lunes, 27 de junio de 2016

¿Por qué dañamos los árboles?

 por Alejandro Chitrángulo

Estamos en invierno, época aceptada por la cultura popular y también por los expertos como la mejor para realizar podas en los árboles. Esta aceptación no es caprichosa y tiene que ver con que la mayoría de las plantas hibernan desde mayo hasta primavera. Los días cercanos al fin de invierno son el mejor período para la poda. Esta operación regula el crecimiento y elimina las partes dañadas o enfermas.  En producción forestal se emplea para obtener fustes más rectos y con menos ramificaciones, por tanto de mayor calidad. En arbolado urbano su utilidad es, por un lado, prevenir el riesgo de caída de ramas, y por otro controlar el tamaño de árboles cuya ubicación no permite su desarrollo completo a la vez que se regula la cantidad de sombra que proveerá en verano. 
   Sea una poda de formación, producción, renovación, limpieza, despunte o de raleo, antes de empezar, hay que observar bien la planta, árbol o arbusto e identificar con antelación sobre qué parte se va a trabajar para no cometer errores. La poda debe emprenderse con conocimientos de técnicas de corte, que se adaptarán a cada caso y siempre con intervenciones mínimas que no superen el 30% de la copa. 
El mochado es dañino
El mochado o desmoche es quizás la práctica de poda conocida más dañina para el árbol. Implica cortar todas sus ramas hasta dejarlo totalmente sin copa. A pesar de más de 30 años
de literatura y seminarios explicando sus efectos perniciosos, es todavía una práctica común y es habitual ver arboles en la ciudad que son agredidos por vecinos e incluso por algunos profesionales de la poda con esta seudotécnica. 
¿Qué es el desmoche?
El desmoche es la poda indiscriminada de las ramas de los árboles 
dejando garrones o ramas laterales que no son lo suficientemente grandes para asumir el papel terminal. Otros nombres para el desmoche son “descopado”, “despuntado”, “descabezamiento”, “terciado”, etcétera.
La razón más dada para realizar un desmoche es la de reducir el tamaño del árbol. A menudo los dueños de casas piensan que sus árboles se han hecho demasiado grandes para su propiedad. La gente tiene el temor de que los árboles grandes puedan suponer un riesgo. El desmoche, sin embargo, no es un método viable para reducir su altura y no reduce el riesgo. De hecho, el desmoche hará a un árbol más peligroso a largo plazo.
     El desmoche causa estrés en los árboles. A menudo el desmoche elimina del 50 al 100% de la copa de un árbol. Al ser las hojas las “fábricas de alimento” del árbol, éste puede “pasar hambre” temporalmente. La gravedad de la poda estimula un tipo de mecanismo de supervivencia. El árbol activa las yemas latentes, provocando un rápido crecimiento de múltiples brotes debajo de cada corte. 
     El árbol necesita producir una nueva generación de hojas tan pronto como sea posible. Si un árbol no tiene las reservas energéticas para eso, se debilitará gravemente y puede incluso morir.
Un árbol que sufre estrés es más vulnerable a plagas y enfermedades. Las grandes heridas abiertas exponen la albura y el duramen a un ataque. El árbol puede carecer de la energía suficiente para “defender” químicamente las heridas contra una invasión. Algunos insectos son atraídos a los árboles bajo estrés mediante señales químicas.
El desmoche provoca decaimiento
   El lugar correcto para realizar un corte de poda es justo por detrás del collar de la rama, en el punto de unión de ésta. El árbol está diseñado de manera biológica para cerrar ese tipo de herida, siempre y cuando esté suficientemente sano y la herida no sea muy grande. Los cortes realizados en una rama, entre ramas laterales, crean garrones con heridas que el árbol podría no ser capaz de cerrar. Los tejidos expuestos comienzan a decaer. Normalmente un árbol compartimentará los tejidos descompuestos, pero pocos árboles pueden defenderse de las múltiples heridas graves causadas por un desmoche. Esto les da a los organismos descomponedores un camino libre para moverse a través de las ramas.
El desmoche puede provocar quemaduras solares. Las ramas de la copa de un árbol producen miles de hojas que absorben luz solar. Cuando se eliminan las hojas, las ramas que permanecen, y el tronco, son expuestos de repente a altos niveles de luz y temperatura. El resultado puede ser la quemadura por el sol de los tejidos debajo de la corteza. Esto puede ocasionar cancros, grietas en la corteza y la muerte de algunas ramas. El desmoche crea riesgos. El mecanismo de supervivencia que lleva a un árbol a producir brotes múltiples debajo de cada corte de desmoche le causa un gran gasto al árbol. Dichos brotes se desarrollan a partir de yemas cercanas a la superficie de las ramas viejas. Al contrario de las ramas normales que se desarrollan en un “alveolo” de tejidos de madera que se superponen, estos nuevos brotes sólo están anclados a las capas más superficiales de las ramas madres.
Los nuevos brotes crecen muy rápido, hasta 6 metros por año en determinadas especies. Por desgracia, los brotes tienen una gran tendencia a romperse, en especial durante fuertes vientos. La ironía es que mientras el objetivo de desmochar era reducir la altura para hacerlo más seguro, el árbol ahora se ha convertido en un riesgo mayor de lo que era en un principio.
El desmoche afea los árboles. 
   La estructura natural de la ramificación de un árbol es una maravilla biológica. Los árboles presentan una gran variedad de formas y hábitos de crecimiento, todos ellos con el objeto de exponer sus hojas a la luz solar. El desmoche elimina los extremos de las ramas, dejando a menudo garrones feos. El desmoche destruye la forma natural del árbol.
Sin las hojas un árbol desmochado se ve desfigurado y mutilado. Con las hojas se convierte en una densa bola de follaje de baja altura que incluso genera una innecesaria sombra nocturna al interponer su densa mata con el cono de luz de las luminarias públicas cercanas. El árbol que ha sido desmochado nunca recobrará por completo su forma natural. El daño es casi irreparable o en el mejor de los casos llevara muchos años de cuidado.
El desmoche resulta caro
El costo de un desmoche no se limita a lo que cobra la persona que lo realiza o al traslado o disposición final de la gran cantidad de ramas cortadas. Si el árbol sobrevive, necesitará otra poda en pocos años. Deberá ser reducido de nuevo o limpiarse el daño provocado por las tormentas. Si el árbol muere, deberá ser derribado. El desmoche es una práctica que exige un gran mantenimiento. Existen costos ocultos en el desmoche. Uno de ellos es la pérdida de valor de la propiedad. Los árboles sanos y bien mantenidos pueden incrementar el valor de la propiedad en un 10 a 20 %. Los árboles desmochados y desfigurados se consideran un gasto inminente. 
Otro costo de los árboles desmochados es la responsabilidad potencial. Esos árboles son propensos a romperse y pueden ser un riesgo. Debido a que el desmoche se considera una práctica de poda inaceptable, cualquier daño provocado por la falla de una rama de un árbol desmochado puede llevar a un veredicto de negligencia en los tribunales de justicia.
Alternativas al desmoche
Hay momentos en los que un árbol debe ser reducido en altura o extensión. Un ejemplo es la poda para despejar las líneas de servicios públicos aéreas o las ramas que tapan las luminarias públicas o cámaras de seguridad. Existen técnicas recomendadas para hacer esto. Si es posible, las ramas deben eliminarse hasta su punto de origen. Si se tiene que acortar una rama, debe ser hasta una lateral que sea lo suficientemente grande como para asumir el papel de rama principal. La regla general es cortar hasta una rama lateral que sea como mínimo 1/3 del diámetro de la rama que se va a eliminar.
Este método de reducción de ramas ayuda a mantener la forma natural del árbol. Sin embargo, si los cortes son grandes, el árbol no podrá cerrar y compartimentar las heridas. Algunas veces, la mejor solución es cortar el árbol por completo y reemplazarlo con un ejemplar de una especie más adecuada para el lugar.
   Para Información adicional más detallada se puede encontrar en Recomendaciones para la Poda de Árboles en la guía publicada por la ISA Sociedad Internacional de Arboricultura (ISA, siglas en inglés).