viernes, 2 de diciembre de 2016

Federales ofendidos con la víctima, no persiguen a los chorros

   Héctor Rumbo (foto) desde ahora no tiene un buen concepto de la Policía Federal.  Es que anoche a eso de las 22:30 cuando Rumbo tocaba timbre en casa de su amigo en Ituzaingó al “a 500 metros de la comisaria 2ª, a 700 de la Departamental”, dos sujetos lo encañonan, le exigen las llaves de su Gol tren celeste, chapa JPL095, y como se resiste le disparan dos veces. “Al minuto llega la policía federal. Como yo estaba gritando -relata Rumbo- que llamen al 911 y la patente de mi auto, la mujer policía en lugar de atenderme ordena que me calle. Como yo seguí gritando me dice: —Má sí, hacé la denuncia en la provincia- y se van”. 
  El dueño de La Coruña reflexiona: “Cómo van a hacer para combatir el delito complejo si en una ciudad de 48 kilómetros cuadrados vigilada por las policías federal, provincial, local; gendarmeria y seguridad municipal, delante de por lo menos cinco vecinos, una noche de primavera, en una de las zonas más caras de Lanús, dos tipos te tiran dos tiros, te roban el auto, llega un móvil de federal con tres efectivos y el auto robado no aparece y los policias se ofenden porque gritás y se van corriendo como ratas por albañal”.