martes, 7 de junio de 2016

Meritocracia y ansiedad

por Alejandro Chitrangulo

La ansiedad es un estado mental que se caracteriza por una gran inquietud, una intensa excitación y una extrema inseguridad. Básic
 
amente es un mecanismo defensivo. Es un sistema de alerta ante situaciones consideradas amenazantes. Es un mecanismo universal, se da en todas las personas y su función es movilizar al organismo,  mantenerlo alerta y dispuesto para intervenir frente a los riesgos y amenazas, de forma que no se produzcan o se minimicen sus consecuencias. 
El peligro viene dado por la obstaculización de cualquier proyecto o deseo importante para nosotros, o bien por la degradación de estatus o logros ya conseguidos. El ser humano desea lo que no tiene, y quiere conservar lo que tiene. En algunos casos, este mecanismo funciona de forma alterada, es decir, produce problemas de salud y, en lugar de ayudarnos, nos
incapacita.
Para que la ansiedad sea negativa deben existir varios factores que pueden ser biológicos y/o genéticos. Factores de personalidad. Patrones de afrontamiento del estrés. Estilo de vida. Factores ambientales. Aprendizaje. Contextos y apoyos sociales. También es importante o determinantes acontecimientos vitales de consecuencias graves o que exigen importantes esfuerzos adaptativos. Obstáculos para conseguir logros,  o que limitan nuestra capacidad para alcanzarlos o mantenerlos.
El Consumo de estimulantes u otras drogas también pueden generar ansiedad negativa.
Algunos de los síntomas pueden ser Inquietud o sensación de estar atrapado o con los nervios de punta. Fácilmente fatigado. Dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco, Irritabilidad. Tensión muscular. Problemas de sueño (dificultad para dormirse o para continuar durmiendo, o sueño inquieto e insatisfactorio). Aprensión (preocupaciones acerca de calamidades venideras, sentirse “al límite”, dificultades de concentración, etc.). Ataque de pánico.Tensión muscular (agitación e inquietud psicomotrices, cefaleas de tensión, temblores, incapacidad de relajarse). Hiperactividad vegetativa (mareos, sudoración, taquicardia o taquipnea, molestias epigástricas, vértigo, sequedad de boca, etc.).
La Meritocracia genera ansiedad
La primera pregunta que te realizan cuando te relacionas con alguien en una fiesta o reunión es ¿a qué te dedicas? Y según lo impresionante de tu respuesta la gente querrá conocerte mejor o simplemente te ignorará.
Sentimos ansiedad por que vivimos en un mundo de snobs, gente que toma una pequeña parte de nosotros que es nuestra identidad profesional y utiliza esto para llegar a un veredicto completos sobre lo que valemos como seres humanos.
Lo opuesto a un snob es tu madre. A ella no le importa tu estatus le importa tu alma. La mayoría de las personas no tienen una madre por eso nos preocupamos demasiado por los prejuicios y humillaciones. 
Se dice que vivimos en una época materialista, pero es más que eso. Vivimos en un tiempo en donde las recompensas emocionales están ligadas a la adquisición de cosas materiales. Lo que la gente verdaderamente quiere cuando desea tener mucho dinero es tener bienes caros o significativos, automóviles de alta gama, casas lujosas, trabajos importantes bien remunerados que le aseguraran la atención, el respeto la aceptación e incluso el cariño de quienes ya lo tienen. 
También sentimos ansiedad por qué siempre, desde nuestros primeros minutos de vida nos dicen que podemos ser lo que queramos. Debería ser genial tener tantas oportunidades y poder aprovecharlas, pero que pasa si fracasamos, sino logramos ese éxito para el cual nacimos?  Pues nos deprimimos y buscamos ayuda filosófica. Los estantes de las librerías están llenos de libros de autoayuda que atrapan la ansiedad con títulos como “Como lograr el éxito rápidamente” o “Como convertirse en millonario”. Pero siempre en el estante de abajo hay títulos como: “Como lidiar con la autoestima” o “como vivir con el ego”. La noticia es que todos esos títulos están relacionados, porque nos dijeron desde niños que podemos tener todo, cuando en la realidad solo una minoría puede hacerlo y acabara con mucha insatisfacción y tristeza.
Nuestra sociedad se considera justa, pero en otros tiempos los parámetros eran distintos, no era tu culpa si eras un esclavo un obrero o un cortesano, pero ahora nos dijeron que la sociedad es una “Meritocracia” y que las recompensas llegan a quienes se las ganaron, que son los más trabajadores, inteligentes y esforzados que hay entre nosotros. Suena muy bien pero tiene un lado oscuro. Si estamos en un sistema en donde los que están en la cima lo merecen significa que los que fracasaron también lo merecen. Por ende la Meritocracia no solo hace que la pobreza se vea desagradable, sino que sea merecida.
En la época medieval las personas pobres se denominaban “Desafortunados” literalmente que no habían sido bendecidos por la diosa fortuna. En  la actualidad y principalmente en EE. UU. Como icono del consumismo en donde reina el Dios Mercado la Meritocracia es enorme y a los que no triunfan los llaman “perdedores”. No se cree en la suerte que podría explicar nuestro destino de triunfador o de fracaso. Nadie te cree que fuiste despedido del trabajo por mala suerte, por un revés de las políticas económicas o porque tu lugar lo va a ocupar un familiar o amigo del que manda. Te despidieron por inútil o ñoqui.
Tu posición profesional o laboral se ha convertido en el veredicto central de tu carácter. Por eso no sorprende que cada vez más personas sufran de ansiedad y estrés e incluso que las tasas de suicidio aumenten exponencialmente. 
¿Cómo lidiamos con este problema?
Primero debemos negarnos a creer que la sociedad puede ser Meritocratica y volver a la idea que la suerte o accidente sigue determinando en forma importante en donde terminan las personas. No trates a nadie ni siquiera a ti mismo, como alguien que merece estar en donde está. Luego crea tu definición de éxito personal sin dejar que eso lo determine la sociedad.  Existen muchas formas de ser exitoso y ninguna de ellas tiene que ver con el estatus social. El sistema de valores capitalista define que los que han tenido éxito o hacen dinero raramente lo hacen en términos de familia o empatía, por lo cual lo mas importante es negarnos a que nuestros logros externos definan lo que somos como personas. Hay muchas cuestiones importantes de nuestra vida que no se muestran en la tarjeta de presentación y que no pueden ser captados por esa simple pregunta ¿a qué te dedicas?