martes, 20 de septiembre de 2016

Malos aires en Buenos Aires

por Alejandro Chitrángulo

La Organización Mundial de la Salud (OMS), entregó recientemente una información la ONU en Ginebra, donde presenta, en base a los datos oficiales que brindó cada distrito, los resultados de una investigación que analizó la calidad del aire en 1.600 ciudades de 91 países. Con los datos finales, dedujeron que apenas el 12% de las personas que viven en ciudades respiran aire no contaminado, y casi la mitad está expuesta a una concentración 2,5 veces mayor que la recomendada. Concluyeron que “la contaminación del aire es cada vez peor”.
El estudio midió también, el nivel de presencia de las partículas contaminantes PM 2,5 las más finas y pequeñas, y por lo tanto más perjudiciales porque penetran directamente en los pulmones. Cuanto mayor presencia, más posibilidad de fallecimientos por infartos, ataques cerebrales o enfermedades pulmonares como cáncer, asma o infecciones agudas. No es un tema menor si se tiene en cuenta que, según la OMS, unas 3,7 millones de personas menores de 60 años murieron en 2012 a causa de la
contaminación atmosférica. Lo aceptable para la OMS es que exista una media anual de hasta 10 microgramos por metro cúbico.
Buenos Aires, no tan buenos
  En Buenos Aires, si bien el ambiente está menos contaminado que en Río, Bogotá o México DF, la ciudad tiene una presencia de partículas pequeñas, las PM 2,5 por encima de lo tolerable. Lo aceptable para la OMS es que exista una media anual de hasta 10 microgramos por metro cúbico. En Buenos Aires y alrededores está en 16. En el caso de las partículas PM 10, más grandes y menos dañinas, lo ideal es una media anual menor de 20 microgramos por metro cúbico, pero la Capital Federal alcanza los 30.
Respecto a un trabajo similar realizado en 2008, los valores de la mayoría de las ciudades aumentaron, entre los factores que contribuyeron a ese crecimiento, se encuentra la dependencia de combustibles fósiles, el uso de vehículos de motor para el transporte privado y la utilización ineficiente de la energía en los edificios. 
    Como posibles las medidas a tomar para mejorara la situación lo especialistas sugirieren casas eficientes energéticamente, desarrollo urbano compacto, un eficiente y masivo transporte público, diseño de calles atractivos y seguros para peatones y ciclistas, y buen manejo de residuos.
En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, el informe aclara que la Agencia de Protección Ambiental porteña midió un 73% de los días del año (no especifica qué meses no tomaron), con tres estaciones que tiene en el distrito: dos fijas en zonas residenciales/comerciales, y una en una zona mixta con tránsito mediano a bajo, donde los valores tenderán a ser menores. Están ubicadas en avenida Córdoba y Rodríguez Peña; en avenida Brasil al 100 en La Boca; y en Ramos Mejía al 800, en Parque Cenrtenario. Los componentes que inciden en el aumento de la contaminación ambiental de capital son la mayor cantidad de cemento y menos espacios verdes, dicen los especialistas. Nidia Marinaro, representante de propuestas para el Área Metropolitana mencionó un ejemplo: “Parece algo trivial, pero para los ambientalistas, la presencia de mariposas habla de un ambiente sano y equilibrado. Antes solía haber muchas en el distrito. Hoy fueron remplazadas por una invasión fulgurosa de palomas.”
  Otro de los problemas de la Capital Federal es su tránsito. Según datos oficiales del gobierno de esa ciudad, la cantidad de tráfico de automóviles creció un 5,2% en 2011 y un 6,4% en 2014; en cambio, disminuyó la cantidad de pasajeros de los subterráneos. Por día en CABA circulan alrededor de 1,2 millones de automóviles.
   El aspecto clave de esa ciudad no se basa en políticas sustentables o prácticas ecológicas, sino en lo geográfico. Buenos Aires tiene una ubicación favorable que hace que las brisas que produce el río, generen más circulación, introduciendo aire al continente, y en otro momento sacándolo. Esto hace que tenga una atmósfera ventilada. En cambio, Santiago de Chile -que midió el doble que Buenos Aires- tiene una desventaja topográfica: se ubica entre grandes cerros, y debido a la inversión térmica las partículas no se van y se mantienen a no más de 150 metros.
Los ruidos también son molestos
Si bien los resultados en contaminación del aire fueron mejores que otras grandes urbes de la región, distinto es el panorama en contaminación sonora, donde la ciudad de Buenos Aires se ubica entre las diez peores del mundo, junto a New York, Tokio, Nagasaki o México DF.
Según la OMS, los niveles de ruido no tendrían que exceder los 55 decibeles durante el día y los 45 en la noche, pero Ciudad de Buenos Aires se ubican entre los 70 y 80 decibeles. En la esquina de Cabildo y Juramento, por ejemplo, se supera lo medido en Aeroparque. La Ley 1540 establece que el ruido máximo tolerable es de 65 decibeles.

Fuente: Tiempo Argentino