose que se elevará a $ 4.700 millones la liquidez financiera para capital de trabajo de estas empresas, a la vez que se incrementará el umbral de retenciones de IVA y Ganancias, no actualizados desde el año 2000. En cuanto a las simplificaciones administrativas, se destacan la automatización de mecanismos de retenciones impositivas, como así también la extensión del plazo para la liquidación de divisas, de 90 a 365 días, para todos los productos y posiciones arancelarias.
Por su parte, el proyecto de ley que se enviará al Congreso se enfocaría en la eliminación de impuestos e incentivos fiscales, la llegada de las Pymes al mercado de capitales y el fomento de las inversiones. En este sentido, el proyecto propone que el 8% del monto total de las inversiones destinadas a bienes de capital e instalaciones (excluyendo automóviles) a realizarse entre julio 2015 y diciembre 2018 puedan ser descontadas del pago del impuesto a las ganancias, con un tope del 2% de las ventas. También se prevé la devolución del IVA de las inversiones realizadas en el mismo período bajo la forma de un bono de crédito fiscal, junto con la eliminación del impuesto a la ganancia mínima presunta, además de la compensación del impuesto al cheque para las micro y pequeñas empresas, a cuenta del pago de impuesto a las ganancias. Pese al potencial alcance de esta batería de medidas, vale la pena destacar que no tendrían un impacto fiscal elevado, que rondaría los $ 8.000 millones, una cifra equivalente al 0,5% de la recaudación del año 2015 y sólo 0,1% del Producto Bruto, siendo este un elemento clave en un escenario en el cual la mejora de las cuentas públicas se mantiene en el centro de la escena.